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Testimonio real, obtenido por estudiosos de las culturas tibetanas y de su mística. No es sencillo dar con registros que aseguren la veracidad de lo que se cuenta. Cada quien es libre de opinar sobre esto a su manera
Los hombres que se elevan en el aire
Desde siempre se ha considerado que occidente tenía una cultura práctica y el oriente una cultura espiritual, la mayoría de las veces hasta llegamos a burlarnos de aquellos atrasados hombres de ojos rasgados, para nosotros - los desarrollados y en la cresta del conocimiento - eran simples incultos.
Por supuesto, nunca dijeron nada, solo una enigmática sonrisa y continuaban con sus extrañas costumbres. Yo también pequé de soberbia occidental. Debimos parecerles como chiquillos que jugaban con las ciencias y descuidaban lo mas importante que es el espíritu.
La rueda de la vida nos da sorpresas y también nos coloca en situaciones jamás soñadas; siendo estudiante universitario tuve un compañero coreano llamado Lin, de religión Budista, con el que charlé muchas horas sobre su religión y sobre la cultura oriental. Aprendí muchas técnicas y con la lectura de los libros del Lama Rampa, llegué a conocer cosas que nunca imaginé y mecanismos naturales que cambiaron por completo mi visión tanto interior como exterior. No es que me haya convertido al budismo, solo que ahora entiendo mucho mejor a mi religión, Lin me repetía siempre “No es conveniente que la gente cambie de religión, solo debe perfeccionar la suya y sentirse bién con ella” y tenía razón.
Una vez me habló de las técnicas de los hombres-pájaros del Tibet y puedo dar fe que existen ciertas formas para desplazarse una persona, que le permite recorrer grandes distancias sin mayor cansancio, por haberlo observado y hasta realizado en algunas ocasiones. Pero esto tiene que ver mas con el verdadero Tibet y no con el que nos vende la propaganda racional, el verdadero Tibet es invisible, escapa a la percepción sensorial, se oculta en los abismos de la mente. Es el país misterioso del conocimiento del mas allá, ese universo del cual los lamas tibetanos tienen la clave y que sus espíritus sutiles parecen haber explorado tan profundamente como los sabios de occidente han explorado el universo físico.
Nada mas impresionante en el corazón del “Techo del Mundo”, que observar un HP2Monasterio solitario, enclavado en una saliente rocosa y expuesto a los vientos que barren las mesetas nevadas. A la caída de la noche, sus ventanas iluminadas con candiles y antorchas llameantes que suben y bajan a lo largo de gradas interminables, expanden una fuerza misteriosa y turbadora. Allí se manejan las energías desconocidas que anidan en lo mas profundo del inconsciente; detrás de sus gruesos muros se estudian y practican los poderes ocultos que asombran y fascinan a los viajeros y desconciertan a nuestra ciencia. El sistema de Hipnopédia de enseñanza es utilizado desde hace mil años y los primeros europeos que visitaron Lhasa se reían por la forma en que preparaban a los jóvenes lamas cuando dormían.
Con el término colectivo Lung-gon los tibetanos designan numerosas prácticas que tienen fines distintos, unos espirituales, otros físicos, que combinan la concentración mental con ejercicios de respiración y pruebas gimnásticas. Sin embargo el nombre Lung-gon se aplica especialmente a un género de adiestramiento mitad psíquico y mitad físico, que hace adquirir a quién lo practica ligereza y celeridad supranormales. El Lung-gon-pa es un “atleta con poderes parapsíquicos” capaz de recorrer, con extraordinaria rapidez enormes distancias, sin alimentarse ni descansar.
Los tibetanos hablan mucho de esos maravillosos Lung-gon-pa y los ejemplos de viajes a pie efectuados a velocidades anormales se mencionan en las tradiciones antiguas. Estas hazañas, sin embargo, más que a la velocidad se refieren a una resistencia prodigiosa. No se trata simplemente de una carrera de 12 a 15 kilómetros como en nuestras pruebas deportivas, sino de cubrir sin parar y en estado de “trance”, distancias de varios cientos de kilómetros, sosteniendo la marcha a un paso tan vivo que a veces se deslizan como si no tocaran el suelo.
En su libro “Misterios y Magias del Tibet”, Alejandra David-Neel, una mujer extraordinaria que vivió catorce años en el país de las nieves, se convirtió al budismo y penetró en los misterios de esa tierra saturada de misticismo; refiere su encuentro con un Lung-gon-pa durante una de sus travesías a caballo por las desoladas planicies tibetanas.
Dice Alejandra David-Neel, “El hombre continuaba acercándose y la rapidez de su marcha era cada vez mas evidente. ¿ Qué debía hacer si era un verdadero Lung-gon-pa ? Deseaba observarle de cerca, hablar con él, hacerle preguntas y también fotografiarle. Pero desde las primeras palabras que dije, el criado que había reconocido el paso del Lung-gon-pa, exclamó. - Señora, usted no va a parar al lama, ni hablarle ¿ verdad ? . Esos lamas cuando viajan, no deben interrumpir su meditación, el Dios que está en ellos se escapa si dejan de repetir las fórmulas mágicas y, si los abandona antes de tiempo, les da tan violenta sacudida que los mata.- Era una advertencia absurda, pero sin embargo no había que desdeñarla del todo yo sabía que el lama caminaba en estado de trance y desconocía hasta donde podía ser traumático y peligroso su despertar; no quería experimentar algo que podía ser muy cruel.”
“Había llegado a poca distancia de nosotros. Podía distinguir claramente su faz impasible y sus ojos muy abiertos que parecían contemplar fijamente un punto situado en alguna parte, allá arriba en el espacio vacío. Diríase que se desprendía de la tierra a cada paso que daba y que avanzaba botando, como si hubiera tenido la elasticidad de una pelota.… Mis criados habían echado pie a tierra y se prosternaron hasta el suelo cuando el lama pasó delante de nosotros.”
Otra experiencia extraordinaria que ilustra sobre los fenómenos de levitación en el Tibet, es sin duda la que protagonizó la expedición de Sing-Vessantara cuando siguiendo la ruta de Gantok penetraron en una extensa planicie. Fue entonces cuando el doctor Sing avistó a bastante distancia un tronco de árbol seco sobre el que se mantenía inmóvil una figura que pareció ser la de un gran pájaro. De inmediato enfocó su binóculo y pudo comprobar sorprendido que se trataba de un ser humano. El guía afirmó de inmediato que se trataba de un Lung-gon-pa y explicó que en esa zona se hallaba la mas célebre lamasería de monjes alados.HP4
Los lamas voladores se diferencian de los caminantes en que acentúan las prácticas conducentes a la neutralización del peso. Se cuenta que en ciertos casos consiguen tal perfección que llegan a sentarse sobre una hierba alta sin doblarla. El origen de los Lung-gon-pa y las características del especial estudio que realizan, se deben al fundador de la orden el Lama Yunton Dorji Pal en el 1284 de nuestra era.
“Nuestra curiosidad era tan grande - escribió el doctor Sing - que preparamos la máquina filmadora y a medida que nos acercábamos comenzamos a filmar con un teleobjetivo. De pronto la figura se movió en el aire y con una rapidez increíble desapareció entre las montañas. Esa noche acampamos en un lugar tranquilo y después de descansar revelamos la película, recién al otro día pudimos proyectarla sobre un improvisado telón que formamos con mantas y sábanas. Cuando Ananda Vessantara comenzó la proyección, vimos la imagen nítida de un hombre joven con los ojos muy abiertos, vestido de andrajos amarillos, sus cabellos oscuros y enmarañados le caían sobre los hombros. Sus manos estaban crispadas y asían una vara ritual. Flotaba sobre el árbol seco a casi dos palmos del mismo, nada lo sostenía”.
En la lamasería de los Lung-gon-pa tienen como objetivo que los monjes logren:
1) La neutralización del peso. Levitación
2) La modificación de la altura y la forma humana.
3) El control de la respiración a fin de dilatar la envoltura energética.
4) El desarrollo de los Chakras - Los siete centros vitales. Se dice que en este lamasterio algunos de los lamas logran hacer su cuerpo tan leve que necesitan usar cadenas para no quedar flotando por el aire con los consiguientes peligros que entraña.
Ese es el Tibet secreto o que no comprendemos porque no podemos medir, disecar o desarmar. En occidente hay casos de levitación y el mas claro es el de Santa Teresa por sus prácticas ascéticas. Por que leviten no los hace santos, la levitación es en ellos solo una consecuencia sin mayor importancia de su magnífico progreso espiritual.-
TIBETANOS Y ATLETAS
experiencias místicas
Los monjes tibetanos realizan un entrenamiento de meditación especial denominado lung-gom-pa, que les capacita para desarrollar carreras a alta velocidad durante varios días y noches consecutivas, en carreteras y caminos montañosos. Relatan estos iniciados que, mientras corren, se sienten leves y fluctuando. Algunos deportistas tienen sensaciones semejantes. Maurice Herzog, respecto de una escalada bien sucedida al Annapurna, dice: Me he sentido como si estuviese inmerso en algo nuevo y muy poco común. Había algo no natural en la manera como yo veía a Lachenal (Pierre Lachenal, su compañero de aventura) y a todo cuanto nos rodeaba… toda sensación de esfuerzo había desaparecido, como si no hubiese gravedad. Los paisajes que yo veía no eran las montañas que conocía, eran las montañas de mis sueños.
Nuestros estudios y pesquisas han demostrado que el despertar de esa fuerza motriz y la conquista de ese estado transdimensional o conciencia divina plena, puede ser realizado a través de procesos como la respiración.
Testimonio real, obtenido por estudiosos de las culturas tibetanas y de su mística. No es sencillo dar con registros que aseguren la veracidad de lo que se cuenta. Cada quien es libre de opinar sobre esto a su manera
Los hombres que se elevan en el aire

Desde siempre se ha considerado que occidente tenía una cultura práctica y el oriente una cultura espiritual, la mayoría de las veces hasta llegamos a burlarnos de aquellos atrasados hombres de ojos rasgados, para nosotros - los desarrollados y en la cresta del conocimiento - eran simples incultos.

Por supuesto, nunca dijeron nada, solo una enigmática sonrisa y continuaban con sus extrañas costumbres. Yo también pequé de soberbia occidental. Debimos parecerles como chiquillos que jugaban con las ciencias y descuidaban lo mas importante que es el espíritu.

La rueda de la vida nos da sorpresas y también nos coloca en situaciones jamás soñadas; siendo estudiante universitario tuve un compañero coreano llamado Lin, de religión Budista, con el que charlé muchas horas sobre su religión y sobre la cultura oriental. Aprendí muchas técnicas y con la lectura de los libros del Lama Rampa, llegué a conocer cosas que nunca imaginé y mecanismos naturales que cambiaron por completo mi visión tanto interior como exterior. No es que me haya convertido al budismo, solo que ahora entiendo mucho mejor a mi religión, Lin me repetía siempre “No es conveniente que la gente cambie de religión, solo debe perfeccionar la suya y sentirse bién con ella” y tenía razón.

Una vez me habló de las técnicas de los hombres-pájaros del Tibet y puedo dar fe que existen ciertas formas para desplazarse una persona, que le permite recorrer grandes distancias sin mayor cansancio, por haberlo observado y hasta realizado en algunas ocasiones. Pero esto tiene que ver mas con el verdadero Tibet y no con el que nos vende la propaganda racional, el verdadero Tibet es invisible, escapa a la percepción sensorial, se oculta en los abismos de la mente. Es el país misterioso del conocimiento del mas allá, ese universo del cual los lamas tibetanos tienen la clave y que sus espíritus sutiles parecen haber explorado tan profundamente como los sabios de occidente han explorado el universo físico.

Nada mas impresionante en el corazón del “Techo del Mundo”, que observar un HP2Monasterio solitario, enclavado en una saliente rocosa y expuesto a los vientos que barren las mesetas nevadas. A la caída de la noche, sus ventanas iluminadas con candiles y antorchas llameantes que suben y bajan a lo largo de gradas interminables, expanden una fuerza misteriosa y turbadora. Allí se manejan las energías desconocidas que anidan en lo mas profundo del inconsciente; detrás de sus gruesos muros se estudian y practican los poderes ocultos que asombran y fascinan a los viajeros y desconciertan a nuestra ciencia. El sistema de Hipnopédia de enseñanza es utilizado desde hace mil años y los primeros europeos que visitaron Lhasa se reían por la forma en que preparaban a los jóvenes lamas cuando dormían.

Con el término colectivo Lung-gon los tibetanos designan numerosas prácticas que tienen fines distintos, unos espirituales, otros físicos, que combinan la concentración mental con ejercicios de respiración y pruebas gimnásticas. Sin embargo el nombre Lung-gon se aplica especialmente a un género de adiestramiento mitad psíquico y mitad físico, que hace adquirir a quién lo practica ligereza y celeridad supranormales. El Lung-gon-pa es un “atleta con poderes parapsíquicos” capaz de recorrer, con extraordinaria rapidez enormes distancias, sin alimentarse ni descansar.

Los tibetanos hablan mucho de esos maravillosos Lung-gon-pa y los ejemplos de viajes a pie efectuados a velocidades anormales se mencionan en las tradiciones antiguas. Estas hazañas, sin embargo, más que a la velocidad se refieren a una resistencia prodigiosa. No se trata simplemente de una carrera de 12 a 15 kilómetros como en nuestras pruebas deportivas, sino de cubrir sin parar y en estado de “trance”, distancias de varios cientos de kilómetros, sosteniendo la marcha a un paso tan vivo que a veces se deslizan como si no tocaran el suelo.

En su libro “Misterios y Magias del Tibet”, Alejandra David-Neel, una mujer extraordinaria que vivió catorce años en el país de las nieves, se convirtió al budismo y penetró en los misterios de esa tierra saturada de misticismo; refiere su encuentro con un Lung-gon-pa durante una de sus travesías a caballo por las desoladas planicies tibetanas.

Dice Alejandra David-Neel, “El hombre continuaba acercándose y la rapidez de su marcha era cada vez mas evidente. ¿ Qué debía hacer si era un verdadero Lung-gon-pa ? Deseaba observarle de cerca, hablar con él, hacerle preguntas y también fotografiarle. Pero desde las primeras palabras que dije, el criado que había reconocido el paso del Lung-gon-pa, exclamó. - Señora, usted no va a parar al lama, ni hablarle ¿ verdad ? . Esos lamas cuando viajan, no deben interrumpir su meditación, el Dios que está en ellos se escapa si dejan de repetir las fórmulas mágicas y, si los abandona antes de tiempo, les da tan violenta sacudida que los mata.- Era una advertencia absurda, pero sin embargo no había que desdeñarla del todo yo sabía que el lama caminaba en estado de trance y desconocía hasta donde podía ser traumático y peligroso su despertar; no quería experimentar algo que podía ser muy cruel.”
“Había llegado a poca distancia de nosotros. Podía distinguir claramente su faz impasible y sus ojos muy abiertos que parecían contemplar fijamente un punto situado en alguna parte, allá arriba en el espacio vacío. Diríase que se desprendía de la tierra a cada paso que daba y que avanzaba botando, como si hubiera tenido la elasticidad de una pelota.… Mis criados habían echado pie a tierra y se prosternaron hasta el suelo cuando el lama pasó delante de nosotros.”

Otra experiencia extraordinaria que ilustra sobre los fenómenos de levitación en el Tibet, es sin duda la que protagonizó la expedición de Sing-Vessantara cuando siguiendo la ruta de Gantok penetraron en una extensa planicie. Fue entonces cuando el doctor Sing avistó a bastante distancia un tronco de árbol seco sobre el que se mantenía inmóvil una figura que pareció ser la de un gran pájaro. De inmediato enfocó su binóculo y pudo comprobar sorprendido que se trataba de un ser humano. El guía afirmó de inmediato que se trataba de un Lung-gon-pa y explicó que en esa zona se hallaba la mas célebre lamasería de monjes alados.HP4

Los lamas voladores se diferencian de los caminantes en que acentúan las prácticas conducentes a la neutralización del peso. Se cuenta que en ciertos casos consiguen tal perfección que llegan a sentarse sobre una hierba alta sin doblarla. El origen de los Lung-gon-pa y las características del especial estudio que realizan, se deben al fundador de la orden el Lama Yunton Dorji Pal en el 1284 de nuestra era.

“Nuestra curiosidad era tan grande - escribió el doctor Sing - que preparamos la máquina filmadora y a medida que nos acercábamos comenzamos a filmar con un teleobjetivo. De pronto la figura se movió en el aire y con una rapidez increíble desapareció entre las montañas. Esa noche acampamos en un lugar tranquilo y después de descansar revelamos la película, recién al otro día pudimos proyectarla sobre un improvisado telón que formamos con mantas y sábanas. Cuando Ananda Vessantara comenzó la proyección, vimos la imagen nítida de un hombre joven con los ojos muy abiertos, vestido de andrajos amarillos, sus cabellos oscuros y enmarañados le caían sobre los hombros. Sus manos estaban crispadas y asían una vara ritual. Flotaba sobre el árbol seco a casi dos palmos del mismo, nada lo sostenía”.

En la lamasería de los Lung-gon-pa tienen como objetivo que los monjes logren:
1) La neutralización del peso. Levitación
2) La modificación de la altura y la forma humana.
3) El control de la respiración a fin de dilatar la envoltura energética.
4) El desarrollo de los Chakras - Los siete centros vitales. Se dice que en este lamasterio algunos de los lamas logran hacer su cuerpo tan leve que necesitan usar cadenas para no quedar flotando por el aire con los consiguientes peligros que entraña.

Ese es el Tibet secreto o que no comprendemos porque no podemos medir, disecar o desarmar. En occidente hay casos de levitación y el mas claro es el de Santa Teresa por sus prácticas ascéticas. Por que leviten no los hace santos, la levitación es en ellos solo una consecuencia sin mayor importancia de su magnífico progreso espiritual.-

TIBETANOS Y ATLETAS
experiencias místicas

Los monjes tibetanos realizan un entrenamiento de meditación especial denominado lung-gom-pa, que les capacita para desarrollar carreras a alta velocidad durante varios días y noches consecutivas, en carreteras y caminos montañosos. Relatan estos iniciados que, mientras corren, se sienten leves y fluctuando. Algunos deportistas tienen sensaciones semejantes. Maurice Herzog, respecto de una escalada bien sucedida al Annapurna, dice: Me he sentido como si estuviese inmerso en algo nuevo y muy poco común. Había algo no natural en la manera como yo veía a Lachenal (Pierre Lachenal, su compañero de aventura) y a todo cuanto nos rodeaba… toda sensación de esfuerzo había desaparecido, como si no hubiese gravedad. Los paisajes que yo veía no eran las montañas que conocía, eran las montañas de mis sueños.

Nuestros estudios y pesquisas han demostrado que el despertar de esa fuerza motriz y la conquista de ese estado transdimensional o conciencia divina plena, puede ser realizado a través de procesos como la respiración.
