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El Everest es la montaña más alta del mundo




Clase: Geografía.

Lo que nos contaba el profe: El monte Everest es la montaña más alta del mundo con una altura de 8.848 metros. Fue nombrada Everest en honor de George Everest, geógrafo británico, en 1865.

La realidad: La montaña “más alta” del mundo es el volcán Mauna Kea (Hawái) si se midiera desde su base. Los especialistas en el tema dicen que el Everest mide 8.848 metros sobre el nivel del mar, mientras que el Mauna Kea mide 10.203 metros, de los cuales 4.207 están sobre el nivel del mar y el resto (casi 6.000 metros) sumergido. Es decir, toman la altura desde el fondo del Pacífico. Y ya por las mismas, si tomamos como referencia el centro de la Tierra el Chimborazo en Ecuador (6.310 m) sería el más alto, por el achatamiento de la Tierra. Todo es cuestión de cómo se mire.


Los vikingos no llevaban cuernos con cascos



Clase: Teatro.

Lo que nos contaba el profe: Los vikingos llevan cascos con cuernos, comen muslos con la mano y les gusta incinerarse en un bote ardiendo.

La realidad: Los vikingos usaban cascos de cuero, no metálicos, y no tenían cuernos en ellos. Esta iconografía, que ha quedado grabada en el imaginario popular surgió, en realidad, de la recreación de una ópera de Wagner, “El ocaso de los dioses”, ambientada en la mitología nórdica. Los cuernos no son más que atrezzo.

Colón descubrió América




Clase: Historia.

Lo que nos contaba el profe: el 12 de Octubre, de 1492, la expedición de Colón pisaba por fin tierra: la isla de La Española. Se descubría así un nuevo continente.

La realidad: Leif Eriksson, explorador vikingo, puso el pié en territorio norteamericano (lo que hoy es Terranova) alrededor del año 1000, y los noruegos tuvieron comercio esporádico con los nativos hasta el siglo mediados del siglo XIV y hasta 1347 (145 años antes del descubrimiento de Colón), dificultado por los ataques indios para repeler a los ‘invasores’. Otras teorías hablan incluso de unos primeros viajes de pueblos africanos y hasta de un viaje egipcio en el año 1480 antes de Cristo.

Además, la isla a la que primero llegaron fue la de Guanahí, no La Española, que fue donde se construyó el primer emplazamiento.

Walt Disney era un genio con el lápiz




Clase: Dibujo, of course.

Lo que nos contaba el profe: Walt Disney siempre aparecía en su mesita dibujando mickies que parecían salir del papel, era un genio de la ilustración.

La realidad: Durante muchos años se dijo que Mickey Mouse había sido creado por el, pero ahora sabemos que fue obra exclusiva del dibujante Ub Wickers quien le dejo a Disney compartir la autoría para devolverle un favor. Dicen que ni siquiera Walt Disney sabía dibujar; y que se lo hacía todo su equipo.

El caballo de Santiago era blanco



Lo que nos contó el profe: Santiago tiene montura impoluta contra los infieles y cierra España cuando se va.

La realidad: En muchos cuadros e iconografia el caballo es blanco, pero en el techo de la catedral de Santiago, la que se supone la casa del apóstol, el caballo es de piel castaña con manchas negras. ¿Y donde le van a conocer mejor que en su propio domicilio?

La materia tiene tres estados



Clase: Física.

Lo que nos contaban el profe: “líquido, sólido y gaseoso”, esos son los mencionados tres estados de la materia.

La realidad: existe un cuarto estado, el plasma, un gas normalmente ionizado cuyas moléculas están mucho más libres que en el estado gaseoso normal, provocando unos comportamientos distintos. Si consideramos los estados de agregación, podemos incluir incluso el condensado de Bose-Einstein, el Condensado de Fermi, los Supersólidos y alguno más.

Tenemos cinco sentidos



Clase: Ciencias Naturales.

Lo que nos contaba el profe: Gusto, oído, olfato, vista y tacto. Algún profesor ‘new age” agregaba la “intuición”, y los fans de Los Caballeros del Zodíaco hablábamos de El Séptimo Sentido.

La realidad: la ciencia moderna considera que tenemos diez sentidos. A los cinco que sabemos recitar de memoria hay que añadir los siguientes: La propiocepción, el encargado de informar de la posición del cuerpo en relación a uno mismo; la percepción temporal; la equilibriocepción o equilibrio; la termocepción, o capacidad de percibir la temperatura; la interocepción o el estado de los órganos de nuestro cuerpo; y la nocicepción, la percepción de lo nocivo o más comúnmente, el dolor. Incluso existe un undécimo sentido, aunque más discutido: la magnetocepción, o capacidad de percibir los campos magnéticos del planeta como Magneto.

A Cervantes le faltaba un brazo



Clase: Literatura.

Lo que nos contaba el profe: Cervantes había perdido un brazo en La batalla de Lepanto. Así aparecía en algunas ilustraciones y hasta en la famosa serie de TV.

La realidad: Cervantes era considerado y llamado manco, pero conservaba ambos brazos. Los nervios de su mano izquierda fueron dañados en la batalla de Lepanto, pero jamás se le amputó el miembro, que conservaba un mínimo de movilidad.

El Cid ganaba batallas después de muerto



Clase: Historia.

Lo que nos contaba el profe: Tras morir el Cid, se decidió poner su cadáver a lomos de un caballo para librar una batalla desesperada. Así, se conseguía asustar a los enemigos ante su carácter invencible, y aumentar la moral de las tropas cristianas.

La realidad: Una vez muerto el Cid, allá por 1099, cuando era evidente que Valencia iba a caer en manos almorávides, los soldados que quedaban decidieron llevarse el cadáver embalsamado del héroe para que sus restos no cayeran en manos enemigas. Y así lo llevaron hasta Castilla, hasta el monasterio de San Pedro de Cardeña donde reposó… un tiempo.

Darwin era un gran amante de los animales



Clase: Biología.

Lo que nos contaba el profe: Darwin fue el artífice de la teoría biológica más influyente del siglo XVIII y el padre del naturalismo.

La realidad: A Darwin le gustaban los animales, sí: a ser posible guisados y con guarnición de papas. Durante su juventud, mientras estudiaba en Cambridge, Darwin formó parte de la sociedad gastronómica Gourmet Club (más conocida como “The Glutton Club”, el “club de glotones”) que hacía gala de un “omnivorismo sin fronteras”: su objetivo era probar “todos y cada uno de los pájaros y bestias que han sido conocidos por el paladar humano. Así que se zampó todos los animales que descubrió.