
Se celebraron 25 años de la caída del Muro de Berlín. Hubo recital, algarabía, fotos, testimonios y mucha emoción. Aunque hay algo en particular montado en este festejo.
Como parte de las celebraciones el Muro fue reinstalado y representado por una serie de luminarias que siguieron el recorrido de la antigua frontera que significaba y era el propio Muro.
No solo eso, falsos agentes de aduana se distribuyeron por los lugares donde antes los verdaderos agentes de aduana controlaban el paso entre una y otra Alemania. Los falsos agentes de aduana incluso distribuyeron falsos permisos o pasaportes para aquellos que "cruzaran" el Muro, reinstalado en luminarias.
Considero del todo siniestro que un símbolo calificado universalmente como negativo, un símbolo de opresión, sea reinstalado, aunque simbólicamente, para el festejo de su derrumbe.
Es cierto que las naciones y los pueblos en su conjunto reviven los hitos que conforman la historia que los identifica, que celebran la superación de las adversidades apelando a una tradición que viene de los tiempos míticos: la teatralización o puesta en escena del hito específico. De hecho todos los 25 de mayo en las escuelas argentinas se alza un cabildo de papel y los niños corean "el pueblo quiere saber de que se trata". O yendo más lejos, en EE UU se conmemora con recreaciones cuasi realistas la batalla decisiva de la guerra civil, la batalla de Gettysburg.
Pero ambos ejemplos son acciones en positivo, hay un movimiento que avanza hacia la superación de un momento histórico.
A ningún afrodescendiente de EE UU se le ocurriría volver a encadenarse para conmemorar el mes de la historia negra, solo porque fueron encadenados para la esclavitud en algún momento, o los estados rebeldes de la Unión enarbolen la bandera confederada en conmemoración de la guerra civil. O volviendo a Argentina, en ningún 10 de diciembre, Día de la vuelta a la Democracia, se reinstalan los símbolos de la dictadura en conmemoración... de la caída de la dictadura y la vuelta de la democracia.
No tengo una conclusión para esta reflexión que hago, es más bien una observación que me tuvo ocupado toda esta semana viendo los festejos en Alemania.
¿Ningún alemán habrá observado que sería mejor una teatralización de "la caída del Muro" en lugar de "una reinstalación"?
Creo que solo los organizadores de este festejo lo saben con certeza.