Oro puro nintendero
Nintendo acaba, por fin, de poner en el mercado su nueva y esperadísima entrega de la serie Super Smash Bros. Y lo ha hecho por todo lo alto, con un título que explota todas las cualidades de la portátil de la Gran N y que ofrece contenido para disfrutar en compañía de los personajes más queridos de esta compañía (y alguna estrella invitada) durante muchos, muchos meses.
Modos para todos los paladares
En la cúspide de las cuantiosas virtudes que alberga este título se halla la casi inconcebible cantidad de modos de juego y opciones que es posible degustar en Super Smash Bros. De hecho resulta complicado comenzar por alguno de estos modos, si bien vamos a decantarnos por Smashventura, una de las nuevas modalidades exclusiva para esta versión (o sea, que no será integrada en la entrega para Wii U). Su desarrollo es bastante interesante, ya que se divide en dos etapas bien diferenciadas. La primera tiene lugar en un escenario de amplias dimensiones en el cual durante 5 minutos todos los participantes -hasta cuatro simultáneos en conexión local- deben hacer todo lo posible por encontrar el mayor número de pegatinas, que vienen a ser potenciadores de habilidades. Y, pasado ese tiempo, todos ellos entran en una batalla clásica en la que todos los protagonistas se benefician de dicha recolección de ítems.
Sin ser el modo de juego más llamativo del mundo se hace entretenido y pica bastante, por lo menos a medio plazo, sobre todo si jugamos con nuestros amigos. Lo único que no nos ha terminado de gustar es que durante la primera parte (los primeros 5 minutos, vaya), nunca llegan a aparecer físicamente todos los participantes en el escenario: sólo sus iconos quedan marcados en el mapa. Y esto es algo que resta algo de chispa y competitividad, aunque tampoco es que se trate de un problema grave.
Luego tenemos uno de nuestros favoritos, La Senda del Guerrero, opción que nos anima a escoger la ruta que más nos interese para ir superando distintos tipos de peleas: por equipos, todos contra todos, contra versiones XXL de varios luchadores... Y lo mejor de todo es que, antes de empezar y tal y como sucedía con el juego -también creado por Masahiro Sakurai- Kid Icarus: Uprising, es posible escoger la intensidad de cada batalla. ¿Y para qué? Pues para ajustar el nivel de dificultad a nuestro gusto y, también, recopilar mayores o más livianas recompensas durante la partida en función de esto mismo. Ya sabéis que el que algo quiere, algo le cuesta. ¡Y atentos que hay sorpresa final para los más valientes! Más de una, incluso...
http://www.3djuegos.com/juegos/analisis/11545/0/super-smash-bros/
Nintendo acaba, por fin, de poner en el mercado su nueva y esperadísima entrega de la serie Super Smash Bros. Y lo ha hecho por todo lo alto, con un título que explota todas las cualidades de la portátil de la Gran N y que ofrece contenido para disfrutar en compañía de los personajes más queridos de esta compañía (y alguna estrella invitada) durante muchos, muchos meses.

Modos para todos los paladares
En la cúspide de las cuantiosas virtudes que alberga este título se halla la casi inconcebible cantidad de modos de juego y opciones que es posible degustar en Super Smash Bros. De hecho resulta complicado comenzar por alguno de estos modos, si bien vamos a decantarnos por Smashventura, una de las nuevas modalidades exclusiva para esta versión (o sea, que no será integrada en la entrega para Wii U). Su desarrollo es bastante interesante, ya que se divide en dos etapas bien diferenciadas. La primera tiene lugar en un escenario de amplias dimensiones en el cual durante 5 minutos todos los participantes -hasta cuatro simultáneos en conexión local- deben hacer todo lo posible por encontrar el mayor número de pegatinas, que vienen a ser potenciadores de habilidades. Y, pasado ese tiempo, todos ellos entran en una batalla clásica en la que todos los protagonistas se benefician de dicha recolección de ítems.
Sin ser el modo de juego más llamativo del mundo se hace entretenido y pica bastante, por lo menos a medio plazo, sobre todo si jugamos con nuestros amigos. Lo único que no nos ha terminado de gustar es que durante la primera parte (los primeros 5 minutos, vaya), nunca llegan a aparecer físicamente todos los participantes en el escenario: sólo sus iconos quedan marcados en el mapa. Y esto es algo que resta algo de chispa y competitividad, aunque tampoco es que se trate de un problema grave.
Luego tenemos uno de nuestros favoritos, La Senda del Guerrero, opción que nos anima a escoger la ruta que más nos interese para ir superando distintos tipos de peleas: por equipos, todos contra todos, contra versiones XXL de varios luchadores... Y lo mejor de todo es que, antes de empezar y tal y como sucedía con el juego -también creado por Masahiro Sakurai- Kid Icarus: Uprising, es posible escoger la intensidad de cada batalla. ¿Y para qué? Pues para ajustar el nivel de dificultad a nuestro gusto y, también, recopilar mayores o más livianas recompensas durante la partida en función de esto mismo. Ya sabéis que el que algo quiere, algo le cuesta. ¡Y atentos que hay sorpresa final para los más valientes! Más de una, incluso...

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