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El duelo es un proceso que hacemos los seremos humanos al perder a alguien querido, pero recientes investigaciones aseguran que los monos también lo hacen, y eso daría la pauta de que el dolor tiene raíces evolutivas profundas.


Bing Yang, de la Academia de Ciencias en Xi’An, China, ha estado siguiendo una comunidad de más de 130 monos de nariz chata durante más de una década. Esta especie de monos vive en las montañas Qinling, en la provincia de Shaanxi, y en su mayoría los monos se agrupan en un macho y varias hembras.


Tras seguir a la especie durante años, Yang registró que al morir una de las hembras, el resto del grupo se reunió a su alrededor para acariciarla durante más de una hora y también emitieron llamadas de alarma. 


Yang también registró que el macho dominante tomó suavemente su mano un par de veces, la peinó y la abrazó, y también se peinaba a sí mismo mientras la miraba. Se quedó mucho más tiempo de lo normal hasta que se retiró a la seguridad de la montaña.


Una reacción ante la muerte






Esta y otras experiencias revelaron que los monos mostraban un entendimiento en el cambio de comportamiento. Yang llevó sus registros a la Universidad de Kyoto en Japón, donde el primatólogo James Anderson aseguró que si bien es difícil saber si los otros monos sabían que la hembra estaba muriendo, se mostraron claramente más atentos hacia ella de lo que normalmente estarían.


Para Anderson, los monos mostraron un entendimiento del cambio de comportamiento que generó la compasión hacia uno de su especie gravemente enfermo.

Otros registros





En mayo de este año, un reporte publicado en Primates, describe cuatro muertes de la especie de monos de Gibraltar. Los investigadores que observaban el grupo registraron que los monos pasaban mucho tiempo cerca de turistas en el Parque Nacional Ifrane, en Marruecos. Los monos peleaban por la comida cerca de calles transitadas, lo que derivó en que fueran atropellados por vehículos.


Varios sufrieron heridas graves y cuando los investigadores regresaron encontraron que la hembra había muerto y que el macho seguìa a su lado acariciándola y peinándola. Los monos de Gibraltar tienden a pasar mucho tiempo de su día comiendo, pero frente a esta situación el macho solo se iba a comer por un período breve de tiempo y volvía a su lado.


Otros miembros del grupo también se quedaron en el árbol con el cadáver y mostraron comportamientos relacionados con la ansiedad. 


También se han registrado otros incidentes, por ejemplo, cuando un macho alfa fue atropellado por un auto. Su cuerpo fue retirado inmediatamente, por lo que no se pudo registrar el duelo de su manada, pero sí se registraron gritos al momento de retirarlo.




Estos y más registros han demostrado que los monos reaccionan ante la muerte y generan su propio proceso de duelo. La antropóloga Barbara King asegura que los registros son una evidencia clara del duelo, cuidando el cuerpo, manifestando el dolor.


Al igual que nosotros, los primates viven en mundos muy sociales y tiene sentido que perder a alguien cercano tenga un impacto en el comportamiento. Si pensamos en el dolor como una consecuencia del ser social, no sorprende que los monos reaccionen ante la muerte como nosotros.