Desde hace unos días vengo pensando en mi madre, ayer llovió y me empape yendo a ingles con mis compas de laburo, entonces saque de mi mochila, una campera que tenía un notorio olor a comida… y me acorde de ella. Mi vieja trabajaba en una parrilla y siempre olía a pollo a la parilla, toda su ropa, su pelo, ella lo sabía y se avergonzaba de ello, a mi no me importaba, yo olía su cabello y lamia su cabeza en forma de chiste. Fue ahí que su recuerdo me invadió.
Baje del colectivo y había dos perros, que se quedaron mirando…los salude, ( si, hablo con los perros callejeros) y ella volvió a mí. Era una persona que amaba los animales, alimentaba a los perros callejeros del barrio. Venia tarde de trabajar, cansada, pero no impedía que le hiciera una enorme olla de comida a sus fans perrunos. Recuerdo que cuando tenía algo así como 7 años, era invierno, una vecina tenía un perro petizo, blanco, el cual vivía afuera, ese invierno fue muy duro recuerdo, ella lo miraba cada vez que pasa camino a la casa de su amiga, quien me cuidaba mientras ella trabajaba, y sufría por el perrito. Una tarde-noche muy fría, esas cuando no hay nadie en la calle, y todos están dentro de su casa buscando calor, nosotras caminábamos por la vereda de la vecina, el perro tiritaba de frio, fue cuando ella lo miro, y no aguanto, lo llamo muy despacito, el perro acudió lentamente a ella, sigilosamente abrió la puerta y lo dejo salió, y el perro se fue a vivir con nosotras. En su primera noche durmió a los pies de la cama como lo haría por muchos años.
Es así como la recuerdo hoy, han pasado muchos años desde que ya no está, y sinceramente intento no pensar mucho en ella, no sé bien la causa, quizás solo el hecho que debía seguir viviendo, no se.
La extraño esa es otra verdad.
Pero mi madre merece ser recordada, hay una frase que dice que una persona muere dos veces, la primera es cuando es su cuerpo el que muere, y la segunda cuando nadie la recuerda…pues bien aquí esta ella, mi madre.
Baje del colectivo y había dos perros, que se quedaron mirando…los salude, ( si, hablo con los perros callejeros) y ella volvió a mí. Era una persona que amaba los animales, alimentaba a los perros callejeros del barrio. Venia tarde de trabajar, cansada, pero no impedía que le hiciera una enorme olla de comida a sus fans perrunos. Recuerdo que cuando tenía algo así como 7 años, era invierno, una vecina tenía un perro petizo, blanco, el cual vivía afuera, ese invierno fue muy duro recuerdo, ella lo miraba cada vez que pasa camino a la casa de su amiga, quien me cuidaba mientras ella trabajaba, y sufría por el perrito. Una tarde-noche muy fría, esas cuando no hay nadie en la calle, y todos están dentro de su casa buscando calor, nosotras caminábamos por la vereda de la vecina, el perro tiritaba de frio, fue cuando ella lo miro, y no aguanto, lo llamo muy despacito, el perro acudió lentamente a ella, sigilosamente abrió la puerta y lo dejo salió, y el perro se fue a vivir con nosotras. En su primera noche durmió a los pies de la cama como lo haría por muchos años.
Es así como la recuerdo hoy, han pasado muchos años desde que ya no está, y sinceramente intento no pensar mucho en ella, no sé bien la causa, quizás solo el hecho que debía seguir viviendo, no se.
La extraño esa es otra verdad.
Pero mi madre merece ser recordada, hay una frase que dice que una persona muere dos veces, la primera es cuando es su cuerpo el que muere, y la segunda cuando nadie la recuerda…pues bien aquí esta ella, mi madre.