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Especialistas plantean cómo los ambientes desfavorables tambien dañan al corazón



En la mayoría de los casos, las enfermedades cardiovasculares (ECV), son atribuídas al consumo de tabaco, a la inactividad física o a una mala alimentación.

Sin embargo, hay también otros factores que suelen dañar al corazón y que no siempre son atendidas como, por ejemplo, los ambientes domésticos o laborales en los que se desenvuelve una persona y a los que, al celebrarse hoy el Día Mundial del Corazón, apuntaron especialistas de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA). “Es muy común que responsabilicemos a las personas que presentan enfermedades cardiovasculares por su condición de fumadores, por el sedentarismo o por una mala alimentación -señaló Néstor Pérez Baliño, presidente de la FCA- pero muy pocas veces nos detenemos a pensar cómo los ambientes que nos rodean pueden impactar y aumentar esos factores de riesgo”.

El especialista apuntó que “son numerosos los ejemplos de que no todos podemos elegir en qué ambientes desarrollar nuestras actividades cotidianas. Como adultos y niños nos encontramos rodeados de entornos desfavorables, como la falta de acceso a espacios verdes, las escasas propuestas sanas en las escuelas, la exposición al humo de cigarrillo ajeno o el consumo de comidas ricas en grasas y sodio que son las únicas opciones y obstaculizan nuestra capacidad para tomar decisiones correctas y saludables”.

UN MEJOR LUGAR PARA EL CORAZON

Para los especialistas de la Fundación Cardiológica Argentina, una alimentación saludable, practicar actividad física, evitar el cigarrillo y realizarse controles médicos periódicamente, son “algunas de las cosas que se pueden hacer para que nuestra comunidad se convierta en un mejor lugar para el corazón, ya que al menos el 80 por ciento de las muertes prematuras por ECV podrían evitarse si se controlaran los principales factores de riesgo”. Y para revertir el impacto de esos factores, desde la FCA se destacó que se puede comenzar por “pequeños cambios”. “Todos tenemos derecho a tomar decisiones saludables para el corazón en los lugares en donde vivimos, trabajamos o jugamos.

Por eso es importante procurar tener a nuestro alcance una variada opción de alimentos, limitar el consumo de comida envasada e incorporar frutas y verduras frescas”, enfatizó el doctor Pérez Baliño, quien recomienda que “es necesario preparar en el hogar las viandas escolares y evitar que los chicos compren productos en el quiosco del colegio, que no siempre son nutritivos, y saber que abandonar el hábito tabáquico no sólo mejorará la salud del fumador, sino la de sus hijos. Del mismo modo, es conveniente limitar el uso de la televisión en casa y organizar más actividades al aire libre”.

Desde la entidad se hizo también hincapié en los “entornos saludables”, y al respecto se apuntó que “en los ambientes urbanos, la familia juega un rol central como ejemplo para los más chicos a través de la adopción de hábitos saludables, mientras que en las zonas rurales el desafío es educar y capacitar a las comunidades para que sepan cómo cuidar su salud y la del corazón”.

La Fundación Cardiológica instó además a las personas a “cambiar el área donde viven mediante la creación y mantenimiento de barrios seguros para la actividad física, la mejora en la calidad y frecuencia de ese tipo de actividad en escuelas y el armado de propuestas para que haya alimentos nutritivos y accesibles en los ambientes cotidianos”. “Cuando los niños se crían en un entorno o comunidad caracterizado por hábitos poco saludables es probable que repitan ese estilo de vida; por eso es sumamente importante ser un buen ejemplo a seguir para que nuestros chicos tengan un mundo con mejores corazones”, subrayó el titular de la entidad.

Cabe destacar que las enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio, la angina de pecho y el accidente cardiovascular (ACV), son la primera causa de muerte en Argentina y el mundo, con 17.3 millones de decesos al año, y se espera que para 2030 la cifra ascienda a 23 millones.