
En Estados Unidos, un hombre logra que un dedo cercenado crezca de nuevo gracias a un "polvo mágico".

"Le metí el dedo", señala Spievak apuntando hacia el modelo de un avión de hélices, "y así fue como me lo rebané".
La hélice le arrancó la punta hasta el hueso, casi centímetro y medio.
"No sabemos a dónde fue a dar el pedazo", agrega.
Las fotos de su dedo cercenado son bastantes gráficas. Uno puede entender por qué los doctores le dijeron que había perdido la punta para siempre.
Hoy en día uno no se lo imaginaría al verlo. Spievak, quien tiene 69 años, muestra su dedo y todo está ahí: tejidos. nervios, uña, piel e incluso su huella dactilar.

"¿Cómo pasó? Bueno, esto es lo que, de verdad, impresiona. No fue un transplante. La punta del dedo le volvió a crecer. Spievak utilizó un polvo o "polvo mágico" como le gusta llamarlo.
El hermano de Spievak, Alan, quien estaba trabajando en el campo de la medicina regenerativa le envió el polvo.
Durante diez días Spievak lo usó en su dedo.
"La segunda vez que me lo puse ya podía ver cómo estaba creciendo. Cada día crecía más. Finalmente se cerró y era un dedo".
"Tomó cerca de cuatros semanas para cerrarse completamente".
Ahora dice que tiene en el dedo "sensación total y movimiento total".
El "polvo mágico" proviene de la Universidad de Pittsburgh, aunque el laboratorio del doctor Stephen Badylak prefiere llamarlo "matriz extra celular