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El poblado alemán de Herzogenaurach ha estado dividido en dos, gracias a un pleito familiar de 60 años.

Cada lado tiene sus propios pasteleros, carniceros, bares, y hasta escuelas.

Lo que es igualmente sorprendente en este pequeño pueblo del sur de Alemania es que el pleito llevó a la creación de dos famosas compañías, Puma y Adidas, y como resultado, el nacimiento de la industria moderna de ropa deportiva.

"Es una historia bastante loca porque en este pequeño pueblo, Herzogenaurach, un pueblo medieval de calles empedradas, tienes dos de las mayores empresas deportivas del mundo", señala Barbara Smit.

"Una en cada lado del río que cruza en medio del poblado".

La señora Smit es apenas una de muchos autores atraídos por la historia de Rudolf y Adolf Assler, los hermanos en disputa que querían hacer el primer zapato deportivo liviano pero duradero.

"Empezaron juntos en la década de 1920 en el lavadero de la casa de la madre, pero tenían genios distintos. Uno de ellos era un poco más afable y amigable y ruidoso que el otro, así que se complementaban entre ellos bastante bien", sostiene Smit.

"Pero durante la guerra, esas diferencias se volvieron discusiones muy grandes, también por el hecho que uno de los hermanos parecía mucho más cercano a la causa Nazi que el otro".
El resultado fue que los hermanos nunca se volvieron a hablar.

Rudolf, o Rudi, montó su firma rival, Puma, en un lado del río.

Adolf, o Adi, se mantuvo en la colina y acortó su nombre para utilizarlo en la marca de sus zapatos: Adidas.

El pueblo también se dividió.

Había cuestiones de lealtad personal, de política, pero también, esto era Alemania en la posguerra.

Los trabajos eran escasos y los hermanos operaban los únicos negocios exitosos del pueblo.

"Fue en cierto modo una guerra verdadera ya que el pueblo de Herzogenaurach se dividió", señala Frank Dassler.

"Había un carnicero de Adidas, y un carnicero de Puma. Si existía la oportunidad de evitar estar en el mismo curso que otra persona de Adidas, desde la perspectiva de Puma, ciertamente intentábamos evitar esto. Ciertamente, los restaurantes estaban divididos, así que había un típico hotel Adidas o restaurante Adidas y los del otro bando no querían entrar ahí".

Frank Dassler debería saber. Es el nieto de Rudolf Dassler, de Puma.

Es también el hombre que, más que nadie, ayudó a construir un puente entre las dos facciones en guerra.

Rompió con el tabú del pueblo, y ha trabajado para ambos lados.

"Llevaba 10 años trabajando en Puma en los años ochenta y entonces Herbert Heiner, el ejecutivo jefe de Adidas, me preguntó si yo estará dispuesto a estar en el nuevo consejo general. Le dije que debería estar loco para contratar a un Dassler de Puma para la compañía de Adidas, y el me dijo que bueno, que los tiempos habían cambiado, y eso fue hace 15 años".

"Siempre fue mi sueño regresar a la industria, pero algunos de los locales estaban sorprendidos".

Fuente BBC español http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_5057000/5057716.stm