Esto es lo que ocurre cuando intentas ligar con una bolsa en la cabeza
Curiosamente, la gente no sale corriendo
Este post no va de un tipo que asusta a chicas por la calle con una bolsa en la cabeza, sino de una iniciativa grata y sorprendente: la empresa de citas rápidas Loveflutter ha decidido cubrir la sesera a todos los que asisten a sus maratones para ligar. El motivo no es ayudar a los tímidos o echar un cable a aquellos menos agraciados. La idea de esta empresa de Nueva York es que nos fijemos en el resto de conexiones que surgen mientras interactuamos con a alguien por primera vez.
Algo tan inusual sólo podía llevarse a cabo tras mucha observación de parejas potenciales. Los trabajadores de Loveflutter lo han comprobado cientos de veces: ligar es incómodo. Intentamos analizar a la persona que tenemos enfrente mientras mostramos nuestro lado bueno. Todo en una situación totalmente mediada por protocolos sociales y miedo a meter la pata. Por eso acabamos dando más importancia a lo que vemos, la cara, los ojos, el cuerpo: es lo único que percibimos con claridad y sin filtros. Sin embargo, la atracción física no es garantía de una relación interesante o de una conexión que dure más de dos noches.
Así que coge una bolsa, decórala a tu manera y relájate. Eso es lo que proponen estos neoyorquinos. Además, dan la posibilidad de escribir un máximo de 140 caracteres (1 tweet) sobre uno mismo en la bolsa, así como dibujar rasgos y complementos. El trato es que al final de la sesión todo el mundo se descubra. Con esta premisa, decenas de participantes pagaron 20 euros (con bebida) para coquetear con la cabeza cubierta. El resultado fue tan bueno en la primera edición que los responsables de Loveflutter han organizado un evento en Londres.
Lo interesante de esta iniciativa es que tiene proyección de futuro, y que no se basa solamente en el tópico de "lo importante es el interior": Loveflutter viene a decirnos que nos estamos perdiendo mucha información que nos interesa, y que aplicaciones como Tinder no nos ofrecen, en realidad, lo que andamos buscando.

Curiosamente, la gente no sale corriendo

Este post no va de un tipo que asusta a chicas por la calle con una bolsa en la cabeza, sino de una iniciativa grata y sorprendente: la empresa de citas rápidas Loveflutter ha decidido cubrir la sesera a todos los que asisten a sus maratones para ligar. El motivo no es ayudar a los tímidos o echar un cable a aquellos menos agraciados. La idea de esta empresa de Nueva York es que nos fijemos en el resto de conexiones que surgen mientras interactuamos con a alguien por primera vez.
Algo tan inusual sólo podía llevarse a cabo tras mucha observación de parejas potenciales. Los trabajadores de Loveflutter lo han comprobado cientos de veces: ligar es incómodo. Intentamos analizar a la persona que tenemos enfrente mientras mostramos nuestro lado bueno. Todo en una situación totalmente mediada por protocolos sociales y miedo a meter la pata. Por eso acabamos dando más importancia a lo que vemos, la cara, los ojos, el cuerpo: es lo único que percibimos con claridad y sin filtros. Sin embargo, la atracción física no es garantía de una relación interesante o de una conexión que dure más de dos noches.
Así que coge una bolsa, decórala a tu manera y relájate. Eso es lo que proponen estos neoyorquinos. Además, dan la posibilidad de escribir un máximo de 140 caracteres (1 tweet) sobre uno mismo en la bolsa, así como dibujar rasgos y complementos. El trato es que al final de la sesión todo el mundo se descubra. Con esta premisa, decenas de participantes pagaron 20 euros (con bebida) para coquetear con la cabeza cubierta. El resultado fue tan bueno en la primera edición que los responsables de Loveflutter han organizado un evento en Londres.
Lo interesante de esta iniciativa es que tiene proyección de futuro, y que no se basa solamente en el tópico de "lo importante es el interior": Loveflutter viene a decirnos que nos estamos perdiendo mucha información que nos interesa, y que aplicaciones como Tinder no nos ofrecen, en realidad, lo que andamos buscando.


