
1Pídele a un vecino un destornillador. No seas tímido, casi todo el mundo tiene uno y es simplemente un destornillador. Sin embargo, si no te reconoce, tal vez debas evitar el comentario de "voy a entrar por la fuerza a esa casa".Lo mejor es un destornillador para tornillos ranurados, pero si consigues un Phillips (de cabeza de estrella) intenta igual.

2Inserta el destornillador en la base del vidrio. Muévelo para los lados, haciendo fuerza hacia arriba. Retira la ventana de la puerta, tratando de no dañar demasiado el marco de la puerta. En general, la ventana de la puerta debería salir mucho más fácil que la cerradura y su reemplazo es menos costoso.Si parece que no se mueve para arriba, intenta moverlo de lado a lado y hacia abajo. Puede haber otro lado que sea más fácil de trabajar.

3Quita el vidrio. Ubica tu mano a través del agujero de la puerta e intenta alcanzar las llaves o la manija para abrir la puerta. Si hay vidrios rotos, ten mucho cuidado. No vale la pena una visita al hospital.Si tienes éxito, tal vez sea mejor preocuparte por reemplazar el vidrio más tarde, cuando tengas mejores herramientas para trabajar.Agradécele a tu vecino, preséntate y devuélvele el destornillador.
EditarMétodo 2 de 5:
Con una tarjeta de plástico

1Analiza la cerradura. Una tarjeta servirá en una cerradura con pestillo de resorte, que es parte de una manija (y que se mueve para un lado y para el otro). No funcionará en una cerradura de cerrojo dormido.Generalmente, se puede encontrar una cerradura de cerrojo dormido arriba de la manija. Si la manija se mueve y la puerta no abre, tu cerrojo dormido está en posición cerrada y deberás intentar de otra manera.

2Utiliza una tarjeta de plástico común. Lo mejor es comenzar con tarjetas que no estén asociadas con todo tu dinero y que puedan ser reemplazadas en un mostrador en lugar de que te las tengan que emitir nuevamente y esperar a que te lleguen por correo. Es decir, si tienes una tarjeta que tiene poco valor para ti, úsala primero. Puede ser que termines arruinándola sin haber conseguido entrar.Las tarjetas laminadas tienden a funcionar mejor. Son más flexibles.

3Calza la tarjeta entre la puerta y el marco. Si el marco tiene moldura, esto será más complicado. Puedes quitarla, pero reemplazar una puerta es tan costoso (o más) que llamar a un cerrajero.

4Sostén la tarjeta directamente contra el marco de la puerta. Debes lograr que quede en la parte más pequeña de la cerradura, y la cerradura con pestillo de resorte tiene forma triangular, con la punta hacia el marco.Si la parte más elevada del pestillo no mira hacia ti, necesitarás una herramienta en forma de gancho o una pieza larga de plástico.

5Empuja la tarjeta hacia adentro e inclínala lejos de la manilla de la puerta. Cuando creas que es el momento, desliza el pestillo hacia atrás, gira la manija y abre la puerta. Ahora, que te cambien las cerraduras (es decir, instala una de cerrojo dormido) porque esto fue demasiado fácil.Esto puede requerir algunas maniobras. Si al principio no tienes éxito, intenta una y otra vez. Si no sirve, resígnate y llama a un cerrajero (o intenta otra forma).
EditarMétodo 3 de 5:
Para una cerradura con cadena

1Abre la puerta. Si logras que tu brazo pase por la abertura y la cadena esta más o menos cerca de la manija, no tendrás problemas.

2Gira un extremo de una bandita elástica alrededor de la cadena y a través del otro extremo. Básicamente, ata la bandita alrededor de la cadena, un extremo tirante alrededor de la cadena y el otro flojo hacia afuera.Ata o desliza la bandita hasta el lugar de la cadena más lejano a ti. Debe estar lo más cerca de la manija posible (el lado más cercano al borde exterior de la cadena).

3Dale una vuelta al extremo flojo alrededor de la manija. La misma punta lo hará (deseas que la manija de la puerta gire, pero si está al pie no lo hará).

4Cierra la puerta. El movimiento debería forzar a la bandita elástica a tirar la cadena hacia un lado, liberándola. Una vez que escuches que se cae la cadena, abre la puerta de nuevo, ahora completamente.
EditarMétodo 4 de 5:
A través de la cochera

1Consigue una percha de alambre. Si no tienes tu clóset en tu auto, toca puertas hasta que algún buen vecino te preste una. En realidad, cualquier pedazo de alambre fuerte pero maleable servirá.

2Dóblala en forma de varilla larga, pero deja un extremo en forma de gancho. La varilla debe ser lo más larga posible. Si puedes, abre el extremo retorcido para hacerla más larga.

3Inserta la varilla a través de la parte superior de la cochera. En algunas cocheras esto será imposible y en otras será muy fácil. Te darás cuenta en seguida cuál es la tuya en cuanto intentes hacerlo.Házlo en el centro de la cochera, donde están todos los mecanismos. Vas a buscar el pestillo arriba de la vía de metal.

4Toma el pestillo y tira hacia tu lado. Este pestillo manual está ubicado arriba del mecanismo que normalmente tira hacia arriba la puerta automáticamente (tal vez ni sabías que estaba allí). Una vez que lo gires, la puerta de la cochera se abrirá como por arte de magia.Si no puedes ver hacia adentro de la cochera, siente el pestillo a lo largo del soporte de metal e intenta llegar a la maquinaria que está arriba. Una vez que sientas un cordoncillo que sobresale de la línea, esa es tu llave.
EditarMétodo 5 de 5:
Otros métodos

1Busca una ventana abierta por la que te puedas meter. Si está en el segundo piso, piensa creativamente. ¿Hay una escalera de incendio que puedas trepar? ¿Un enrejado para plantas? ¿Un árbol?Este artículo no fomenta arriesgar tu vida. Si existe el mínimo riesgo de que te rompas el cuello, no lo hagas.

2Si tienes un techo de tejas y una escalera, tal vez puedas treparte hasta el techo. Quita las tejas y mira qué hay debajo. Si hay algo que no sea completamente inerte, inclínalo y retuércelo. O utiliza el techo para llegar a una ventana que esté demasiado lejos del nivel del suelo.Pero si no pasa nada, no lo fuerces. Sino, tendrás goteras cada vez que llueva.

3Golpéala con un martillo. Esto sólo debería realizarse en caso de emergencia. Sino, lo mejor sería esperar a un cerrajero. Después de un par de golpes duros, la manija debería romperse, creando una abertura y permitiendo que hagas juego con el cerrojo dormido.
Anuncio
EditarConsejos
Si vives en un complejo de departamentos, llama al propietario durante las horas hábiles. Si son las 3 de la madrugada, busca un lugar para dormir y llámalo por la mañana.Ten una llave de repuesto en algún lugar seguro del exterior o déjasela a un vecino en quien confíes para evitar esta situación.