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La leyenda del Silbón cuenta la historia de un espíritu que está condenado a vagar por haber matado a sus padres.

Entre las múltiples versiones que existen de este espanto destaca aquella que asegura que El Silbón fue un muchacho al que criaron toñeco o mimado, que no respetaba a nadie y que un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado.

Su padre se fue de cacería para complacerlo pero tardó en regresar y por ello el muchacho se fue a buscarlo y, al ver que no traía nada, porque no había podido cazar el venado, lo mató, le sacó las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara sin revelarle cuál era su procedencia.

Luego, como las vísceras no se ablandaban, la madre sospechó que eran las asaduras de su esposo, y al preguntarle al muchacho, este confesó la verdad. De inmediato lo maldijo para toda la vida.

Su hermano Juan lo persiguió con un mandador, le sonó una tapara de ají y le azuzó el perro tureco que hasta
el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones.

Se dice que el que recuerda y menciona lo sucedido se libra de ser atacado por este espíritu errante, conocido
como El Silbón. Algunos llaneros lo describen como un hombre alto y flaco, que usa sombrero y ataca a los hombres parranderos y borrachos, a quienes chupa el ombligo para tomarles el aguardiente. Otros dicen que al llegar El Silbón a una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta uno a uno los huesos que lleva en él, y que si no hay alguien que pueda escucharlo, un miembro de la familia muere al amanecer.

Esta es una de las muchas leyendas que se escuchan en los llanos Venezolanos, que ahora van formando parte de cultura y de la tradición.




Ahora una receta de la región llanera
Manjar de coco (una receta tradicional, deliciosa y muy fácil)

El manjar de coco es un dulce muy usual en la región llanera por su buen sabor y lo sencillo de su preparación.
Se emplean:
2 cocos frescos,
½ kg de azúcar blanca,
½ l de agua,
2 cucharadas de maicena,
una cucharadita de clavos de olor
canela en polvo.
Preparación
Se coloca la pulpa del coco rallada en una olla y se le agregan los ingredientes restantes. Se revuelve durante 20 minutos, o hasta que la mezcla espese, siempre
removiéndola con una paleta de madera. Al terminar de cocinarlo se sirve en tazas de vidrio individuales y se come con canela recién espolvoreada por encima.

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