


El 80% de las muertes por trastornos cardiovasculares se pueden evitar cambiando hábitos de vida
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El tabaco, el sobrepeso, el colesterol y la hipertensión. Cuatro de los principales enemigos del corazón, aunque hay muchos más. Según la OMS, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. El 80% de estos fallecimientos se puede evitar con un cambio en el estilo de vida. Sólo hace falta abandonar ciertos hábitos perjudiciales y adoptar otros saludables..





1 - La primera causa de muerte en el mundo, evitable en el 80% de los casos.
Las enfermedades de corazón son la primera causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en 2004 murieron 17,3 millones de personas en todo el mundo por trastornos cardiovasculares. La previsión es que esta cifra aumente y que en 2030 se produzcan 20,3 millones de fallecimientos por este motivo.
El 80% de estas defunciones se pueden evitar. Para garantizar una buena salud cardiovascular basta con cambiar una serie de hábitos de vida, así de sencillo.


2 - Deja de fumar lo antes posible.
Fumar aumenta tus posibilidades de sufrir un ataque al corazón.
El tabaquismo es una de las principales causas de muerte en el mundo, y está relacionado de forma directa con las enfermedades cardiovasculares. Cuanto antes abandones los cigarrillos, mejor.
El humo del tabaco tiene efectos muy nocivos sobre el sistema cardiovascular. Reduce el calibre de las arterias coronarias, que son las que riegan de sangre al corazón, y dispara el riesgo de padecer trombosis (más adelante te explicamos las principales enfermedades del corazón).
Atento al siguiente dato: fumar 10 cigarrillos al día equivale a incrementar un 18% la mortalidad en varones y un 31% en mujeres.
El tabaquismo es una adicción. Dejar de fumar puede ser difícil, pero merece la pena. Abandonar este hábito reduce un 70% tus posibilidades de sufrir un infarto de miocardio.

3 - Sigue una dieta sana y equilibrada.
Comer bien para vivir bien. La salud de tu corazón depende, en gran medida, de tu alimentación. Es importante que reduzcas el consumo de ciertos alimentos y que aumentes la de otros nutrientes. Toma nota:
-Reduce el consumo de sal. Un exceso de sal produce hipertensión, la enfermedad cardiovascular más común.
-Reduce el consumo de alimentos con grasas saturadas: carnes rojas grasas, huevos, leche entera, quesos elaborados con leche entera, postres elaborados con crema, etc. Todos estos ingredientes favorecen la acumulación de colesterol en el interior de las arterias.
-Si bebes alcohol, es recomendable que moderes su consumo lo máximo posible.
-Aumenta la ingesta de aceite de oliva, frutos secos y pescado azul. Estos alimentos contienen grasas ‘sanas’, como por ejemplo la Omega 3. No sólo sustituyen a las dañinas grasas saturadas, sino que además son beneficiosas para el sistema cardiovascular.
-En tu dieta no pueden faltar las verduras, los cereales, la fruta el pescado y las carnes magras.
La Fundación Española del Corazón afirma que seguir una alimentación basada en la dieta mediterránea reduce un 30% el riesgo cardiovascular.

4 - 30 minutos de ejercicio al día.
Haz deporte. La actividad física es buena para el corazón, previene enfermedades y fortalece el sistema cardiovascular.
Algunos de sus beneficios son:
-Mejora la capacidad cardiorespiratoria del organismo.
-Disminuye la tensión arterial.
-Disminuye la formación de coágulos.
-El deporte ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Para hacer deporte no hace falta machacarse todos los días en el gimnasio. Basta con hacer 30 minutos de ejercicio moderado por lo menos tres veces por semana. El entrenamiento más indicado es el aeróbico: correr, montar en bicicleta, nadar, etc. También puedes cambiar ciertos hábitos de tu día a día: subir las escaleras en lugar de usar el ascensor, ir andando al trabajo, etc.
Hacer ejercicio con regularidad tiene otro efecto positivo sobre la salud: ayuda a perder peso y a combatir la obesidad. El sobrepeso es malo para el corazón, ya que hace que tenga que trabajar por encima de su rendimiento normal.

5 - Si eres diabético, vigila tus niveles de glucosa.
La diabetes puede ser un enemigo del corazón. Esta enfermedad provoca un aumento de los niveles de glucosa en la sangre. Esto se debe, casi siempre, a una escasa segregación de insulina, una hormona que metaboliza el azúcar.
Si los niveles de glucosa en sangre se mantienen muy altos durante demasiado tiempo, las arterias se pueden dañar. Esto puede provocar una falta de irrigación al propio corazón, lo que provocaría infarto.
Según la Fundación Española del Corazón, los niveles de hemoglobina glicosilada en sangre no deben pasar del 7%. Las glucemias en ayunas han de ser lo más cercanas posible a 110 mg/dl. y glucemias después de la comidas inferiores a 160-180 mg/dl.
Esta misma asociación advierte de que los diabéticos deben cuidar su salud cardiovascular más que ningún otro grupo de población, en especial los que padecen diabetes tipo 2. Este subtipo de la enfermedad se suele asociar con la obesidad, otro trastorno dañino para el corazón por provocar su sobreesfuerzo y elevar la tensión arterial.

6 - Evita la hipertensión.
“La hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular, es necesario evitarla”, comenta la Dra. Elena Fernández Jarne, cardióloga de la Clínica Universidad de Navarra. Una persona que padece hipertensión tiene unos niveles de presión arterial sanguínea por encima de lo normal. Esto es perjudicial para la salud cardiovascular.
La tensión alta no sólo es dañina para el corazón, sino que de por sí supone una enfermedad cardiovascular. Los datos en España son alarmantes: una cuarta parte de las personas adultas y la mitad de los mayores de 60 años padece hipertensión.
Fernández Jarne indicia cuáles son los niveles de presión arterial indicados. “Se puede estar tranquilo con una presión sistólica por debajo de 130 / 135 y una diastólica de menos de 85”. Es importante que te tomes la tensión varias veces al año. La cardióloga también habla de los factores que provocan hipertensión: dieta rica en sal y obesidad, entre otros.

7 - La importancia de los chequeos médicos.
A veces no basta con seguir un hábito de vida saludable para garantizar una buena salud del corazón. Existen factores genéticos que pueden generar una predisposición a sufrir enfermedades cardiovasculares. En estos casos el mejor remedio es la prevención, o por lo menos la información.
Si no hay síntomas de enfermedad cardiovascular es recomendable hacerse un chequeo médico del corazón a partir de los 45-50 años. Es recomendable repetir la prueba cada cinco años. Si se practica deporte de forma regular se debe adelantar el chequeo a los 40-45 años. En principio la periodicidad es la misma: un chequeo cada cinco años si no hay síntomas.
Los deportistas profesionales y las personas que realizan ejercicio de alta intensidad con regularidad deben hacerse un chequeo cardiovascular deportivo. Estos exámenes incorporan más pruebas.

8 - Principales patologías cardiovasculares y síntomas.
Hay muchos tipos de patologías cardiovasculares. Muchas ya se han mencionado en este practicograma.
Algunos detalles de las más frecuentes (puedes consultar un listado completo en la web de la Fundación Española del Corazón):
-Infarto de miocardio, también conocido como ataque al corazón. Este trastorno cardiovascular se produce por un mal riego sanguíneo del corazón debido a una obstrucción de las arterias coronarias. Los síntomas más típicos son una sensación de opresión en el pecho, costado y brazo izquierdos e incluso cuello, mandíbula y espalda.
-Angina de pecho. Este trastorno está provocado por una obstrucción en las arterias coronarias, que son las que riegan el corazón. Al estar taponadas no consiguen suministrar con suficiente sangre al músculo cardíaco. El síntoma más típico es un dolor en el pecho que puede extenderse hacia el brazo izquierdo, cuello y mandíbula.
-Insuficiencia cardíaca. Este trastorno se produce cuando el corazón no es capaz de bombear toda la sangre que demanda el organismo. Los síntomas más típicos son un cansancio excesivo para la actividad que se está realizando, respiración fatigosa, falta de aire, tos seca y persistente, etc.



