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Se conoce como “baba rosa” a un producto industrial derivado de la carne y compuesto por una mezcla de deshechos animales no aptos para una venta directa. Su uso comenzó como alimento para mascotas, más tarde fue empleado como ingrediente de alimentos industrializados para consumo humano.



La baba rosa posee recortes de intestinos, médula, huesos, piel, y otras áreas del animal, que son posteriormente tratadas con químicos como amoníaco o ácido cítrico para su incorporación en hamburguesas y alimentos similares. Su reciente aparición en los medios provocó el asco a muchos quienes habituaban a consumir este tipo de comida.



En el mes de marzo de 2012, la cadena de noticias Estadounidense ABC, publicó un informe sobre este producto y desató una gran controversia en la opinión pública que continúa hasta hoy. Allí se alegaba que hasta un 70% de las hamburguesas y sus derivados poseen baba rosa en su composición, y que la misma era considerada, en el listado de ingredientes simplemente como “carne”.



Lo que las empresas llamaban “deshechos de carne procesada y compactada, tratada con un agente antibacteriano”, era en realidad una desagradable emulsión compuesta de los últimos deshechos aprovechables y de menor calidad del ganado. Desde el gobierno replicaron que la baba rosa es un alimento comprobado como seguro, y además aprobado por la agencia de alimentos oficial del gobierno de Estados Unidos.



Desde entonces, las cadenas de supermercados más importantes anunciaron que ya no venderían productos en cuyo contenido se hallara el aditivo. Por otro lado, los consumidores dieron muestras de evitar todo alimento sospechoso de contenerlo, acción que derivó en la aparición de una etiqueta especial cuya leyenda “orgánico”, garantiza su no presencia.
El caso de la baba rosa puso en tela de juicio como nunca antes, la discusión acerca de la calidad alimenticia para los ciudadanos tanto de este país, como de los demás, a la hora de delegar su producción a empresas con poca preocupación por la salud de sus clientes, y por supuesto, sistemas burocráticos y políticos afines a los intereses corporativos.



Es cada día más necesario prestar atención a los alimentos que consumimos en esta sociedad. Es urgente la creación de controles estrictos de calidad y bienestar humano. Hasta que esto sea posible, será necesario ser muy cuidadosos con lo que llevamos a la boca. A pesar de no haber constancia alguna de intoxicación o enfermedad producida por el consumo de este producto, se lo considera actualmente en ese país, como riesgoso para la salud.