
1. Te sube el ánimo. Nada más sano que morder una manzana cuando estás de mal humor; mucho mejor que los azúcares refinados que producen euforia pasajera a la que precede un inevitable “bajón”.
2. Es una buena fuente de pectina, sustancia presente en otras frutas y vegetales que elimina el colesterol nocivo previniendo problemas cardiovasculares.
3. ¡Es perfecta para tu salud dental! Además de limpiar y proteger dientes y encías, estimula la producción de saliva, fluido con efecto analgésico, bactericida, coagulante y acelerador de la regeneración celular, muy importante para tu boca.
4. Necesaria para cuidar tu línea. La fibra que te aporta es la responsable de su capacidad de saciar y mantenerte “lleno/a” durante un buen periodo de tiempo. Además, un 85% de su composición es agua.
5. Reduce la tensión arterial alta y facilita la asimilación del calcio y el magnesio, ya que es rica en un mineral llamado Boro, presente también en la soja, la uva pasa, la almendra (10 beneficios de la almendra aquí)…
6. Es muy buena para tu memoria.
7. La Vitamina C es la que más predomina en su composición, que como sabrás previene y mejora afecciones de la piel, acelera el proceso de curación de heridas, mejora la salud de la vista…
8. Es uno de los alimentos que más quercetina contiene, que como mencioné en el artículo de la quinoa, es antioxidante, antiinflamatorio, anticancerígeno, antiviral…
9. Regula el ritmo intestinal y ayuda tanto en el tratamiento de la diarrea como del estreñimiento. Aunque sea contradictorio, sí.
10. ¿Necesitas más motivos para añadir la manzana a tu dieta? Aquí va el último: limpia y cuida de tu hígado.