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Has sido acusado de un delito y tras el juicio o las apelaciones has sido encontrado culpable y sentenciado a pasar algún tiempo en la cárcel. Pasarás la mayoría de tu tiempo encerrado en un edificio con personas que han hecho cosas despreciables, algunas peores de lo que eres capaz de imaginar. Si sabes comportarte, las cosas te irán mucho mejor. Tendrás que dar lo mejor de ti mismo si quieres sobrevivir en un sitio así.
Etapas:





1. No llores, muestres miedo o seas vulnerable públicamente. De hacerlo te convertirías rápidamente en un objetivo para el resto de prisioneros.

2. Aprender a jugar a las cartas, al ajedrez o al baloncesto hará que el tiempo se te pase más rápido.

3. Consigue un trabajo dentro de la cárcel. Eso te mantendrá ocupado y hará que los días vayan pasando.

4. Lee mucho. Ellos tendrán una biblioteca así que úsala. Intenta aprender algo. Considera el tomar cursos por correspondencia y continúa con tu educación. Piensa en escribir cartas también. Las cartas de los amigos y la familia, las historias cortas de ficción y la poesía pueden hacer que tu tiempo se pase un poco más rápido.

5. Prepárate para la sociedad que hay dentro de la prisión. Hay ciertos comportamientos hacia los otros que debes evitar:
No te conviertes en una fulana (novia). Ser una fulana puede servirte como medida de protección temporal de otros presos, pero serás el esclavo de uno de ellos. Las fulanas son usadas y abusadas. Se las apuestas en partidas de cartas y se las vende a cambio de cigarrillos. No es el camino para sobrevivir a largo plazo dentro de la prisión.
No seas un chivato. Si ves algo ilegal o violento, márchate y no divulgues ninguna información si te preguntan después. Ser conocido como un chivato hará que te pasen cosas bastante terribles. (Por supuesto, debes decidir si tus compañeros de prisión o las autoridades son más peligrosos. Porque si te interrogan los guardas y les mientes puedes caer en serios problemas legales.)
Consigue un arma para defenderte o acabarás convirtiéndote en una fulana. Es mejor acabar perdiendo una pelea que ser visto comportándose de forma cobarde o pacificadora. Tu reputación es más importante que tu deseo de evitar el dolor, así que mantenla junto con tu vida. En la medida que te sea posible, elude las confrontaciones, pero si no puedes evitar una de ellas, reacciona rápida y violentamente. Así que golpea primero. Si te dan una paliza, nunca llames a los carceleros. Repito: nunca. De hacerlo acabarías catalogado como fulana.


6. Cuídate de las violaciones. Es más probables que acabes siendo violado si has sido encarcelado por delitos sexuales – especialmente contra jóvenes – si muestras algún tipo de debilidad o simplemente eres tímido, o si tienes aspecto un poco femenino o eres muy joven. No digas nada sobre el delito que te ha llevado a la cárcel si es por una agresión sexual. Pide custodia preventiva, déjate crecer la barba y córtate el pelo.

7. Cuida de ti mismo, mantén tu boca cerrada y no hables a nadie sobre tu vida personal, tu familia o tu historial criminal – deja que ellos se hagan preguntas sobre todo ello, pero nunca exageres. No discutas sobre política o sentimientos personales con nadie. En otras palabras, no airees tu vida. Al mismo tiempo, trata de no implicarte en los asuntos de los demás.

8. Sé religioso. Los presos tienden a tratar más respetuosamente a aquellos que van a todas partes con una Biblia y rezando. Además, para mucha gente la iglesia y el creer en un Ser superior les sirve como protección y consuelo. (En algunos casos esto no estará recomendado, usa tu propio sentido común para valorar la situación.)

9. Date cuenta de que las noches serán lo peor. Echarás de menos a tu familia y la libertad. Probablemente llores, así que mete la cabeza dentro de la almohada para que nadie pueda oírte hacerlo.


Recomendaciones.




Mantente en contacto con familiares y amigos. Las cartas, postales y de vez en cuando llamadas telefónicas pueden ayudarte mucho en mantenerte mentalmente sano y en seguir formando parte de tu familia. Puede que estés sin consuelo durante un tiempo, pero eso no es motivo para que pierdas la cabeza definitivamente.

Rompe las direcciones del remitente de las cartas que recibas y tapa el dial del teléfono cuando llames a casa. Otros presos podrían escribir o llamar a tus amigos o familiares si les das la oportunidad.

No te dejes atrapar en un romance carcelario. La última cosa del mundo que necesitas es una relación afectiva dentro de la cárcel.
Un excelente recurso para cómo llevar la vida en la cárcel es el libro de Jim Hogshire “You are going to Prison” (Vas a ir a la cárcel) de la editorial Loompanics Unlimited. Es una lectura muy informativa.

Respeta a los funcionarios de prisiones. Ellos están ahí para ayudarte. Su propósito es permitirte reformar tu vida.

Disfruta al sentir la luz del sol brillar en tu cara, con el trino de los pájaros, con el viento que mueve tu cabello. Estas cosas te hacen sentir libre y ellos no pueden quitártelas (salvo que vayas a aislamiento – así que tómatelo como un aviso).

Toma la determinación de cambiar tu vida por completo para que no tengas que volver a pisar una cárcel cuando salgas de esta.

Cuando camines, siempre mira adelante. No observes a los otros, pero tampoco mires a tus pies.
Si te queda poco tiempo dentro de la cárcel, o van a trasladarte a una prisión con un régimen más abierto, no se lo digas a nadie. Porque de saberlo algunos presos intentarán provocarte para que acabes en el agujero.

Envuélvete en los programas religiosos. Harán que tu tiempo pase más rápido.
Avisos.

La información que aquí se expone sólo se aplica a las cárceles de Estados Unidos. Si te encarcelan en otro país, tendrás que aprender otro código de comportamiento. Por ejemplo, en las cárceles norteamericanas la violación a hombres es muy común, un problema que no es tan grave en Europa.


Nunca admitas o hables sobre un delito a menores. Los que abusan de menores, los pederastas y los asesinos de niños son considerados lo peor de la cárcel y son objeto de frecuentes agresiones.

Si estás en la cárcel por alguno de esos delitos, insiste en ser puesto en custodia preventiva lo antes posible. No podrás ocultar el delito que has cometido dentro de la prisión durante mucho tiempo. Estás poniendo en riesgo tu vida cuando ( y no si ) los otros presos se enteren.

No apuestes, salvo que puedas pagar tus deudas. Porque usarán la violencia contra ti y nada los dentendrá hasta que cobren sus deudas.

Recuerda que estás en una casa de ladrones y mentirosos, así que no creas mucho de lo que oigas. No confíes en otros presos salvo en los casos en hacerlo no suponga consecuencias severas. Ten cuidado eligiendo a tus amigos allí dentro y sobre dónde estás dentro de la cárcel en un momento dado del día.

No tomes drogas en la cárcel. Las drogas te proporcionarán una via de escape temporal, pero te llevarán a nuevos problemas.

Evita los tatuajes. Los tatuajes que se hacen en la prisión no son muy higiénicos y pueden provocarte hasta hepatitis, además de otras enfermedades.

No importa lo mucho que una persona te esté incordiando, no pierdas tu tiempo ni tu cabeza por culpa de ella. Ese tipo de personas no van a hacer que vuelvas a casa más rápido. Mantente sereno y pasarás mejor tu tiempo allí.

Haz lo que tengas que hacer, pero no te hundas ni olvides la razón para sobrevivir – salir algún día de allí.