
Algunos creen que el deporte mundial por excelencia es el Fútbol por la cantidad de adherentes, fanáticos y gustosos tanto de jugarlo como de verlo. Sin embargo esta creencia popular es errónea ya que existe un deporte que juega el 99% de la Humanidad a lo largo y ancho del Planeta Tierra: "Echar culpas".
Si señoras y señores, echarle la culpa de todo a todo el mundo menos a uno mismo es el deporte favorito de la Humanidad en su conjunto desde que un mono hablo y camino erguido. A partir de ese instante comenzó la debacle de la especie humana y empezaron a señalar, acusar y juzgar a los demás evadiendo responsabilidades.
Mas tarde en la evolución se crearon las religiones en donde ya no individual sino colectivamente unos grupos se acusaban unos a otros hasta la masacre. Esa es nuestra historia: culpas, acusaciones y juzgamientos ad eternum.
La culpa es siempre del otro: el negro, el blanco, el bajo, el alto, el gordo, el flaco, el tonto, el listo, el católico, el musulman, el ateo, el judío, el palestino, el iraní, el iraquí, el liberal, el comunista, el nazi, el anarquista, el socialista, el señor feudal, el rey, el presidente, el que hace, el que no hace, el hombre, la mujer, el asesino, el asesinado, la prensa, la clase media, el pobre, el rico, el ladrón, el asaltado, el padre, la madre o ambos, el hijo, la hija, el hermano, la hermana, el vecino, el amigo, el marido, la esposa ...y la madre que los pario a todos.
La cuestión es que si la culpa es siempre del otro, entonces el otro debería cambiar su actitud y no yo.
Si asumo que estoy equivocado en mis acciones y mis pensamientos debería cambiarlos para tener éxito, pero como nadie tiene ganas de responsabilizarse de nada y es mas cómodo desligarse del problema entonces "la culpa es tuya y de todo lo que me rodea".
Así llegamos a formar ideologías multitudinarias que culpan a todos los que no adhieren a la ideología o a un grupo en particular, resultando esto en grandes genocidios con lo cual el mundo y la sociedad no están mejor luego de eliminarlos sino, todo lo contrario, está todo decididamente peor.
De seguir con esta costumbre lo mejor sería eliminar a toda la humanidad o que cada uno se haga cargo de lo que corresponde y dedique su tiempo a cambiar.
No es tan difícil analizar en que nos equivocamos e intentar dar un giro a nuestra historia dejando de buscar chivos expiatorios en cualquiera que se cruce.
Tampoco es cuestión de vivir diciendo: "Cuando esto me sale bien, es gracias a mi esfuerzo y constancia" y "Cuando esto sale mal, es culpa de ...." (rellene los puntos suspensivos con el culpable).
Esa forma de pensar es mediocre propia de un perfecto frustrado.
El fracaso es parte del aprendizaje y también el éxito; quedarse en el fracaso permanentemente sin hacer nada es "Echando culpas".