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Cuando pensamos en sexo nuestra mente suele viajar a nivel visual: el cuerpo de nuestra pareja es atractivo, sus ojos, su sonrisa, sus piernas... sólo de pensarlo podemos comenzar a sudar. Pero la parte visual no es la única que nos excita, el aroma de nuestra pareja puede enloquecernos con sólo volver a percibirlo en la almohada o impregnado en nuestro propio cuerpo. El oído también es un órgano sensible, excitable y que nos hace evocar imágenes y sensaciones muy placenteras.



Muchas veces nos hemos topado con personas que dicen sentirse muy tímidas en la cama, ya sea por no saber la reacción que su pareja tendrá al escuchar "palabras sucias", porque creen que es una falta de respeto o simplemente porque no sienten tanta confianza con su pareja para experimentarlo. Lo cierto es que el dirty talk nos permite crear una conexión con la otra persona pues no es necesario estar teniendo sexo para decirse cositas sexys: cuando tenemos una relación a larga distancia, conversamos por chat o teléfono o simplemente nos dejamos llevar por la pasión y decimos todo aquello que imaginamos... Pero ¿Por qué es tan sexy el dirty talk?

Cuando decimos o escuchamos palabras con una carga erótica elevada, estimulamos la transmisión de dopamina, la llamada hormona de la felicidad que juega un papel importantísimo en la excitación sexual. Estas palabras pueden incrementar la intensidad emocional, física y sexual. Se dice que las mujeres, en general, son más calladas durante el acto sexual y que son más penosas para decir palabras que hagan del encuentro sexual un momento mucho más apasionado. En este artículo no señalaremos a nadie: la comunicación erótica estimula a ambos sexos y ambos pueden sentirse igualmente cohibidos para hablar y pueden no saber qué decir.

Si quieres iniciarte en el arte del dirty talk lo primero que debes hacer es ir despacio, de menos a más; empieza por suspirar o gemir cuando estés sintiendo placer. El dirty talk no sólo nos ayuda a excitarnos más, sino a decirle a nuestra pareja qué nos gusta (ojo, es resaltar lo que más nos gusta, no decirle "baboso, así no!!), pedirle que lo haga así, que vaya más rápido o más lento... Esto es de gran ayuda para aquellos que encuentran dificultad en lograr un orgasmo.

En este punto debo aclarar que dirty talk no necesariamente quiere decir palabras obscenas, si a tu pareja y a ti les gusta, adelante. Pueden comenzar describiendo las partes del cuerpo que les gusta del otro o que les gusta que les estimule, si quieres ir más allá puedes utilizar sinónimos de los órganos sexuales o verbos que no te atreverías a decir en la calle (coger, mamar, tetas, etc.); las fantasías sexuales pueden caber en el terreno de lo verbal, por ejemplo lo que no podemos o no estamos dispuestos a hacer en la cama podemos decirlo e imaginarlo: los actos de bondage, tríos, atar...



El dirty talk une a las parejas, las hace tener una complicidad más profunda, romper con tabúes y modales, los hace abandonar la rutina pues siempre habrá algo nuevo y podrán disfrutar mucho más de las sensaciones que experimentan, logrando orgasmos maratónicos.

¡Atrévete!