Más allá del circo mediático que lo único que busca es desviar la mirada de la razón y la crítica del ciudadano, cabe un momento de reflexión.

Ante la triste situación en la que un ciudadano argentino es popularizado mediaticameente por un acto delictivo (telecaso: motochorro), me veo en la obligación de enviar al hermano Pueblo argentino aunque más no sea un apoyo ético y moral.
Nadie merece odiar el mismo país que ama.
Argentinos: luchen por una ciudadanía de incuestionable ética, segura y amiga de la libertad
Nadie merece odiar el mismo país que ama.
Argentinos: luchen por una ciudadanía de incuestionable ética, segura y amiga de la libertad
Sólo eso. Me saqué las ganas, hermanos. No se achiquen nunca ante la joda del poder.