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Tóxicos En Los Productos De Higiene






Se estima que un tercio de los productos de higiene corporal contiene por lo menos un ingrediente carcinógeno. Las tasas de cáncer incrementan día a día de forma alarmante. Los efectos en la salud de los casi 4 millones de químicos sintéticos presentes en el medio ambiente son prácticamente desconocidos, ya que dado su elevado número es imposible estudiar cada uno de ellos.
La mayoría no somos conscientes de que absorbemos más toxinas al respirar y a través de la piel que comiendo o bebiendo, por lo que debemos elegir productos de higiene corporal y belleza (jabones, champú, cremas hidratantes, cosméticos, bronceadores, etc) lo más naturales posibles. Los parabens usados como conservantes (methylparaben, propylparaben, butylparaben, ethylparaben, isobutyl paraben o E216), el ethyl alcohol, el alcohol isopropílico y los ftalatos son algunos de los químicos más frecuentes que encontramos en los productos de higiene corporal, incluso en los que se venden en herbolarios bajo la denominación de productos naturales.
Los ftalatos son derivados del plástico y, en general, no aparecen listados en las etiquetas.



El mito del FLÚOR


¿Pondrías arsénico en tu cepillo de dientes? El flúor, un veneno casi tan potente como el arsénico, se añade a muchas muchos dentífricos y enjuagues dentales. Sólo dos gramos de flúor son capaces de matar a un adulto y menos de 500 mg son suficientes para matar un niño. De hecho un tubo de dentífrico contiene unos 150 mg de flúor que pueden matar a un niño de menos de 30kg.

Por increíble que nos parezca, no sólo el flúor no previene las caries, sino que daña el esmalte de los dientes provocando fluorosis dental: los dientes pierden su coloración natural, se vuelven más frágiles y se rompen con facilidad. Además, el flúor provoca la precipitación del calcio, lo que daña la estructura ósea, de la que los dientes forman parte, al estar compuesta principalmente por calcio. También puede provocar osteoporosis. La acumulación de depósitos de calcio en las arterias puede dar lugar a afecciones cardiacas y arterioesclerosis. El flúor también mineraliza los tendones, los músculos y los ligamentos volviéndolos quebradizos, dolorosos y poco flexibles.
El flúor es un potente veneno que puede provocar múltiples patologías como cáncer, (principalmente osteosarcoma, el tipo más común de cáncer de huesos, y cáncer de tiroides), hipotiroidismo, fibrosis pulmonar, enfermedades renales, roturas de tendones (el flúor ataca el colágeno), infertilidad (baja los niveles de testosterona, así como la movilidad y el número de espermatozoides), artritis y obesidad. En niños (y mayores) disminuye su coeficiente intelectural (IQ) y puede ser causa del Síndrome de Deficiencia de Atención con Hiperactividad (ADHD)

El flúor se acumula en la glándula pineal, provocando una reducción en la producción de melatonina, una hormona de efectos anticancerígenos que producimos durante el sueño.

El ácido fluorídico corroe casi todos los metales, por eso el interior de los tubos de dentífrico con flúor es de plástico.

El flúor es un excelente bactericida, por eso se incorporó en los dentríficos y otros productos de higiene oral.

AGUA FLUORADA: envenenamiento lento


En algunos países como Estados Unidos el agua es fluorada para prevenir las caries, pero numerosos estudios demuestran los mismos niveles de caries en poblaciones en las que el agua está fluorada en comparación con las que no lo está. En España se suministra agua fluorada en algunas ciudades y pueblos de Andalucia, Murcia, Extremadura, Cataluña y País Vasco. Los filtros de carbón activo no eliminan totalmente el flúor. También hay que considerar que algunas marcas de agua mineral contienen altos niveles de flúor.
En USA algunas personas han muerto o enfermado cuando el equipo de fluoración del agua ha fallado bombeando demasiado flúor en el agua.
Para saber qué hacer en caso de agua fluorada pulsa aquí

El flúor NO es un nutriente esencial que tu cuerpo necesite.

Investigadores austriacos verificaron en 1970 que incluso 1 ppm (1 parte por millón equivale a 1 mg por litro) de concentración de flúor puede provocar hasta un 50% de daño en las enzimas del ADN que se encargan de reparar las células, lo que acelera el proceso de envejecimiento.

Estas fueron las palabras que pronunció el responsable del departamento químico del Instituto Nacional de Cáncer, el doctor Dean Burk, ante el congreso de USA en Julio de 1976: "De hecho, el flúor causa más mortalidad por cáncer en humanos y más rápido que cualquier otra sustancia química."

Hitler ya usó el agua fluorada para controlar la población de los territorios ocupados (no lo usó en Alemania). En China también se usó para el control de natalidad.

El flúor es un producto de desecho de la industria de los fertilizantes de fosfato. Estos desechos son demasiado peligrosos para verterlos en el medio ambiente, con lo que decidieron usarlos para la "higiene oral" y añadirlos al agua de consumo. El flúor también se emplea en la fabricación de uranio enriquecido para las centrales de uranio y la construcción de armas nucleares, así como en la fabricación de insecticidas y veneno para ratas y cucarachas.

Además del flúor añadido a pastas de dientes, hilo dental, lavados bucales y otros productos de higiene dental, también encontramos flúor en el té (sólo está presente en el té, no en otras infusiones herbales), medicamentos antidepresivos como Prozac y en las sartenes y cazuelas antiadherentes de Teflón

No confíes en el flúor para evitar las caries basta con que lleves un estilo de vida saludable, elijas alimentos naturales y evites el azúcar y los alimentos procesados.

El flúor al ser un halógeno como el yodo, utiliza los mismos receptores celulares del yodo, lo que provoca un carencias de yodo, principal causa de Hipotiroidismo. La deficiencia de yodo es una de las tres carencias nutricionales más comunes, junto con el magnesio y la vitamina D
El yodo ayuda a eliminar el flúor del organismo. Es recomendable suplementar con yodo lugol al menos durante un par de meses.

El riesgo en los niños es mayor: el 50% del fluoruro ingerido es depositado en los huesos de los niños mientras que sólo el 10% es depositado en adultos.

Es imprescindible evitar a toda costa un tipo de antibióticos fluorados denominados fluoroquinolones, relacionados con un gran número de efectos secundarios, como depresión, desprendimiento de la retina que podría causar ceguera, insuficiencia renal, problemas gastrointestinales, daño permanente en los tendones... Algunos medicamentos de este tipo se han retirado del mercado por el número elevado de lesiones que han causado. Sin embargo, los fluoroquinolones siguen siendo uno de los tipos de antibióticos más prescritos.

Los dentífricos contienen otras muchas toxinas además del flúor. Después de testar cientos de marcas la doctora Hulda Clark ha detectado que la mayoría están contaminadas con metales pesados y solventes, incluso los elaborados con extractos naturales de venta en herbolarios y tiendas de dietética. Por ello, recomiendo usar el cepillo de dientes iónico Soladey, el revolucionario cepillo de dientes japonés con el que no es necesario usar dentífrico. Funciona gracias a la luz (por ejemplo, la luz del baño) y no necesita pilas ni electricidad.

En la composición de los DESODORANTES se encuentran muchas sustancias tóxicas y metales pesados como el aluminio, principal responsable de la enfermedad de Alzheimer.

Los JABONES ANTIBACTERIANOS contienen una sustancia tóxica muy dañina denominada triclosan.
Un estudio doble ciego llevado a cabo por los investigadores de la institución "the Annals of Internal Medicine" encontró que los jabones antibacterias no aportaban ningún beneficio respecto al jabón regular. (Larson EL. Efecto en enfermedades infecciosas de productos antibacterias para la limpieza del hogar y en jabones para el lavado de manos. Annals of Internal Medicine, 2004, 140(5)321-329)
Y recientemente, la prestigiosa Asociación Médica Americana (AMA) descartó la idea de que estos jabones fueran buenos.
“Además de que no existe evidencia de que tengan ningún efecto positivo, hay razones para sospechar que pueden resultar nocivos, puesto que ayudan a crear bacterias resistentes a los antibióticos.” Myron Genel, presidente del Concejo de AMA para Asuntos Científicos.
De hecho, usar jabones antibacterias habitualmente puede provocar: tos, congestión nasal, irritación de garganta, fiebre, vómitos, diarrea, ampollas, conjuntivitis.



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