La polenta es una harina granulada amarilla a base de maíz. Contiene más fibra que el arroz y el cuscús, y en esta receta la utilizamos para hacer una base de pizza con mayor cantidad de fibra que las masas de pizza clásicas.

350 g de polenta instantánea
1 cucharada de tomillo fresco picado adicional para decorar
3 cucharadas de hojas de perejil fresco
pimienta negra molida
1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
410 g de tomates en lata picados
1 morrón amarillo sin semillas cortado por la mitad
200 g de atún enlatado en agua mineral, escurrido y desmenuzado
250 g de ricota descremada
12 aceitunas negras descarozadas en mitades
Preparación:
1. En una cacerola grande, colocá la polenta con 5 tazas (1,25 litros) de agua y cociná siguiendo las instrucciones del envase hasta que quede espesa y suave. Quitá del fuego e incorporá el tomillo, el perejil y condimentá a gusto. Con una cuchara colocá la polenta en una fuente para horno aceitada o bandeja para pizza y esparcí para formar un círculo homogéneo de 30 cm apenas elevado en los bordes. Pintá el borde con aceite de oliva. Reservá.




