Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha encontrado seis nuevas variaciones genéticas que se asocian al consumo de café, sumándose así a otras dos descubiertas en 2011.
La existencia de estas variaciones explicaría por qué a algunas personas les basta con tomar una taza de café por la mañana para despabilarse, mientras que otros necesitan varias tazas de espresso para arrancar.
Los científicos examinaron 2,5 millones de variaciones genéticas en más de 120.000 hombres y mujeres, y después los relacionaron con sus hábitos de consumo de café. Algunas variaciones son responsables del metabolismo de la cafeína, mientras que otras lo son por el placer asociado a su consumo. Por esa razón para lograr el mismo efecto personas con diferentes variaciones genéticas requieren diferentes cantidades de café.
Sin embargo, estos resultados no son universales, ya que el consumo del café difiere según las partes del mundo. Los estadounidenses, europeos y australianos mostraron patrones genéticos similares, pero cuando se investigó a paquistaníes, los científicos no pudieron verificar sus hallazgos, subraya el estudio publicado en Molecular Psychiatry.
Se denomina café a la bebida que se obtiene a partir de las semillas tostadas y molidas de los frutos de la planta de café o cafeto (Coffea). La bebida es altamente estimulante, pues contiene cafeína. Por extensión, también se puede designar con este nombre al lugar de consumo de esta bebida y sus múltiples variantes, y de ese nombre hay también muchos sinónimos: cafetería o bistró, entre otros.
El cultivo del café se encuentra ampliamente difundido en los países tropicales y subtropicales. Llama particularmente la atención el caso de Brasil, porque concentra poco más de un tercio de la producción mundial (véase más adelante). Los granos del café son uno de los principales productos de origen agrícola que se comercializan en los mercados internacionales y a menudo supone una gran contribución a los rubros de exportación de las regiones productoras. El cultivo del café está culturalmente ligado a la historia y al progreso de muchos países que lo han producido por más de un siglo.
Se produjeron en todo el planeta un total de 6,7 millones de toneladas de café anualmente entre los años 1998 y 2000, y se espera que se eleve la cifra a 7 millones de toneladas anualmente en 2010.1
En España, Portugal, Paraguay, Brasil y Río de la Plata es frecuente el consumo de café torrado o torrefacto (tostado en presencia de azúcar). Suele tomarse como desayuno o en la sobremesa después de las comidas, y es una de las bebidas sin alcohol más socializadoras en muchos países. Existen casi tantas formas de preparar esta bebida como consumidores pero la más popular, aparte de tomarlo solo, es la que lleva leche, aunque también se le suele añadir crema o nata, leche condensada, chocolate o algún licor. Se sirve habitualmente caliente, pero también se puede tomar frío o con hielo.
La industria del café mueve en la actualidad 70.000 millones de dólares al año, cifra superada únicamente por el petróleo en lo que se refiere a exportaciones de materia prima a escala mundial.
Actualmente, más de veinticinco millones de fincas familiares en unos ochenta países cultivan alrededor de quince mil millones de cafetos, cuya producción termina en los 2.250 millones de tazas de café que se consumen a diario.

La existencia de estas variaciones explicaría por qué a algunas personas les basta con tomar una taza de café por la mañana para despabilarse, mientras que otros necesitan varias tazas de espresso para arrancar.
Los científicos examinaron 2,5 millones de variaciones genéticas en más de 120.000 hombres y mujeres, y después los relacionaron con sus hábitos de consumo de café. Algunas variaciones son responsables del metabolismo de la cafeína, mientras que otras lo son por el placer asociado a su consumo. Por esa razón para lograr el mismo efecto personas con diferentes variaciones genéticas requieren diferentes cantidades de café.
Sin embargo, estos resultados no son universales, ya que el consumo del café difiere según las partes del mundo. Los estadounidenses, europeos y australianos mostraron patrones genéticos similares, pero cuando se investigó a paquistaníes, los científicos no pudieron verificar sus hallazgos, subraya el estudio publicado en Molecular Psychiatry.
Se denomina café a la bebida que se obtiene a partir de las semillas tostadas y molidas de los frutos de la planta de café o cafeto (Coffea). La bebida es altamente estimulante, pues contiene cafeína. Por extensión, también se puede designar con este nombre al lugar de consumo de esta bebida y sus múltiples variantes, y de ese nombre hay también muchos sinónimos: cafetería o bistró, entre otros.
El cultivo del café se encuentra ampliamente difundido en los países tropicales y subtropicales. Llama particularmente la atención el caso de Brasil, porque concentra poco más de un tercio de la producción mundial (véase más adelante). Los granos del café son uno de los principales productos de origen agrícola que se comercializan en los mercados internacionales y a menudo supone una gran contribución a los rubros de exportación de las regiones productoras. El cultivo del café está culturalmente ligado a la historia y al progreso de muchos países que lo han producido por más de un siglo.
Se produjeron en todo el planeta un total de 6,7 millones de toneladas de café anualmente entre los años 1998 y 2000, y se espera que se eleve la cifra a 7 millones de toneladas anualmente en 2010.1
En España, Portugal, Paraguay, Brasil y Río de la Plata es frecuente el consumo de café torrado o torrefacto (tostado en presencia de azúcar). Suele tomarse como desayuno o en la sobremesa después de las comidas, y es una de las bebidas sin alcohol más socializadoras en muchos países. Existen casi tantas formas de preparar esta bebida como consumidores pero la más popular, aparte de tomarlo solo, es la que lleva leche, aunque también se le suele añadir crema o nata, leche condensada, chocolate o algún licor. Se sirve habitualmente caliente, pero también se puede tomar frío o con hielo.
La industria del café mueve en la actualidad 70.000 millones de dólares al año, cifra superada únicamente por el petróleo en lo que se refiere a exportaciones de materia prima a escala mundial.

Actualmente, más de veinticinco millones de fincas familiares en unos ochenta países cultivan alrededor de quince mil millones de cafetos, cuya producción termina en los 2.250 millones de tazas de café que se consumen a diario.