Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?


¿Quién no ha prorrogado su alarma unos cuantos minutos alguna vez? Pues bien, este ‘10 minutos más, por favor’ podría pasarnos factura a lo largo de nuestra jornada. Y es que tan importante es dormir la cantidad de horas necesarias, como tener un sueño continuo y profundo.

El hecho de quedarnos en la cama algunos minutos más provoca que el descanso no sea reparador si volvemos a dormirnos. Fragmentar el sueño podría provocar consecuencias diurnas a todos los niveles, tales como pérdida de memoria, menor capacidad de reacción y disminución del rendimiento durante la jornada. Es más, la simple acción de presionar el botón de posponer nuestra alarma, ya indica que el sueño falla y, por tanto, la salud declina. Esto puede traer consigo somnolencia, mal humor e incluso déficit de atención, que no podrá evitarse ni con duchas frías ni con un buen café

A muchos les sorprenderá el estudio, ya que afirma que, el requerimiento de varias alarmas para despertarse puede deberse a un caso de inercia del sueño, que consiste en que un paciente tarda mucho tiempo en conectar con la visibilidad, algo habitual en niños, pero muy reducido en personas en edad adulta.

Lo ideal sería levantarnos de forma natural, sin necesidad de alarmas, y acostarnos únicamente cuando tengamos sueño; aunque no siempre es así. Nuestro organismo está diseñado para dormir por la noche y despertar al amanecer, “aunque la luz artificial ha adulterado este proceso y, en algunas ocasiones, forzar la hora de acostarnos o la de despertarnos puede alterar los ritmos biológicos circadianos” – explica Francisco Segarra, experto en Medicina del Sueño de la European Sleep Research Society (ESRS).

Con motivo del Día Mundial del Sueño, que se celebra hoy día 18 de marzo, se han publicado numerosas estadísticas y estudios que evidencian los problemas del sueño de la población. La Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM), de hecho, afirma que un sueño de calidad sólo se hace realidad para una de cada tres personas.

“Se calcula que aproximadamente un 30% de la población general padece de insomnio por diversas causas. Lo más llamativo del caso es que aún hoy sólo se trata correctamente a un 10% de los insomnes y más del 80% de pacientes con un Síndrome de Apnea del Sueño -paradas respiratorias durante el sueño- no saben que lo padecen” – afirma Segarra.

El estrés y los malos hábitos de la época en la que vivimos determinan una falta de sueño que, indudablemente, puede derivar en problemas de salud, disminución de una calidad de vida o falta de sociabilidad. Con el fin de cambiar las estadísticas y combatir la falta de sueño, se ha elaborado un decálogo con ‘normas para un sueño de calidad’ , que van desde establecer un horario regular de sueño a evitar tomar comidas picantes o utilizar la habitación como espacio de trabajo.