
LA ETICA, CAMINO A LA FELICIDAD
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La ética es saber vivir, es como un camino que nos lleva a la buena vida. Y cuando hablamos de la buena vida nos referimos a ser felices. Todos los seres humano s tenemos la capacidad de elegir cómo vivir, somos libres, o sea podemos inventar y elegir cierta parte de nuestra vida y de nuestros actos. A diferencia de los animales tenemos la opción de hacer algo si queremos, no porque tengamos que hacerlo; pero normalmente optamos por lo que nos parece bueno o conveniente para nosotros, aunque esto no lo sea, pero somos libres de hacerlo.

La libertad es la clave de la ética, ya que sin libertad no seríamos capaces de tener una ética, porque no seríamos libres de decidir y por tanto, no seríamos responsables de nuestros actos, de si están bien o mal hechos.

Para poder alcanzar la “buena vida”, no podemos dejar atrás la moral -capacidad de conocer lo bueno de lo malo-, no es bueno ser feliz pasando por encima de la gente. El arte de vivir en libertad, es hacer uso de tu libertad de una forma correcta, en la que no se perjudique a nadie, y una buena forma de lograr esto es ponerse en el lugar del otro, para así poder comprender qué sería mejor para él y para entender su actuación y sus motivos.
Es decir, el estudio de aquello que nos conviene para alcanzar la “buena vida” viviendo en sociedad, es relacionándonos correctamente con las otras personas. La ética dicta si una acción es moralmente correcta o incorrecta, las acciones correctas son las que te llevarán a la “buena vida” satisfactoriamente y sin remordimientos.

Lo bueno es lo que nos aporta una felicidad, lo que nos es beneficioso, lo que está bien hecho. Pero, lo bueno, realmente no es aquella felicidad momentánea, sino lo que a la larga nos hará llegar a la “buena vida” lo que nos ayudará a conseguir lo que realmente queremos, que, a veces, está un poco borroso. Esto se debe a que nos dejamos llevar por la felicidad momentánea, que no es siempre lo que de verdad desearemos a la larga. Sin embargo, lo conveniente es aquello que será beneficioso para nosotros en un futuro, a la larga, lo que nos ayuda a conseguir la felicidad que realmente deseamos. Por eso, aunque en un momento dado lo conveniente no sea lo que más nos apetezca, como estudiar para un examen, será lo que nos ayudará en un futuro a conseguir lo que realmente queremos.

El deber, es aquello a lo que estamos obligados, aquello que deberíamos hacer, y que en teoría será más conveniente para nosotros. Pero, al final seremos nosotros los que decidiremos hacerlo o no, aunque sea una obligación tenemos la última palabra, puesto que somos libres.

La libertad es algo esencial, ya que nos permite poder elegir qué hacer en cada momento y por
mucha presión externa que tengamos seguiremos siendo libres. Y como lo dije antes esta es la diferencia entre los seres humanos y los animales, ellos están “programados” para hacer algo y no pueden elegir por sí mismos. Se podría decir que estamos obligados a la libertad. Al fin y al cabo la libertad se resume en que cada cual es libre para actuar como desee y por tanto es responsable de sus actos.
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Conclusión
Una gran clave está en elegir hacer el bien, tanto en el pensar, como en el actuar y en el hablar. Tal como dice esa frase de que tenemos dos lobos dentro, uno bueno y uno malo, y gana el lobo al que más alimentemos, con nuestros actos más cotidianos. De la misma forma en psicología se dice que para ser persona de bien, hay que "matar a los monstruos interiores", todos aquellos impulsos, deseos y pensamientos que no van a ser acciones de bien. Muchos dirán que el honesto termina siendo pobre, y que el corrupto "vive la gran vida", pero aunque suene cursi o demasiado idealista, las cosas, el dinero, las riquezas, las posesiones, te las pueden quitar, en cambio nadie te puede quitar LO QUE TÚ ERES, LO QUE TU CONCIENCIA SE HA ENRIQUECIDO.

Yo doy Fe que es cierto esto de la Ética como camino hacia la Felicidad. En cada acto, sea en el actuar, pensando o al hablar, hay que preguntarse si estoy actuando bien, o si estoy dañando a otras personas -aunque tal vez sean anónimos para mí (o al medio ambiente o a los animales) o a mí mismo. Dice Aristóteles, que la felicidad es el fin último y perfecto del hombre ya que
bastándose a sí misma, no necesita de nada más, esta sería entonces equivalente
a la completud, después de ella nada más se habría de anhelar. Para alcanzar la
felicidad hay que recorrer el camino de la virtud, que no es más que hacer el bien por el bien mismo, sin esperar nada a cambio, simplemente accionar bien por el placer que ello nos causa.