
By Daniel Martinez
Los Caniche Púrpura (en Aleman: Lila Pudel) son hombres devotos al feminismo quienes activamente esparcen esta ideología. El equivalente en inglés es “mangina”. Un Caniche Púrpura no es sólo un oportunista quien intenta integrarse con las mujeres, sino que es un verdadero creyente.
Definición
Un caniche púrpura es un hombre quien sirve al feminismo sin jamás cuestionar su validez. El caniche púrpura ama poner a las mujeres antes que a él. El miedo de la falta de intimidad, una ansia por reconocimiento, combinada con ambiciones maniáticas en su carrera los motiva a este oportunismo sin esperanza. Entonces, él se somete ante todas las mujeres quienes lo humillan y lo domestican. Él reverencia a las mujeres cada vez que él cree que esto será ventajoso y le dará todo el poder normativo a ellas. Los caniches púrpura incluso aplauden cuando una feminista intenta ilustrar la inferioridad de los hombres a través de teorías absurdas sobre el Cromosoma Y. El caniche nunca cuestiona las demandas de las mujeres y él las pone en práctica con la devoción de un misionario: “¡Mirenme hombres! ¡Sean como yo!”
Algunas características de los caniches púrpura:
Él acusa a los MRAs y a los críticos del feminismo de ser misóginos, mientras permanece ciego ante la misandria motivada por la ideología de las feministas.
Él ignora todos los argumentos de los anti-feministas y las críticas del feminismo, pero trata la propaganda feminista como si fuese conocimiento bien establecido. Él no es crítico cuando se trata de feminismo. El feminismo es sagrado para él. Cualquier crítica debe de ser redirigida hacia quienquiera se atreva a atacar al feminismo a través de argumentos es difamado apropiadamente por el caniche como un “totalitario”, un “extremista de derecha”, o incluso un “nazi”.
Al estar completamente inmunizado hacia las críticas, él suele declarar que otros son incapaces de aceptar críticas.
“Un caniche púrpura es una persona quien está interesada en subordinar su propia membrecía al grupo (ejemplo, los hombres) a la membrecía a otro grupo (ejemplo mujeres) y quien transfiere su característica masoquista con motivación de misionario, el cual está apuntado no sólo a convertir miembros de su propio grupo (o desacreditar a cualquiera que no pueda ser convertido), sino que también a establecerse a si mismo como el mejor miembro del otro grupo.” Michael Klein
Áreas de Asentamiento
Los caniches púrpura en el evento “camina una milla en zapatos de mujer” en Peter-Borough.
Los caniches púrpura pueden ser encontrados en la política, en los juzgaos y en otras organizaciones. Ahí, hacen los mandados de las organizaciones de mujeres y por lo tanto se decoran a sí mismos con el halo de la supuesta igualdad y humanismo y se convierten en las herramientas útiles del feminismo. Estas figuras patéticas, perpetuamente persigan cada tendencia nueva en la sociedad, no parecen darse cuenta que tan tontos lucen a través de su autoflagelación. Orbitando a las feministas en político, los juzgados y varias organizaciones, uno siempre puede identificar algún caniche púrpura abúlico y socialmente motivado, apoyando sin pensar, los excrementos mentales del feminismo. Los caniches púrpuras se encuentran con frecuencia en centros de información y “oficinas de ayuda para hombres” donde efectúan el “trabajar con hombres”, “trabajar con niños” y también “investigaciones de género”. Si un padre va a estos oficinas de ayuda, buscando ayuda porque le están quitando a su hijo, el caniche trabajando ahí va a decirles que él probablemente ha golpeado a su esposa y que por lo tanto tiene que trabajar en mejorarse a sí mismo. En el llamado “trabajar con niños”, en realidad se le inculca a los niños con estereotipos de género (“los hombres no enfrentan sus sentimientos”) y cualquier complejo de inferioridad va a ser reforzado mil veces al recordarles constantemente que ellos son el sexo inferior. Estos puestos son usualmente mantenidos por hombres entrenados en el mundo social y quienes están a la izquierda del espectro político. Estar organizaciones típicamente reciben fondos públicos y el apoyo de comisiones feministas de la igualdad; su propósito es servir al feminismo y presentar una visión feminista de la masculinidad. Ellos son incapaces de resistirse a la amplia discriminación en contra de los hombres y de los padres. Sus textos y sitios web sistemáticamente excluyen a las muchas personas y organizaciones quienes en realidad si apoyan a los hombres y a los padres.

Camina una milla en sus zapatos en Peterborough
Que los caballeros responsables están perjudicando su propia existencia es algo típico de una sociedad degenerada hacia su declive. En una entrevista con Arne Hoffman, René Kuhn nos da un gran análisis del rol jugado por los caniches púrpuras, hombres quienes pasivamente aceptan al feminismo, y la cuota que las mujeres juegan en la política.
Uno podría esperar que los gays están menos motivados para servir al feminismo, como caniches púrpuras ya que ellos no tienen ninguna razón para impresionar a sus colegas mujeres, a las compañeras estudiantes o a sus superiores, por motivos sexuales. A pesar de esto, uno se encuentra con muchos gays quienes sin pensar regurgitan el mito estatal-feminista de la mujer perpetuamente en desventaja. Esto no es demasiado sorprendente, considerando que el mantra feminista es repetido a diario en los medios de comunicación, y la mayoría de la gente no tienen suficiente interés en la política para cuestionar la narrativa dominante. Esto también no es sorprendente para el bloguero detrás de Gay West, puesto que “la mayoría de las organizaciones gay están localizadas en la parte izquierda verde del espectro político, donde el feminismo es un jugador mayor es un jugador mayor el cual nunca es cuestionado.”
Posiciones
Un ejemplo de cómo un caniche púrpura reversa causa y efecto:
“Yo no quisiera negar que muchos hombres en el movimiento de los hombres están afectados personalmente. Muchos están heridos tan profundamente – por el divorcio, por el que les nieguen acceso a sus hijos – esto es un campo minado de políticas de género. Ellos permiten convertirse en peones de ideólogos y demagogos quienes presentan un punto de vista de un mundo cerrado y antifeminista. Es decir, que la causa de todos los problemas que tienen, es el feminismo; es la culpa de las mujeres, es el estado que supuestamente ha sido secuestrado por las feministas. Ese es el problema.”
Es decir, en el punto de vista del caniche púrpura, no son las feministas quienes están motivdas por una ideología y quienes tienen una visión del mundo muy cerrada en la cual sólo las mujeres son víctimas y sólo los hombres son perpetradores. En cambio, esto es proyectado hacia los hombres.
Críticas
Christian Schmidt
Un hombre quien expresa puntos de vista feministas, o dependiendo de la interpretación incluso alguien quien se sale de los rangos o simplemente critica al masculinísimo, con frecuencia es llamado un “caniche púrpura”.
El usuario de la palabra usualmente tiene dos intenciones:
Definir quién está dentro y quien está afuera del grupo.
Denigrar la opinión de alguien como la de un sujeto fuera del grupo y por lo tanto una opinión falsa.
Esto ya ha mostrado problemas con este término. A pesar de que la asociación al grupo es importante para los seres humanos porque ha jugado un rol mayor en la historia evolutiva, no debería de jugar ningún rol en un debate, los cuales se tratan de producir mejores argumentos.
Aquellos que usan el argumento de “caniche púrpura”, quieren forzar la disciplina del grupo (“¡No tengas una opinión diferente a la nuestra, o si no vamos a tratarte como a un traidor y te vamos a excluir!” o quieren proveer peso adicional a su propia opinión simplemente por asociación ideológica.
Por supuesto, categorizar a una declaración como que viene de un punto de vista en particular podría facilitar su interpretación (“Puesto que X es muy cercano al feminismo, yo asumo que este o aquel declaración tiene el propósito de establecer una teoría de privilegio”). Sin embargo, esto no debería servir para invalidar la opinión de alguien o para reemplazar un argumento.
Rosa Zella
Cuando yo pienso en esto, los caniches son en realidad agradables y probablemente son animales bastante inteligentes.
Pero como sabemos, los masculinistas tienen una opinión diferente de ellos, el término “caniche”, especialmente “caniche púrpura”, es un término de abuso. Hinrich Rosenbroch escribió en su reporte publicado recientemente (…).
Con seguridad, los masculinistas intentan insultarnos a todos (en el sentido más amplio posible) los hombres pro-feministas. Pero cuando Rosenbrock escribe sobre que este término le niega a los hombres su masculinidad, entonces yo creo que uno no debería quejarse sobre el uso de ese término. Después de todo, el miedo a perder la masculinidad es lo que está implícito en su argumento sobre quedarse atrapado en el pensamiento masculinista sin descanso.
Yo, por otro lado, estoy convencido de que los caniches son animales lindos y que los caniches púrpuras son en verdad muy bonitos. Incluso si el término intenta ser insultante, yo no me siento insultado, simplemente me entretiene. Tal vez yo me voy a hacer llamar un “caniche púrpura” en el futuro.
Críticas de las Críticas
Las críticas de Christian Schmidt están justificadas en cuanto a la advertencia en contra de usar la acusación “caniche púrpura” como un cliché destinado a acabar con los pensamientos.
A pesar de que el mal uso de este término nunca puede ser descartado, el término “caniche púrpura” no debe ser interpretado como un reemplazo a un argumento. Manifold (Die Söhne von Perseus) lo declara así:
“En mi experiencia, la conversación racional con los caniches es algo inútil – ellos nunca se meten en ninguna discusión que ponga en peligro su punto de vista pro-feminista. Si fuesen tan sólo críticas del masculinismo/antifeminismo a través de argumentos y si ellos estuviesen abiertos a contra-argumentos, uno podría tener una discusión calmada con ellos y podríamos interactuar a nivel intelectual.
Pero la característica misma del caniche es que preferiría morir antes de ceder un centímetro de su punto de vista feminista y por lo tanto no puede ser alcanzado con argumentos racionales. Uno podría decir que ellos han construido un “refugio irrealista” en contra de los hechos incómodos – esto hace que el diálogo sea algo inútil.”
Sin embargo, las críticas son equivocadas si se asumen que el lado feminista está interesado en un discurso racional y con argumentos. El feminismo está marcado por la misandria, la difamación y las mentiras. Por ejemplo, tomen a Alice Schwarzer, quien en un debate televisado llamo sexista y fascista a Esther Villar y declaró que los hombres tienen una esperanza de vida que las mujeres. O consideren el mito de la brecha salarial, la declaración de que “los hombres son violadores y pedófilos” y la difamación de que los antifeministas son “totalitarios” por Markus Theunert y que son “extremistas de derecha” por Thomas Gesterkamp y Hinrich Rosenbrock.
La meta del caniche púrpura ni siquiera es hacer conversación con los MRAs. Cualquiera que haga eso se arriesga a ser estigmatizado y ser descartado como alguien políticamente incorrecto. Es por eso que Markus Theunert, Thomas Gesterkamp y Hinrich Rosenbrock recomiendan en forma unánime que se aísle a los MRAs/antifeministas, para desechar sus argumentos como “propaganda que incita al odio” y agrupar sus preocupaciones bajo la etiqueta “la lucha contra la derecha”.
Los argumentos sobre los que están dentro y fuera del grupo no deberían ser usadas en contra de los que critican al feminismo, quienes son gente quienes están intentando defenderse en contra de la argumentación en grupo cerrado del mundo feminista.
“Rosa Zelle” caminó hacia la misma trampa en la que todos caminan cuando hay un tercer grupo explicándole, que es lo que alguien más piensa. En realidad, los MRAs ven a los caniches como animales lindos y agradables. Es por eso que los “caniches púrpuras” han sido elegidos como término de referencia para los hombres pro-feministas. Pero cuando se declara en un término humoroso podría “negarle su masculinidad a los hombres”, esto sólo sirve para recalcar la falta de sentido del humor exibida por hombres pro-feministas. Y la atribución de un miedo a “perder su masculinidad” sólo confirma la misandria prevalente y la falta de respeto hacia los hombres, en contra de la cual los hombres se están defendiendo en forma justificable.
“Estoy en contra de la agresión verbal contante de los MRAs radicales. Pero por ejemplo el término ‘caniche púrpura’ es un término muy apropiado para hombres sumisos y oportunistas.” – Arne Hoffman.
Frases
“La bondad, pureza y belleza son puestas en un pedestal y son adoradas. Y así es con las mujeres, pero no es con las mujeres que ya existen, sino con LA MUJER. Con todos los ismos que vienen de ellas, el hombre caniche occidental espera que LA MUJER lo salve, lo divino, lo tranquilo, lo pacífico, las que dan vida. El hecho de que las mujeres que en realidad existen no tienen ninguna relación con este ideal es, por supuesto, una decepción para sus discípulos. Esto funciona en forma similar a los deseos y pasiones banales de los trabajadores, las cuales han sido una espina en el costado de los comunistas, es por eso que los ponen bajo un domo de vidrio y los adoran como el PROLETARIADO, de los cuales vienen todas las bendiciones habidas y por haber.” – DschinDschin
“Para mí los hombres feministas en las cortes de la familia y los trabajadores sociales, son hombres quienes al mismo tiempo tratan de anticipar y satisfacer las demandas de mujeres y son tan vulnerables ante cualquier argumento femenino.” – Astrid von Friesen.
“Siempre he interpretado el término caniche como un alentar para los hombres feministas, para que no actúen como mascotas entrenadas, sino que actúen como seres humanos pensantes.” – Omti.
“Bueno, el término ‘caniche púrpura’ no sólo significa ‘hombres feministas’, sino que hombres quienes se someten al feminismo agresivo (desde el punto de vista de quien les habla) en una forma absurda. Esto podría ser que los hombres quienes declaran que los hombres no-feministas son inferiores. Un ejemplo podría ser Horst-Ebenhard Richter, quien denigraba a los hombres como ‘semi-seres humanos’ quienes evidentemente las faltaban las características como ‘conciliación, el deseo de ayudar o formar relaciones, tolerancia y sensibilidad’. O un hombre como Roger Willemsen, quien estaba tan agitado por el que Hedi Klum supuestamente promueva una imagen tradicional de lo que es ser mujer que él públicamente declaró que ‘le daría una paliza a ella’. O alguien como Ernst Horst, quien escribió una revisión crítica del análisis FAZ del Profesor Walter Hollstein sobre la crisis del hombre. Todo lo que Horst pudo pensar es en escribir provocaciones como ‘él podría lloriquear en una forma más imaginativa’ y Horst tituló su revisión como: ‘Un pavo real a quien le gustaría ser más grande’ Con gente que actúa con tanto desprecio y desdén hacia los no-feministas, ¿Por qué deberíamos elegir una palabra con cuidado de no ofender sus sentimientos? Para ellos el término ‘caniche púrpura’ simplemente les devuelve esta audacia con creces, en el estilo de ‘no toleraremos la intolerancia’. – Foro del partido pirata: Arne Hoffman el 5 de Octubre del 2009 – 23:08 horas