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¿Qué genera el resentimiento y cómo se manifiesta?


Debbie Morris necesitó escribir un libro para terminar de perdonar al asesino de su hermana de 16 años y el novio de ella de 18. En Forgiving the Dead Man Walking: Only One Woman Can Tell the Entire Story describe la plétora de sensaciones que rodearon la ejecución del culpable, en particular, el resentimiento que le produjo ver cómo la Hermana Helen Prejean apoyó espiritualmente al condenado y buscó hasta último momento el perdón de la pena de muerte. El caso fue llevado al cine en 1995 -Dead Man Walking- con el protagónico de Sean Penn y de Susan Sarandon -por lo que ganó el Oscar-, y la dirección de Tim Robbins.

El resentimiento es un sentimiento de hostilidad o aversión hacia la persona que ha causado un daño. Es algo que vive dentro del resentido y lo empuja a ser desagradable con los responsables de su desgracia. Es sentir una y otra vez -resentir- el enojo vivido en el pasado y que fue provocado por una persona o situación.

Es enfermizo. El resentimiento inmoviliza y no permite crecer ni avanzar. Como dice la Dra. Lourdes Morales-Gudmundsson, autora del libro Te perdono pero…: “Negarse a perdonar y albergar resentimientos es como tomarse un veneno y esperar que muera la persona que nos ha ofendido”. Porque la otra cara de la moneda es cómo afecta al resentido. Cómo infecta su ser y todas sus relaciones.

Está el caso del marido despechado porque ella se fue con un compañero de trabajo. No puede cerrar la herida y a pesar de que ya ha pasado una década aún no le concede el divorcio legal. Simplemente siempre halla una excusa para aplazarlo porque, aunque no lo reconozca, aún está resentido con quien otrora fuera su amor. Pero esta actitud no sólo envenena a su expareja, también lo envenena a él que no puede dar por terminado el vínculo pasado y avanzar sanamente hacia uno nuevo.

En otra película, la argentina ganadora del premio Oscar a mejor film extranjero en 2009, El secreto de sus ojos, uno de los protagonistas mantiene de por vida cautivo en el campo al asesino de su esposa. Éste -a pesar de ser encontrado culpable- es puesto en libertad por la dictadura militar por ser uno de sus matones. Dada la injusticia, el viudo decide cobrar venganza por mano propia. El método que elige evidencia un resentimiento enfermizo que no le permitió seguir adelante con su vida. Se quedó atascado en el tiempo y consumido por el dolor.

Afortunadamente, el veneno tiene un antídoto: el perdón. Pero primero hay que aceptar al resentimiento y esto no es nada sencillo por varias razones. Primero porque con frecuencia se niegan las emociones negativas, sobre todo en los hombres. Es algo cultural. Segundo, la negación evita el sufrimiento que trae el recuerdo y la aceptación. Tercero, mucha gente piensa que el resentimiento es “algo malo”, que quien lo padece “está mal” y por eso cuesta tanto aceptarlo. Por último, es muy difícil admitir que algo que sucedió hace mucho tiempo continúa afectando a la persona, evidencia una incapacidad o vulnerabilidad no deseada.

Perdonar no implica reconciliarse con lo dañino y es la mejor cura para el alma lastimada. Para abordar la tarea hay técnicas que permiten lidiar con el resentimiento.


TÉCNICAS PARA VENCER EL RESENTIMIENTO

1. Dejar el pasado atrás, que es donde corresponde. Se trata de entender que no puede cambiarse y que todo pasa: lo bueno y lo malo también. “Lo pasado, pisado”, dice el refrán. Hoy es ahora, y ahora hay que desear un buen presente.
2. Perdonarse. En ocasiones el enojo es con uno mismo. Hay que aceptar que en determinados momentos se actúa acorde a lo que se es capaz de hacer, pensar y sentir, aunque se esté alejado del ideal.
3. Aceptar las injusticias de la vida (como perder el mundial). Hay cosas que no se pueden cambiar, aunque sean desagradables. Como hay sujetos que en virtud de su bienestar o satisfacción personal actúan injustamente con el resto.
4. Elevar la autoestima (cuantas finales del mundo tenes). Pensar que si se fue o se sintió incapaz de algo en el pasado, hoy se puede pensar y actuar de una manera distinta.
5. Mantenerse ocupado. A veces basta con poner manos a la acción en el momento en que surge un resentimiento. Es cuestión de ocupar la cabeza y no darle vuelta una y otra vez a lo ocurrido.
6. Reformular el pensamiento. A veces, la manera de ver las cosas aumenta las emociones negativas y distorsiona la percepción y evaluación de los hechos.