
Las peleas y discusiones entre hermanos son inevitables, desde juguetes hasta la atención de los padres, todos son motivos para competir. Cuando la diferencia de edad es menor, esto puede ser más evidente ya que deben compartir más aspectos de su vida durante la etapa de crecimiento.
Pero, ¿Cómo evitar la rivalidad entre hermanos? Las relaciones mejoran conforme las personas van creciendo, afirma David Cueva en base a la experiencia con su hermano dos años mayor que él. Cuando eran niños las peleas eran frecuentes ya que competían por quien tenía más objetos, ropa, comida o inclusive el amor de sus padres.
El paso a la universidad, el inicio de una relación amorosa y el apego al grupo de amigos son factores que hacen que esta competencia disminuya, cuenta David. Ahora cada uno tiene su espacio y no sienten la necesidad de pelear por las mismas cosas por las que discutían cuando eran niños.
Aun así, todavía sostiene que siempre existe un “preferido” en las familias. El terapeuta familiar Jan Parker recomienda a los padres intervenir en estas relaciones fomentando el contacto entre hermanos a lo largo de su crecimiento.
Además sugiere compartir actividades en familia para transmitir el concepto de unión dejando de lado las ideas de preferencia hacía uno de sus hijos. Según un estudio de la Universidad de California, las rivalidades entre hermanos durante la infancia para ganar la atención de los padres, determinan su personalidad en la adultez.
Las estrategias se forman para tratar de defender su lugar en el núcleo familiar. La investigación también demuestra que los hermanos mayores son quienes imponen el modelo a seguir o fomentan este sentimiento de competencia. En el caso de Pamela Mejia, siempre quería ser igual o mejor que su hermana mayor.
Por esto imitaba su forma de vestir, quería hacer las mismas actividades y obtener mejores notas para ganar la atención de sus padres. Ella coincide con Cueva en que la rivalidad se va eliminando con el paso a la adultez. Parker esta de acuerdo con esta posición ya que afirma que los hermanos se reconectan y valoran la importancia del otro cuando crecen ya que son los únicos que los conocen profundamente desde la infancia. Inclusive, las relaciones marcadas por los celos en la juventud, tienden a mejorar en el futuro.
Los psicólogos recomiendan a los padres traten de dedicar el mismo porcentaje de atención a sus hijos, eviten las comparaciones y aprecien las aptitudes y diferencias de cada uno. Fomentar el diálogo es lo más importante al igual que motivarlos a que ellos solucionen sus conflictos sin la necesidad de que el padre o madre intervengan.
Es necesario que los hijos sientan que cuentan con el mismo apoyo que recibiría su hermano en diversas situaciones. Muchas veces la competitividad en estas relaciones no es solamente culpa de los padres ya que las razones pueden estar relacionadas con experiencias fuera del ámbito familiar o simplemente en las diferencias en personalidad.