
Este domingo a la mañana en General Rodriguez, un hombre los vidrios de varios autos y robaron un estereo fue perseguido por los vecinos, la multitud furiosa lo alcanzó, lo derribó – le encontró el estéreo en su poder – y emprendieron a golpes contra él.
La persona asesinada se llamaba Silvio Cáceres, y tenía 33 años. Según fuentes de la investigación, algunos testigos habrían declarado que no portaba armas de fuego y que las ventanillas de uno de los dos autos atacados fueron averiadas a “cabezazos” por el muerto. Por su parte, uno de los vecinos que participó de la golpiza quedó demorado en la Comisaría 2ª de General Rodríguez, a cargo del subcomisario Andrés Lasala.
Sobre los hechos que desencadenó el asesinato de Cáceres, el personal de la seccional que intervino en el caso se negó a brindar información a la prensa. Por su parte, el comisario inspector Alberto Ibarra, a cargo de la Jefatura Distrital de General Rodríguez, prefirió no informar a Tiempo sobre los detalles del hecho. Finalmente, en la oficina del Ministerio de Seguridad bonaerense afirmaron desconocer lo sucedido.
Según el portal local de noticias La Posta, el incidente que acabó con la vida de Cáceres comenzó poco después de las 7 de la mañana de ayer, cuando varios vecinos salieron a la calle porque escucharon ruidos.
Los testigos contaron sobre la presencia de un “delincuente que estaba robando coches y tratando de ingresar a algunos domicilios”. En este sentido, siempre de acuerdo con la versión vecinal, uno de los autos que abordó Cáceres estaba estacionado en la esquina de Liniers y Antonino Mastellone. Además, se hallaron roturas de vidrios en un Fiat Tipo y un Peugeot 307 negro.
En ese momento, un grupo de hombres comenzó a correr al asaltante. Cuando lo tumbaron, el ladrón tenía en su poder un estéreo pero nadie vio que portase armas de fuego. No importó; la golpiza subió de tono, hasta que uno de los agresores habría practicado una toma de judo que dejó malherido a Cáceres.
Arrastrándose por la vereda, sin poder caminar por el tenor de la paliza recibida, el ladrón llegó hasta la puerta de un negocio de Almirante Brown al 600. Cuando arribó la ambulancia, alrededor de las 8, ya estaba muerto.
Los agentes a cargo del subcomisario Lasala se acercaron a la escena del crimen y cortaron las dos esquinas para evitar el movimiento de los vecinos curiosos. Los testigos contaron que el cuerpo de Cáceres quedó tendido en el suelo, con la cabeza cubierta con una manta y mucha sangre alrededor.
Horas más tarde, cerca del mediodía, un hombre se entregó en la comisaría. Su identidad no fue revelada por la policía, aunque trascendió que tiene 32 años, y habría sido quien se abalanzó sobre la víctima y le aplicó una toma de judo. Sin embargo, los voceros explicaron que serán los resultados de las pericias de la Policía Científica y de la autopsia los fundamentos objetivos que espera el fiscal del caso para decidir qué responsabilidad tiene el detenido respecto de la muerte del ladrón de estéreos.
Por la tarde, fuentes de la investigación contaron que fueron tantos los golpes y tantas las personas que lo atacaron, que podría resultar imposible dilucidar quién mató al hombre. Esto también deberá ser corroborado por las pruebas periciales.
Finalmente, un vecino que declaró en la comisaría contó que uno de los agresores golpeó al ladrón con la culata de una pistola automática.
