
Las urnas confirmaron que el 30 noviembre Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou disputarán la Presidencia en el balotaje. Anoche comenzaron a tejerse alianzas y los candidatos enviaron señales para captar votantes fuera de su frontera partidaria.

"Uruguay unido por la positiva" es la consigna con la que el Partido Nacional abrió anoche la campaña electoral de cara al balotaje para enfrentar al candidato oficialista Tabaré Vázquez el último domingo de noviembre.
Tres horas después del cierre de las urnas, el candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, que votó muy por debajo de sus expectativas, anunció su incondicional apoyo a la candidatura de Lacalle Pou.
"Voy a trabajar todos los días para que gane el balotaje porque el Uruguay necesita cambios en seguridad y educación", aseguró Bordaberry.
El candidato colorado no limitó ese apoyo al discurso y se trasladó hacia el comando del Partido Nacional, situado en el hotel NH Columbia, un territorio neutral para ambos, y junto a su candidato a vice, Germán Coutinho, compartió el enorme estrado allí instalado con Lacalle Pou y Jorge Larrañaga.
Un fuerte abrazo entre los líderes blanco y colorado fue la señal política más importante de la noche y permitió sellar la primera de las alianzas para la segunda vuelta.
Sin datos oficiales completos de la Corte Electoral —los que se conocerán en la presente jornada— las principales encuestadoras del país (Factum, Cifra y Equipos) coincidieron en confirmar anoche, en base a sus propias proyecciones, que habrá segunda vuelta y que su final es incierto dado que el Frente Amplio oscila el 47%, una adhesión similar a la de la oposición sumada.
Con el Parlamento ya despejado, quedó abierto un breve pero intenso período de negociaciones políticas para lograr alianzas y apoyos que aseguren, en poco más de treinta días de campaña, los sufragios necesarios para acceder al gobierno nacional.
Con respecto al escenario que las encuestadoras auguraban en lo previo, el Frente Amplio mejoró sensiblemente las previsiones y logró un porcentaje que oscila entre 46% y 47%, un punto porcentual menos que en la elección de 2009.
Sin embargo, su votación estuvo muy por encima del 43% que le pronosticaban las encuestadoras en lo previo, lo que fue asumido como un triunfo en el comando de la izquierda. Sin embargo, estuvo lejos de "ganar en primera vuelta", como en cada acto lo anunciaba Vázquez, y la mayoría parlamentaria, al cierre de esta edición, parecía perdida. En diez años de gestión, la izquierda perdió entre cuatro y cinco puntos.
Por otra parte, el FA asumió como una victoria propia que el plebiscito para bajar la edad de imputabilidad a 16 años no alcanzara la mayoría necesaria.
Anoche, tanto en el discurso de Vázquez como en la simbología utilizada durante el acto en su cuartel general, el Frente Amplio comenzó a enviar señales hacia fuera de la coalición para lograr adhesiones de todos los partidos (ver página A-3).
Por su parte, bajo el liderazgo de Luis Lacalle Pou, el Partido Nacional creció tres puntos con relación a la última elección nacional de 2009, lo que le permitirá aumentar su presencia en el futuro Parlamento. Logró una votación apenas por debajo de lo que las encuestas predijeron, en base, fundamentalmente, a la captación de votantes colorados.
El Partido Independiente superó el 3%, lo cual implica duplicar su caudal de votos y alcanzar tres diputados y, probablemente, un senador. Con ese porcentaje, el Partido Independiente se convierte en un jugador clave en el inicio de la campaña hacia el balotaje.
Su candidato Pablo Mieres reiteró ayer que su partido anunciará la posición a tomar de cara a la segunda vuelta en los primeros días de noviembre.
En la última elección los independientes dieron libertad de acción a su electorado antes de la elección nacional, pero en esta oportunidad prefirieron esperar a los resultados para fijar una postura.
El Partido Independiente focalizó su campaña en la clase media y su crecimiento se nutrió de frentistas "enojados" con la gestión de la coalición de izquierda y, posiblemente, también de votantes colorados, dijo anoche el director de Cifra, Luis Eduardo González.
Unidad Popular, integrada por grupos radicales de izquierda, superó el 1% de los votos y podría tener representación parlamentaria en Diputados. Su candidato, Gonzalo Abella, ya adelantó que convocará a votar en blanco.
Es allí donde el Frente Amplio podría captar más votos para la segunda vuelta, y también en el Partido Ecologista Radical Intransigente que habría conseguido el 0,8% del total de sufragios y no ha definido qué posición adoptará en la campaña que comienza.
La mención "Positiva" en el eslogan del Partido Nacional permite vislumbrar que su estrategia de campaña no cambiará y su discurso seguirá basado en evitar la crítica constructiva y el envío de señales de unidad nacional.
En las próximas horas el Partido Colorado, que tuvo una votación apenas por encima de la que logró en 2004, deberá resolver cómo se acopla a esa estrategia mientras, en simultáneo, comienza una etapa de análisis y autocrítica.
En cuanto a la interna de cada partido, según informó Cifra en Canal 12, en el Partido Nacional el sector de Lacalle Pou (Aire Fresco), con la ayuda del senador Sergio Abreu, habría obtenido más del 50% de los votos y, en consecuencia, de legisladores. Alianza Nacional, de Larrañaga, votó por debajo.
González dijo anoche que sin el apoyo de Larrañaga y su acople a la fórmula presidencial, el Partido Nacional no habría tenido tan buen desempeño en las urnas.
En el Frente Amplio, el Movimiento de Participación Popular volvió a erigirse en la principal fuerza adentro de la izquierda. Le sigue el Frente Líber Seregni mientras que el sector de Sendic y el Partido Socialista estaban empatados.
