Anticlimático el final de If I Stay
Los Angeles - A pesar del talento considerable que hay delante y detrás de las cámaras de If I Stay, largometraje que estrena hoy en Puerto Rico, el filme no puede trascender las limitaciones particulares de su material original. En este caso eso es la novela para jóvenes adultos del mismo nombre que fue escrita por Gayle Forman y publicada con mucho éxito en el 2009. La misma presenta el melodrama inofensivo en la que se encuentra su protagonista, una joven de 17 años que está apunto de tomar las decisiones mas importantes de su vida cuando un accidente la pone al borde de la muerte.
La peor versión de esta trama podría ser una que se apoyara completamente de las manipulaciones emocionales que vienen atadas al gancho principal del filme. Considerando que Mia Hall (Chloe Graze Moretz) puede observar todo lo que está pasando después de que su familia está en un accidente de carro que la deja en coma, el filme llega cargado de terreno fértil para el tipo de melodrama trivial que solo busca llenar de lagrimas los ojos del espectador. Parte del atractivo del filme es como se toma el espacio de presentar los personajes centrales y los detalles específicos de sus relaciones sentimentales.
Aunque el filme esta siendo promocionado como un romance entre una chica introvertida, que canaliza su pasión a través de la música y la habilidad para tocar el chelo, y un chico melancólico que se convierte en estrella de rock, la relación del filme que más resonancia tiene es la de Mia con sus padres. Durante la primera sección del filme, y la mejor parte de la película, se muestra como Kat y Adam Hall aceptan la naturaleza tímida de su hija, que es totalmente opuesta a la de ellos, y como celebran y apoyan su pasión por la música. Tanto Moretz como Mireille Enos y Joshua Leonard logran, los actores que interpretan sus padres, el tipo de interpretación sutil que usualmente no es exaltada. Pero en estas primeras escenas la integridad emocional de estas interpretaciones es lo que ancla al espectador a un filme que luego no sabe cual de sus dos conflictos dramáticos es el más importante.
Es esa devoción particular que une el destino de Mia con Adam (Jamie Blackley). Una vez el enfoque del filme entra en desarrollar su romance, el pulso emocional del filme es menos fuerte pero solo por lo predecible en que se desarrollan los obstáculos que conspiran para que la relación termine.
Pero claro está, todo esto es interrumpido por el accidente que envía a Mia y a toda su familia al hospital. Resulta curioso que un evento tan dramático como este no sacuda la identidad visual del filme. Esto no es necesariamente algo negativo, pero el que la trama siga flotando entre los “flashbacks” del drama de Mia con Adam y de ver como todos sus seres queridos sufren mientras ella esta en coma impide que el filme tenga un impacto emocional contundente.
Mas preocupante aún es el posible mensaje detrás de un filme que asegura que la vida hay que vivirla en el momento no pensando en el pasado o contemplando el futuro. Aunque esto es algo muy positivo, la forma en que es atado a la relación romántica de Mia con Adam es bien preocupante. Parte de lo que hace que este filme funcione es que no presenta las cosas de una forma simple. Sin embargo, If I Stay podría ser visto como la historia de una chica que solo logra ser apreciada por el amor de su vida solo cuando está al borde de la muerte. Esto se convierte en algo aún más problemático cuando el filme concluye de una forma anti-climática que le roba al público y a la protagonista el poder ver los resultados de haber luchado por aferrarse a la vida.


Los Angeles - A pesar del talento considerable que hay delante y detrás de las cámaras de If I Stay, largometraje que estrena hoy en Puerto Rico, el filme no puede trascender las limitaciones particulares de su material original. En este caso eso es la novela para jóvenes adultos del mismo nombre que fue escrita por Gayle Forman y publicada con mucho éxito en el 2009. La misma presenta el melodrama inofensivo en la que se encuentra su protagonista, una joven de 17 años que está apunto de tomar las decisiones mas importantes de su vida cuando un accidente la pone al borde de la muerte.
La peor versión de esta trama podría ser una que se apoyara completamente de las manipulaciones emocionales que vienen atadas al gancho principal del filme. Considerando que Mia Hall (Chloe Graze Moretz) puede observar todo lo que está pasando después de que su familia está en un accidente de carro que la deja en coma, el filme llega cargado de terreno fértil para el tipo de melodrama trivial que solo busca llenar de lagrimas los ojos del espectador. Parte del atractivo del filme es como se toma el espacio de presentar los personajes centrales y los detalles específicos de sus relaciones sentimentales.
Aunque el filme esta siendo promocionado como un romance entre una chica introvertida, que canaliza su pasión a través de la música y la habilidad para tocar el chelo, y un chico melancólico que se convierte en estrella de rock, la relación del filme que más resonancia tiene es la de Mia con sus padres. Durante la primera sección del filme, y la mejor parte de la película, se muestra como Kat y Adam Hall aceptan la naturaleza tímida de su hija, que es totalmente opuesta a la de ellos, y como celebran y apoyan su pasión por la música. Tanto Moretz como Mireille Enos y Joshua Leonard logran, los actores que interpretan sus padres, el tipo de interpretación sutil que usualmente no es exaltada. Pero en estas primeras escenas la integridad emocional de estas interpretaciones es lo que ancla al espectador a un filme que luego no sabe cual de sus dos conflictos dramáticos es el más importante.
Es esa devoción particular que une el destino de Mia con Adam (Jamie Blackley). Una vez el enfoque del filme entra en desarrollar su romance, el pulso emocional del filme es menos fuerte pero solo por lo predecible en que se desarrollan los obstáculos que conspiran para que la relación termine.
Pero claro está, todo esto es interrumpido por el accidente que envía a Mia y a toda su familia al hospital. Resulta curioso que un evento tan dramático como este no sacuda la identidad visual del filme. Esto no es necesariamente algo negativo, pero el que la trama siga flotando entre los “flashbacks” del drama de Mia con Adam y de ver como todos sus seres queridos sufren mientras ella esta en coma impide que el filme tenga un impacto emocional contundente.
Mas preocupante aún es el posible mensaje detrás de un filme que asegura que la vida hay que vivirla en el momento no pensando en el pasado o contemplando el futuro. Aunque esto es algo muy positivo, la forma en que es atado a la relación romántica de Mia con Adam es bien preocupante. Parte de lo que hace que este filme funcione es que no presenta las cosas de una forma simple. Sin embargo, If I Stay podría ser visto como la historia de una chica que solo logra ser apreciada por el amor de su vida solo cuando está al borde de la muerte. Esto se convierte en algo aún más problemático cuando el filme concluye de una forma anti-climática que le roba al público y a la protagonista el poder ver los resultados de haber luchado por aferrarse a la vida.

