¿Qué es la lateralidad? Según el Diccionario de Psicología de Dorsch (1985): "La lateralidad es la dominancia lateral, acentuación lateral en la estructura y función de los órganos duplicados". Es por ello una distribución de las funciones cerebrales entre ambos hemisferios, siendo uno el dominante. Existen seis tipos diferentes de lateralidad: diestra, zurda, zurdería contrariada, ambidextrismo, cruzada y sin definir. El cuerpo calloso, formado por fibras de sustancia blanca ricas en mielina, es el encargado de unir ambas zonas y permitir el intercambio y la unificación de la información.
¿Cómo puede afectar a la memoria?
Una lateralidad no correcta interfiere sobre el lenguaje, la escritura, la lectura, el pensamiento matemático y la memoria. Esta última se ve afectada por las dificultades de integración interhemisférica, de modo que resulta imposible integrar adecuadamente la información. Existe así dificultad a la hora de ordenar los datos aprendidos, aumentando los problemas si se trata de información muy concreta. Todo ello se debe a dos posibles tipos de fallos: de transmisión por el cuerpo calloso o directamente en el hemisferio izquierdo.
Es muy importante tener una buena organización lateral, ya que la información para ser memorizada en un primer momento debe estar correctamente organizada e integrada. De modo que cuando se necesita recuperar una determinada información, ambos hemisferios deben activarse y el cuerpo calloso debe permitir el paso de los datos a recordar; siendo un único lateral el dominante y por tanto el encargado de dar forma al mensaje, creando así lo que llamamos una unidad cognitiva.
Sin embargo, no es importante tener una buena lateralidad únicamente desde el punto de vista de la transmisión y unificación de la información, ya que la memoria (tanto a corto como largo plazo) no depende exclusivamente de la recuperación (evocación) de la información. Anteriormente se ha tenido que llevar a cabo un buen proceso de fijación y conservación. En esos momentos entran en juego otros factores relacionados estrechamente con una buena lateralidad, como la atención y la interpretación del espacio y del tiempo. Por lo tanto, las personas zurdas pueden tener mayores trabas a la hora de memorizar, ya que invierten las imágenes mentales y organizan la información gráfica de otro modo.
¿Qué ocurre con las personas ambidiestras?
En base a lo anterior, los diestros y los zurdos con mayor dificultad, memorizarían sin grandes dificultades, mientras que aquellos que no tengan una buena lateralidad (al estar sin definir, cruzada o presentar zurdería contrariada) presentarán problemas durante el proceso de recuperación de la información. Todo ello deja una pregunta abierta: ¿Qué ocurre con el ambidextrismo?
Sánchez Cerezo y col. (1985), definen el amdibextrismo como la capacidad para ejecutar actos motores con la mano derecha o con la izquierda con eficacia y del mismo modo. Aunque a simple vista pueda parecer una habilidad positiva, puede influir de forma negativa en los siguientes procesos relacionados con la memoria:
Funcionalidad sensorial: desorden en la información recibida a través de los sentidos, cursa con confusión.
Sentido espacial: no se capta correctamente ni la información global ni la secuencial.
Lectura, escritura y cálculo: no se da una correcta organización y asimilación de la información.
Proceso de aprendizaje: las fases de codificación, comprensión y relación de conceptos exigen un elevado esfuerzo, y requiere de un mayor tiempo y atención.
http://www.neurosan.es
¿Cómo puede afectar a la memoria?
Una lateralidad no correcta interfiere sobre el lenguaje, la escritura, la lectura, el pensamiento matemático y la memoria. Esta última se ve afectada por las dificultades de integración interhemisférica, de modo que resulta imposible integrar adecuadamente la información. Existe así dificultad a la hora de ordenar los datos aprendidos, aumentando los problemas si se trata de información muy concreta. Todo ello se debe a dos posibles tipos de fallos: de transmisión por el cuerpo calloso o directamente en el hemisferio izquierdo.
Es muy importante tener una buena organización lateral, ya que la información para ser memorizada en un primer momento debe estar correctamente organizada e integrada. De modo que cuando se necesita recuperar una determinada información, ambos hemisferios deben activarse y el cuerpo calloso debe permitir el paso de los datos a recordar; siendo un único lateral el dominante y por tanto el encargado de dar forma al mensaje, creando así lo que llamamos una unidad cognitiva.
Sin embargo, no es importante tener una buena lateralidad únicamente desde el punto de vista de la transmisión y unificación de la información, ya que la memoria (tanto a corto como largo plazo) no depende exclusivamente de la recuperación (evocación) de la información. Anteriormente se ha tenido que llevar a cabo un buen proceso de fijación y conservación. En esos momentos entran en juego otros factores relacionados estrechamente con una buena lateralidad, como la atención y la interpretación del espacio y del tiempo. Por lo tanto, las personas zurdas pueden tener mayores trabas a la hora de memorizar, ya que invierten las imágenes mentales y organizan la información gráfica de otro modo.
¿Qué ocurre con las personas ambidiestras?
En base a lo anterior, los diestros y los zurdos con mayor dificultad, memorizarían sin grandes dificultades, mientras que aquellos que no tengan una buena lateralidad (al estar sin definir, cruzada o presentar zurdería contrariada) presentarán problemas durante el proceso de recuperación de la información. Todo ello deja una pregunta abierta: ¿Qué ocurre con el ambidextrismo?
Sánchez Cerezo y col. (1985), definen el amdibextrismo como la capacidad para ejecutar actos motores con la mano derecha o con la izquierda con eficacia y del mismo modo. Aunque a simple vista pueda parecer una habilidad positiva, puede influir de forma negativa en los siguientes procesos relacionados con la memoria:
Funcionalidad sensorial: desorden en la información recibida a través de los sentidos, cursa con confusión.
Sentido espacial: no se capta correctamente ni la información global ni la secuencial.
Lectura, escritura y cálculo: no se da una correcta organización y asimilación de la información.
Proceso de aprendizaje: las fases de codificación, comprensión y relación de conceptos exigen un elevado esfuerzo, y requiere de un mayor tiempo y atención.
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