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Tu estado, tanto mental como físico, es lo que, en ultima instancia, te puede llevar o no a la acción, condición indispensable para el éxito. Entiendo el éxito no desde una perspectiva estrecha como el éxito material, es decir, tener más dinero y por ende más cosas de las que el dinero puede comprar, sino en un sentido más amplio como el logro de tus objetivos, sean estos cuales fueran.

Tus objetivos pueden ser mejorar tu situación económica (tener más dinero), terminar una carrera, conseguir más amistades, ser feliz, alcanzar la paz interior, ayudar a la sociedad, lo que tú quieras plantearte como una meta. Nada de esto (y de todas las otras cosas que te puedas imaginar) se consigue sin la acción. Simplemente sentándote y pensando lo agradable que sería tener lo que deseas, no lo lograrás.

Una vez decidido a la acción, resta por determinar qué tipo de acción emprenderás. Aquí tiene una gran influencia cuál es tu concepto o modelo del mundo. El mundo al cual me estoy refiriendo no es el planeta Tierra con sus continentes y océanos, su fauna y su flora. Es un concepto más complejo que se refiere sustancialmente a la sociedad humana en la cual vives y a las conductas aceptadas o usuales en dicha sociedad.

La humanidad ha ido atravesando etapas de desarrollo, y a lo largo de este camino han ido variando las costumbres de las sociedades. Todas las sociedades del planeta no se encuentran en el mismo estado de desarrollo. En un mismo instante de tiempo se pueden encontrar distintos usos en distintas partes del globo, y naturalmente surgen conflictos que no es éste el lugar adecuado para discutirlos.

Lo que interesa destacar es que, dependiendo de dónde vivas e incluso de la clase social a la que pertenezcas, será distinto tu concepto del mundo. Éste está formado por el conjunto de tus creencias acerca de lo que es el mundo, y estas creencias influirán en la conducta que adoptes para lograr tu objetivo. Para dar un ejemplo, si tu objetivo es tener más dinero, dependiendo de tu concepto del mundo puedes elegir entre trabajar para ganarlo o salir a la calle a robárselo a quien lo tenga, entre otras varias conductas posibles.

Sea cual fuere la conducta que elijas, las posibilidades de tener éxito se verán influidas por otra parte de tu concepto del mundo que no es común con toda la sociedad o clase social en que vives sino que es particular tuya. En toda sociedad, en toda clase social, hay ganadores y perdedores. Tus chances de estar en uno u en otro bando dependerán (entre otras cosas) de tu concepto personal de lo que es el mundo.

Si piensas que el mundo es un lugar donde el esfuerzo es recompensado, y donde el que se esfuerza a la larga triunfa, estás más cerca de conseguir lo que quieres. Si piensas que el mundo es un lugar donde no vale la pena esforzarse porque el triunfo es una cuestión de suerte, estas creencias te alejarán de tu objetivo. Lo real es que nada se consigue sin esfuerzo; hasta el que se dedica a robar tiene que hacer el esfuerzo de planear su robo. Si te dedicas a esperar que el éxito te alcance por casualidad, puede que ello ocurra, pero sin duda será mucho menos probable que si haces algo para alcanzarlo.