
“¡Éste lunes sí que me pongo a régimen!”, dice una gran proporción de las mujeres en alguna etapa de su vida. Sin embargo, muy pocas llegan a fin de mes cumpliendo lo que se propusieron. La mayoría de la población pasa 3 ó 4 horas al día resistiéndose al deseo, y gran parte finalmente se deja caer en él. Cuando se trata de algo realmente importante, puede resultar frustrante no pegarse al plan inicial e incluso puede terminar en consecuencias catastróficas. Entonces surge la gran pregunta: ¿Qué hace la gente con gran fuerza de voluntad de manera distinta?
Primero que todo, la fuerza de voluntad no es algo que se tiene o no se tiene. Claro, algunas personas pueden ser más auto-disciplinadas que tú y hasta resistir mejor caer en la tentación, pero probablemente no es porque nacieron con algo especial dentro de ellos. En su lugar, ellos han encontrado formas de almacenar su fuerza de voluntad y utilizarla cuando realmente importa.
Acá está cómo tú también puedes hacerlo:

1. Elimina la mayor cantidad de opciones que puedas

Todos tenemos una cantidad finita de energía mental para ejercer el autocontrol.
Mientras más decisiones tomamos durante el día, más difícil se vuelve cada una para nuestro cerebro, por lo que empezamos a buscar atajos (lo llaman el síndrome “Al diablo con eso”). Entonces nos ponemos impulsivo y nos volvemos imprudentes. Luego elegimos algo que sabemos que no debemos hacer, pero es como si no pudiéramos ayudarnos a nosotros mismos. De hecho, no podemos hacerlo: nos hemos quedado sin la energía mental que necesitamos para tomar decisiones inteligentes.
Mientras tengamos un menor número de opciones que tomar, más inteligentes serán las que escojamos cuándo lo necesitemos. Por ejemplo, digamos que quieres beber más agua y menos gaseosas. Fácil. Mantén tres botellas de agua en tu escritorio en todo momento, así no tendrás que ir a la nevera y tener la necesidad de elegir.
Otro ejemplo, es imaginarte que luchas para no estar constantemente revisando tu correo electrónico. Fácil. Apaga todas tus alertas o tu email y ábrelo sólo una vez cada hora. También puedes sacar el programa de correo del escritorio de tu computador y guardarlo en un computador portátil en la habitación. Haz que sea difícil de comprobar el correo, entonces será más probable que no lo revises.
O digamos que deseas tomar decisiones financieras inteligentes. Fácil. Mantén tu tarjeta de crédito en un cajón, así no podrás hacer una compra impulsiva. También puedes requerir dos aprobaciones finales para todas las compras sobre una determinada cantidad, entonces esas decisiones las tomará otra persona (que probablemente significa que lo pensarás dos veces y ni siquiera te molestarás).
Las opciones son el enemigo de la fuerza de voluntad como también lo son la facilidad y la conveniencia.
2. Toma decisiones esta noche para mañana

Es más fácil optar por resoluciones inteligentes cuando la decisión no está justo en frente tuyo, entonces escoge decisiones fáciles que harían que tu fuerza de voluntad se fuera mañana y tómalas esta noche. Elige la ropa que llevarás. Decide lo que tomarás para el desayuno o lo que comerás en el almuerzo. Anda y prepáralo.
Toma todas las decisiones que sean posibles esta noche, eso te permitirá conservar tu energía mental para las decisiones que realmente importan mañana. Y mientras estás en ello, determina qué vas a hacer primero cuando llegues al trabajo. Y así sucesivamente.
3. Haz lo más difícil que tengas que hacer primero

Tienes la mayor cantidad de energía mental por la mañana temprano. La ciencia dice, en un importante estudio realizado por la Academia Nacional de Ciencias, que los jueces del consejo de libertad condicional eran más propensos a dar un fallo favorable temprano en la mañana. Justo antes del almuerzo la probabilidad de un fallo favorable se redujo a casi cero.
¿Pueden haber sido afectadas las opciones de los jueces por factores distintos a los legales? Por supuesto que no, pero así fue porque estaban cansados mentalmente. Experimentaron la fatiga de decisión. El mejor momento para tomar elecciones difíciles, es temprano en la mañana. El mejor momento para hacer las cosas más importantes que necesitas hacer, es temprano en la mañana. Decide cuáles son esas cosas y haz un plan para hacerlas primero. Oh, ya sé en lo que estás pensando ¿Y qué pasa con el resto del día?
4. Renuévate con frecuencia

Aunque los jueces estudiados comenzaron de manera sólida, un gráfico de su toma de decisiones se ve como una montaña rusa, subiendo y bajando sucesivamente ¿Por qué? Tomaron pausas y comieron. Justo después del almuerzo, la probabilidad de llegar a sentencias favorables se disparó hacia arriba. Lo mismo ocurrió después de los descansos de media mañana y media tarde.
Resulta que la glucosa es una parte vital de la fuerza de voluntad. A pesar de que tu cerebro no deja de funcionar cuando la glucosa está baja, deja de hacer algunas cosas y empieza a hacer otras. Responde con más fuerza a las recompensas inmediatas y presta menos atención a los resultados a largo plazo. Debido a lo anterior, has tus comidas y snacks saludables, ya que no sólo te sentirás mejor, sino que podrás tomar mejores decisiones y serás capaz de ejercer más fuerza de voluntad en lo que escojas.
5. Crea recordatorios de las metas a largo plazo

Si quieres construir una compañía más grande, es fácil racionalizar haciendo menos de lo máximo que puedes dar cuando estás mentalmente cansado. Si quieres comprometerte mejor con tus empleados, es sencillo pensar que realmente necesitas trabajar en otro propósito cuando estás exhausto. La fatiga mental hace tomar el camino más fácil, a pesar de que sea el equivocado.
Así que crea recordatorios tangibles que te tiren desde el borde de los impulsos. Un amigo tiene una copia de su billete de banco pegado a la pantalla de su computador como un recordatorio constante de una obligación que debe cumplir. Otro, guarda una foto de sí mismo cuando pesaba 50 libras más en su refrigerador como un recordatorio constante de la persona que no quiere volver a ser de nuevo. Otra, llena su escritorio con fotos de la familia, tanto porque le encanta mirarlos como para recordarse a sí mismo de las personas para las que en última instancia trabaja.
Piensa en los momentos en que es más probable ceder a los impulsos que te llevan más lejos de tus objetivos a largo plazo. A continuación, utiliza recordatorios tangibles proyectados a largo plazo para interrumpir el impulso y mantener el rumbo. O mejor aún, rehace tu entorno para eliminar tu capacidad de ser impulsivo, así no tendrás que ejercer la fuerza de voluntad para nada.

