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¿Internación o pobreza? Personas en la calle… y una salud abandonada:
--- Redactado el 29 de agosto de 2014---

No se trata de buscar culpables, sino de pensar las causas ante las consecuencias.
El 2020 como horizonte de cierre, por conceso político, ante la ya vieja nueva ley nacional de salud mental, reglamentada, los hospitales psiquiátricos tienen que desaparecer como institución de reclusión de personas, como espacio monovalente de atención, como manicomio edilicio. Un cambio que lleva a pensar las formas de trabajo, lógicas, vinculaciones, y el hacer del día a día para contribuir al momento de inflexión, a la coyuntura político institucional y del sistema de salud en general para poder desarrollar un cambio real, consiente y planificado, acorde al espíritu y la letra de la ley de SM.
En épocas de show mediático, fotos marketineras, y trasformaciones de fotoshop, la desmanicomializacion concreta se reduce en el vaciamiento institucional de los hospitales psiquiátricos y la poca o nula distribución de recursos dentro del sistema público de salud cada vez más precarizado. Vulnerado y vulnerante de derechos ante el faltante de recursos de personal, materiales, particulares a cada institución, donde una atención, o tratamiento digno queda condicionado por la estructura limitada de un sistema de salud/salud mental o de los espacios colapsados, precarizados o menospreciados que reman el cambio. Ante ello mucha gente sigue insistiendo en un cambio, desde una perspectiva integral, intersectorial, por un nuevo paradigma de salud mental remando ante las imposibilidades e complicaciones diarias de la realidad actual, donde la transición vivida a en forma abrupta, pone a problematizar que hacer, con qué y como para no caer en la complicidad de hacer lo contrario a lo que se quiere o decir mucho sin hacer lo que hace falta, o intentar con lo que se puede sabiendo que no alcanza, contribuyendo o no, en partes o sin pensarlo, a una teatralidad de la realidad tantas veces tapada.
¿Estas cuestiones a problematizar son los disparadores a tener en cuenta para generar un cambio de mentalidad o acción/reacción?
En ello, hay unas situaciones concretas entre otras tantas particulares que hacen ruido, que hacen contradicción, que hacen pensar para donde se apunta, como y para que en un cambio institucional, político y planificado por una ¿desmanicomializacion? ¿Una externación?, ¿un sostenimiento de atención?
La situación: En Melchor Romero, La Plata, Hospital Manicomio A. Korn, nos encontramos con una persona en situación de calle, sobreviviendo en la garita de Micros de afuera del nosocomio. Persona en situación de calle, como tantas, pero con la particularidad que habiendo sido “externada” de la parte psiquiátrica de este hospital, pero que hoy está en la calle, hoy sigue en la calle luego de haber ingresado, sido atendido y devuelto a la ciudad. Mostrando un deterioro en condiciones peores a la como se encontraba dentro del hospital, en la sala que estaba recluido y en los días que deambulaba dentro del hospital cundo estaba siendo atendido por su supuesta salud mental. Deterioro doble, primero de su salud mental y sus condiciones físicas, y segundo por el estado de abandono en “la calidad de vida” que posee, por el estar en la situación comentada, desde hace más de 3 semanas.
Esto hoy pone a pensar como se hace, como se pueden o como no se podrán hacer muchas externaciones ante la realidad y las formas/medios con lo que se cuenta para realizarlas, dentro o fuera del manicomio, en la sociedad y sus características, en la comunidad que incluida en una matrix mayor sigue teniendo déficit para la inserción, la inclusión o el alojamiento de tantos seres externadxs.
Esta persona particular vulnerada “dentro de la sociedad”, habiendo sido externada para acomodar el descenso de camas para el 2020 y por imposibilidad de dejarlo dentro para el tratamiento que necesitaba (y necesita), pone a pensar la salud mental en otros estamentos, y en otros planos de acción, para los actuales y futuros trabajadores/as, para los espacios viejos, como los nuevos a construir (que se esperan todavía) para sostener un tratamiento o una externación sostenida; externaciones que no sean a la calle, con tratamientos que no terminen coartando la libertad de las personas, en este caso particular, similar a muchos y paradigmático de las contradicciones me pone a enunciar sensaciones y opiniones.
Este caso de “pobreza” marca las pobrezas del sistema, de las instituciones y del personal limitado por condicionantes que siguen dentro y fuera de psiquiátricos. Ante la “resolución” del tiramiento del padecimiento mental, hay otros causantes de sufrimiento. Ante el apresuramiento de cerrar un hospital psiquiátrico para el 2020, estas cosas tienen tiempos políticos de fachada de cambio, y personas en el medio que terminan siendo rehenes para acomodar los cambios. Planificaciones sin recursos que tiran los pocos pasos bien realizados al tacho, o se atrasan ante el faltante real, y la desmanicomializacion en general. Los tiempos subjetivos y la materialización de posibilidades vs el apresuramiento dirigencial/político y los faltantes en los espacios de atención.
Tomando la represión en el Borda para desalojar el espacio no para una trasformación para la salud, sino el negociado inmobiliario de los terrenos, la inversión económica para agrandar el Hospital Mental Zonda en San Juan en contradicción a los intenciones de la ley nacional de SM y la situación de Externación-Calle en Romero, marcan los puntos a pensar que condicionantes afectan tanto a la sociedad como los sobrevivientes en el sistema manicomial, y que luego de casi 5 años de una ley de salud mental, no encuentran una respuesta estructural, una estrategia particular o un entramado de atención, asistencia y contención que supere el abandono o el hueco de los faltantes tradicionales que limitan todo trabajo y a todx trabajador/a.
Circunstancias a tener en cuenta por el personal/trabajador que apuesta a un cambio para otra salud mental, con inclusión social, y una trasformación cultural superadora de toda lógica y accionar manicomial vigente.
En ello, un problema menos para el hospital al externar a esta persona, es un problema menos para el Estado por estar en situación de calle en esta sociedad excluyente, en el medio sus derechos vulnerados, el tratamiento cortado y la realidad del sistema de salud mental sigue casi igual.

(J-P_B)