Luisana Lopilato: "Tengo un tema con mi cola, nunca me gustó mostrarla ni que la miren"
¿Es una maldición ser hermosa? Al menos algo de eso se parece percibir en la obsesión de Luisana Lopilato por demostrar que está lejos del estereotipo de la “rubia tonta”. Casada con una estrella global –el cantante Michael Bublé– y con un estilo de vida hollywoodense, la chica igual se rebela ante la mirada de los otros. “Quiero que me den una oportunidad”, proclama.

Está a treinta centímetros de distancia, tomando un té. Luisana Lopilato irradia exuberancia y belleza en partes abundantes y proporcionales, las que sumadas a su calidez y sencillez, la erigen en una belleza de colección, casi irrepetible.
Con un entusiasmo entre cariñoso y confuso, Luisana saluda al cronista con un “de dónde nos conocemos, de qué entrevista te tengo”. La respuesta la deja perpleja porque el único recuerdo data de 2005, cuando la actriz se mudaba del Trece a Telefe “para arrancar con un proyecto medio raro llamado Casados con hijos, contaba por entonces. Incrédula, la actriz y esposa de Michael Bublé esboza: “Se me pone la piel de gallina al pensar que ya pasaron diez años”.
¿Por qué? ¿Se te vinieron los años encima, acaso?
Es que es increíble cómo en las entrevistas te vas dando cuenta del paso del tiempo…
Tenés 27 años, sos una “niña” aún…
El tema es que yo siento y creo que tengo 18 años. Que me congelé en los dieciocho, que me quedé en esa época, ¿entendés?
¿Por qué será?
Bueno, mi época linda, de juventud, de diversión y pocas responsabilidades fue a esa edad.
Hablás como una veterana…
Es que por momentos creo que vivo tres vidas a la vez. Sumalas y me convierto en una veterana…
¿Qué dice la psicóloga?
Que no tengo cura, ja.
Mucha intensidad, ¿no? Finalmente en “apenas” diez años tu vida…
(Interrumpe) Un giro de 180 grados… En los últimos tres, cuatro años mi vida fue arrolladora, me llevó por delante a mí... Igual estoy chocha, eh, es la vida que elegí, pero tengo más responsabilidades que a los dieciocho.
A los 17 ya habías pasado por “Rebelde Way”, la banda Erreway y las giras por el mundo, la tira “Los secretos de papá” e iniciabas una página nueva con “Casados con hijos”, además de tener fama de lolita fatal. Eras candidata a estar harta de todo antes de llegar a los veinte…
Sí, es cierto. La cosa venía muy heavy, por suerte mis padres supieron cómo encarrilarme… Y en cuanto a mí me demostré que la interpretación era lo mío, que sigo amando la actuación como a los 17, cuando empezaba a sentir que me apasionaba. Y te digo que nunca me saturé ni llegué al hartazgo.
¿Por qué decís “me demostré”?
Porque de verdad yo tampoco pensaba que podría llegar y lograr todo lo que hice. Siempre me tildaron de “la linda rubia de ojos celestes no puede actuar, es de madera”. Fue difícil hacerle frente a tanta crítica y a tantos prejuicios.
¿Cómo lo hiciste?
Bajando la cabeza, no creerme más que nadie y laburando y escuchando a los que más saben. Es lo que hago ahora. Porque yo soy actriz y quiero trabajar, y quiero que me llamen y que confíen y apuesten por mí. Que un director sepa que puedo afrontar papeles desafiantes, comprometedores…
No sólo hacer de la linda…
No sólo la linda. Yo disfruto de preparar un papel, de hablar con el director previamente. Soy de escuchar y de incorporar herramientas. Quiero que me valoren como actriz no como un frasco…