

Más allá de las múltiples experiencias informativas y místicas que el observar las estrellas nos brinda, existe un intrigante fenómeno a cuya reflexión valdría la pena dedicar unos momentos: la posibilidad de viajar a través del tiempo, de desafiar la linealidad cultural que imponemos a esta variable del eje existencial (el tiempo-espacio).
Como muchos sabemos, las estrellas que podemos apreciar hoy, en realidad son entidades que bien pudieron haberse desintegrado hace milenios. Sin embargo, el tiempo que tardan sus partículas de luz en completar el trayecto que les separa de nosotros, hace que la fuente de la información óptica que hoy podemos apreciar, bien podría ya no existir o existir en un tiempo radicalmente lejano al nuestro –por ejemplo, la luz solar que percibes en este instante, en realidad existió hace 8 minutos y 19 segundos, y existen estrellas observables a distancias miles de veces mayores que la que nos separa del sol.

De esta manera cada vez que veas las estrellas de noche en realidad estarás viendo como estaban ordenadas hace millones de años.
Ahora vamonos un poco mas al carajo.. supongamos que estamos a unos 3 metros de un poste de luz, en realidad lo que estamos viendo es una versión de ese poste de un pasado muy cercano, tan cercano que lo percibimos en tiempo real, por lo tanto cuanto mas nos alejamos del objeto, mas lejana sera la versión que veremos de el.
La velocidad de la luz es: 300000 Km/seg
Por lo tanto, si un objeto se encuentra a 600.000 Km de nosotros, lo que estaremos viendo en realidad es la versión de hace 2 segundos de ese objeto.
Obviamente que en el ejemplo del poste a 3 metro el tiempo seria muuy poco, casi imperceptible, pero no podemos negar que nada de lo que vemos es lo que en el mismo instante que lo vemos sea lo que es.
Otro ejemplo que sirve para ilustrar esto es el siguiente: supongamos que el sol explota en este momento, la distancia del sol a la tierra es de 149.600.000 km, por lo tanto la cuenta que deberíamos hacer es:
149.600.000 Km / 300.000 Km/seg = 498 seg
498 seg = 8,3 minutos
Por lo tanto, si el sol explotara en este instante, tardaríamos 8,3 minutos en darnos cuenta.
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