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Es una gran putada. Más cuando a una no le gustan los deportes, y menos aún cuando por narices tiene que aguantar que a su pareja le encanten, sea cual sea. Mi novio es de los que van a todos todos todos los partidos, vamos, que me veo en el paritorio y él en el campo de fútbol con sus amigos. No se pierde ni uno, va tanto a los que se juegan en casa como a los que se juegan fuera, y no le importa pegarse la paliza de un viaje de ocho horas en autobús para ver dos horas de partido, y volverse otras ocho horas para casa. Dice, buena excusa, que no hace nada malo, que es su único momento de distracción a la semana, que es la forma de desahogarse de sus problemas… ¿Acaso nosotras no tenemos ese derecho? Pero claro, muchas pensamos en reservarnos ese espacio de desahogo con él, pensamos en ir a un concierto, una cena romántica acompañada de un hotel, irnos a hacer un viaje, o simplemente salir un viernes de marcha hasta las siete de la mañana… Pensamos en olvidarnos de nuestra vida cotidiana con ellos, pero ellos no hacen lo mismo con nosotras, a veces me pregunto si será porque somos un problema más…

Lo peor, es que los partidos se suelen jugar los domingos, y ¿qué hace una? O se va con su novio a ver eso que tanto odia y pasar dos horas de lo más aburrida, sólo por estar con él, o se queda en casa traumatizada y hasta las narices de que llegue el domingo, sustituyendo el único día de la semana en que puede estar con su pareja pasando un gran momento, por estar frente al ordenador, pasear con sus amigas, o atiborrándose a helados mientras ve la estúpida programación que hay en la tele los domingos.

Llegar a comprender la mente de una persona que es súper fanática de algo es una gran incógnita, y más si es un hombre. Ya de por sí es difícil saber lo que piensa un hombre en circunstancias normales, pero vamos, que vaya a ver cómo corren veintidós hombres, me parece algo totalmente ilógico, y más aún cuando dicen que es su pasión. Con la de cosas interesantes que hay por hacer, y se dedican a eso… Y lo peor no es cuando llega el domingo, no, lo peor es la lata que te están dando toda la semana deseando que llegue el domingo. Son la leche… Pero claro, encima que se le ocurra a una hacer planes por su cuenta, o irse de viaje, para que cuando te llamen estén cada dos por tres: que si te echo de menos, que si no puedo estar sin ti, que si me haces falta… Vuelves el domingo del viaje y ¿¿¿dónde te encuentras a tu chico??? En el estadio de fútbol.

Amigas mías, que tu novio sea un fanático del fútbol, es una gran putada.