Aunque comas sano y hagas ejercicio, no vas a conseguir mejor sueño si no lo complementás con unos correctos hábitos antes de irte a la cama y una vez en ella.

- 1.- Te vas a dormir con el estómago lleno. Algo que ya nos sabemos de memoria pero que seguimos haciendo. Si te vas a la cama antes de que hayan pasado entre dos y tres horas desde la cena, podés sufrir indigestión y, en consecuencia, desvelarte. Así lo afirma un reciente estudio publicado en el American Journal of Gastroenterology.
- 2.- Tomar alcohol (y bastante) justo antes de irte a la cama. Es verdad que, al principio, puede ayudar a dormirte, pero también puede hacer que te despiertes varias veces, interrumpiendo la calidad de tu sueño.
- 3.- Dormir más horas seguidas los fines de semana. No funciona. El sueño, en realidad, no se recupera. Así que no suma dormir el domingo por la mañana. Estudios recientes advierten que una falta continuada de sueño puede dañar el cerebro y comprometer su rendimiento.
- 4.- Utilizar una única almohada para tu cabeza. Dormir con más de una ayuda a corregir la posición de tu espalda, independientemente de cómo te pongas. Con ellas conseguís aliviar la presión en las partes del cuerpo que no se apoyan bien o quedan debajo.
- 5.- No tenés una hora determinada para irte a la cama. Un consistente horario, no sólo de comidas, sino de tiempo de sueño ayuda a tu cuerpo a saber cuándo es hora descansar y cuándo el momento de ponerse en pie. Que lo cumplas, hará que tus mañanas sean más llevaderas. El cuerpo humano es un animal de costumbre.
- 6.- Una almohada demasiado blanda. Perfectas para divertidas "guerras" y aceptables para los que duermen boca abajo; pero si no es tu caso, necesitás elevar tu cabeza y tu cuello justo lo suficiente para mantener tu columna recta. Si no, la cabeza y los hombros caen hacia atrás. Y vas a necesitar aún más altura si sos de los que duerme de lado.
- 7.- Lo básico, dormir 8 horas diarias. La American Academy of Sleep Medicine confirma en un reciente estudio que los adultos deben dormir entre 7 y 9 horas, dependiendo de lo que necesiten para sentirse completamente descansados al levantarse.
- 8.- Dormir en posición fetal puede restringir tu respiración. Colocá una almohada entre tu brazo superior y el cuerpo; al menos, si no podés evitarlo, descansarás mejor.
- 9.- Dormir con tu mascota. El 63% de las personas con animales se meten en la cama con ellas, lo que impide el completo descanso. Tu mascota tiene que tener su propio espacio.
- 10.- Una habitación demasiado fría o calurosa. Según la Fundación Nacional del Sueño en Estados Unidos, la temperatura ideal es de 19ºC; y siempre tiene que estar entre los 24ºC y los 13ºC.
- 11.- Te metés en la cama con los pies sucios. No es que nos estemos volviendo exquisitos, pero sí, influye en el descanso. Mantener la cama limpia es importante y tomar un baño templado como excusa para limpiarlos también. Ayuda a conservar el calor y dormir más rápido.
- 12.- Un colchón demasiado blando. No existe el colchón perfecto; éste depende de la forma, el peso de tu cuerpo y las preferencias personales. Uno muy blando es fatal para la pelvis y provoca dolores en la zona baja de la espalda.
- 13.- Y uno demasiado duro tampoco sirve. En este caso, el dolor de la espalda se traslada a la parte superior.
- 14.- Dormir con materiales sintéticos, tanto en la ropa de cama como en tu pijama. Y es que estas prendas retienen mucho más calor que los demás, con cambios en la temperatura corporal que no son naturales. Intentá utilizar ropa de algodón o fibras orgánicas y, en el caso de que pasés mucho frío, utilizá mantas de lana.
- 15.- Un colchón que llegó a casa al mismo tiempo que vos. Deben quedarse con nosotros entre cinco o diez años, no más. Y dependerá de tu peso, de la calidad de los materiales y, cómo no, del tiempo que pasés en ella.
- 16.- Dormir boca abajo. El dormir de esta forma, te obliga a girar la cabeza para respirar lo que, obviamente, provoca que la columna se retuerza, pudiendo causar dolores de cuello o espalda. Para mantenerla estirada, uní tu rodilla con una almohada. Y si así, no podés dormir, utiliza una fina almohada en tu abdomen para quitar presión a la espalda.
- 17.- Dormir con el teléfono, la computadora o la televisión encendida. Las pantallas emiten luz azul que activan el cerebro e interrumpen el ciclo natural del sueño. Y el teléfono es aún peor, ya que muchas notificaciones suelen llegar a media noche. Ponelo en modo silencio y siempre con la pantalla hacia abajo. No estropees lo que conseguiste si seguiste estos consejos con una molesta llamada en medio de tu mejor sueño.