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¡Es el momento de esa taza de café, pero “santo huevo estrellado en la vereda”, hace demasiado calor para tomar café caliente! “Podrías” subirte al coche y dirigirte al Starbucks más cercano, pero el pensamiento de esos asientos de piel quemando la parte trasera de tus piernas es todavía menos atractiva que los huevos en la vereda. Así que ¿por qué dejar la comodidad de tu casa? ¡Prepara tu propia bebida cafeinada helada en tu cocina! Es muy sencilla de hacer, y te puede ahorrar tiempo y dinero. ¡Sigue leyendo: te mostraremos algunas maneras de hacerlo!



Prepáralo frío. Este método aportará un café helado dulce y sabroso con hasta un 67% menos de acidez que el café caliente. Colarlo en frío también elimina parte de las características amargas, indeseables, que obtienes del café colado en caliente.



Mezcla el agua y el café. Pon una libra de café molido grueso en una jarra. Un tostado más oscuro, con más cuerpo, te dará un sabor a café más intenso.



Añade agua. Vierte nueve tazas de agua fría o a temperatura ambiente en la jarra



Remoja, Cubre la jarra, y deja remojar por al menos doce horas en un lugar fresco.

Después de remojar, debes separar la borra del agua.



Cuela el café. Decanta el café volcando la infusión a través de un filtro de tejido fino, en otro recipiente.

Coloca un filtro de café (dos toallas de papel también funcionarán) en el colador y vierte cuidadosamente la mezcla a fin de separar los últimos granos.
Te quedará un concentrado de café dulce y de buen cuerpo.



¡Sírvelo! En un vaso, agrega la cantidad deseada de hielo y una parte de concentrado de café por tres partes de agua fría o leche. Añade azúcar si lo deseas
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