El plan secreto de Londres para usar psicópatas contra una posible hecatombe nuclear
Más de 300 megatones de bombas nucleares explotan sobre Reino Unido en el espacio de 16 horas.
Muchas ciudades son destruidas, millones de personas mueren por las explosiones, millones más sobreviven y padecen enfermedades causadas por la radiación.
En unos búnkeres hay 12 comisarios regionales con su personal, listos para salir y tomar las riendas.
¿Cómo lo hacen? ¿Cómo pueden restaurar el orden y comenzar con la reconstrucción?
Esto era lo que un ensayo de alto secreto del Ministerio del Interior británico pretendía probar en 1982, según documentos recientemente difundidos por el Archivo Nacional.
Operativo "Regeneración"
Con el optimista nombre de "Regeneración", este ejercicio era un juego de guerra que exploraba los primeros seis meses después de un supuesto intercambio nuclear en la Tercera Guerra Mundial.
Documento Archvo Nacional
Documento del Archivo Nacional británico, con fecha 2 de julio, donde se habla del imaginario ataque nuclear.
Se enfocaba en una región central de Reino Unido: los cinco condados de Derbyshire, Leicestershire, Lincolnshire, Nottinghamshire y South Yorkshire.
Los funcionarios se imaginaron lo que pasaría después de que cayeran las bombas. Conocían los objetivos más probables en la zona y predijeron cómo los daños se extenderían en forma de "anillos".
En los epicentros de las bombas habría un daño "inimaginable"; en los anillos exteriores, "paneles rotos" y "escombros en las calles".
Los consejeros científicos calcularon que el 50% del país quedaría intacto aunque los sobrevivientes podían verse afectados por los efectos secundarios de la radiación.
Psicópatas para mantener el orden
Al planear el juego de guerra, una funcionaria intentó imaginar cómo se mantendrían la ley y el orden tras los ataques.
Jane Hogg, científica del Ministerio del Interior, visionó cómo la policía estaría ocupada ayudando en las zonas golpeadas por el desastre y sugirió que se reclutara a otro grupo para mantener el orden.
"Es sabido que cerca del 1% de la población es psicópata", escribió.
"Son personas de las que se espera que no presenten efectos psicológicos en las comunidades que sufrieron las peores pérdidas".
Hogg sugirió que los psicópatas serían "muy buenos en la crisis" ya que "no tienen sentimientos por los demás, ni un código moral y tienden a ser muy inteligentes y lógicos".

Más de 300 megatones de bombas nucleares explotan sobre Reino Unido en el espacio de 16 horas.
Muchas ciudades son destruidas, millones de personas mueren por las explosiones, millones más sobreviven y padecen enfermedades causadas por la radiación.
En unos búnkeres hay 12 comisarios regionales con su personal, listos para salir y tomar las riendas.
¿Cómo lo hacen? ¿Cómo pueden restaurar el orden y comenzar con la reconstrucción?
Esto era lo que un ensayo de alto secreto del Ministerio del Interior británico pretendía probar en 1982, según documentos recientemente difundidos por el Archivo Nacional.
Operativo "Regeneración"
Con el optimista nombre de "Regeneración", este ejercicio era un juego de guerra que exploraba los primeros seis meses después de un supuesto intercambio nuclear en la Tercera Guerra Mundial.
Documento Archvo Nacional
Documento del Archivo Nacional británico, con fecha 2 de julio, donde se habla del imaginario ataque nuclear.
Se enfocaba en una región central de Reino Unido: los cinco condados de Derbyshire, Leicestershire, Lincolnshire, Nottinghamshire y South Yorkshire.
Los funcionarios se imaginaron lo que pasaría después de que cayeran las bombas. Conocían los objetivos más probables en la zona y predijeron cómo los daños se extenderían en forma de "anillos".
En los epicentros de las bombas habría un daño "inimaginable"; en los anillos exteriores, "paneles rotos" y "escombros en las calles".
Los consejeros científicos calcularon que el 50% del país quedaría intacto aunque los sobrevivientes podían verse afectados por los efectos secundarios de la radiación.
Psicópatas para mantener el orden
Al planear el juego de guerra, una funcionaria intentó imaginar cómo se mantendrían la ley y el orden tras los ataques.
Jane Hogg, científica del Ministerio del Interior, visionó cómo la policía estaría ocupada ayudando en las zonas golpeadas por el desastre y sugirió que se reclutara a otro grupo para mantener el orden.
"Es sabido que cerca del 1% de la población es psicópata", escribió.
"Son personas de las que se espera que no presenten efectos psicológicos en las comunidades que sufrieron las peores pérdidas".
Hogg sugirió que los psicópatas serían "muy buenos en la crisis" ya que "no tienen sentimientos por los demás, ni un código moral y tienden a ser muy inteligentes y lógicos".