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Observando y midiendo


Citando una frase dicha por Daryl Reiner, "Dibujar es la parte fácil, la parte difícil es entender lo que está ahí."

El acto de hacer una línea en el papel es fácil. Dibujar un cuadrado no tiene mayor dificultad, y menos aún si nos ayudamos de una regla. Hay dibujos de maestros clásicos que se componen de prácticamente un par de líneas. ¿Dónde está la dificultad entonces? La dificultad radica en la forma que las líneas sugieren. Si una línea hubiese ido un poco más allá o se hubiese alejado un poco más, el dibujo perdería sentido. Cualquiera puede trazar una línea, pero se requiere de práctica y maestría para saber dónde ubicar y guiar cada trazo.

La ubicación de cada línea y su proporción es muy importante en el dibujo. Esto es más notorio cuando dibujamos retratos, pues al ubicar incorrectamente las partes del rostro vemos que el dibujo no se parece a la persona que queremos retratar. Para lograr el parecido con la realidad tenemos que ubicar cada parte en su lugar.

La idea de un dibujo no es capturar de manera idéntica nuestro objetivo. Si esa fuese nuestra meta, es más fácil y rápido fotografiar al sujeto. La idea de un dibujo es plasmar en papel la esencia del sujeto. Si calcamos la fotografía de una persona el resultado es una serie de líneas sin vida ni emoción. Un dibujo debe tener substancia, debe expresar una idea, contar una historia o ser interesante para que provoque una reacción en el observador.


FIGURA 1. Al hacer este dibujo mi meta no era obtener
una copia idéntica del sujeto sino capturar la mirada distraída y lejana.
Es esa expresión y no la copia perfecta lo que me interesa.


Si alguna vez has tratado de copiar una fotografía, un objeto que está delante tuyo o el dibujo de otra persona, seguramente habrás experimentado esa frustración de ver que no se parece, que hay algo mal en el dibujo y no entiendes qué es. De algún modo te evade el ver dónde están los errores.

Un consejo que ayuda mucho para estos casos es simplemente dejar el dibujo a un lado y ver otra cosa. Dar una vuelta por la calle, leer un libro, cocinar, dedicarse a otra cosa y olvidarse del dibujo. Luego, cuando regreses al dibujo lo verás con "ojos nuevos" y notarás detalles a los que anteriormente eras ciego.

El segundo consejo es nuestro ejercicio del día de hoy. El propósito de este ejercicio es aprender a observar y notar las diferencias que introducimos en nuestro dibujo con el sujeto que queremos dibujar. Esto lo vamos realizar a través de la medición.

Empecemos con un dibujo de lo más sencillo:


Coge tu lápiz y papel y prueba dibujar este sonríe. Trata de hacerlo lo más idéntico posible al mío. Inténtalo y aquí te espero.

¿Ya lo hiciste? No, no lo has hecho. ¡Dibújalo de una vez! Yo te espero aquí.

Dum, di, dum.

...

¿Listos? Ok, he elegido un dibujo muy simple para que notemos fácilmente las diferencias. Tratándose de un dibujo sencillo y por ser un ejercicio les exijo que traten de hacer lo más idéntico posible a mi dibujo.

Mira y compara tu dibujo con el mío. ¿Es igualito? Le pedí a mi Mamá que haga también un dibujo para ustedes, así que aquí está el suyo:


La primera diferencia notable es que los ojos son más grandes. Un premio para el que haya notado que los ojos deberían estar más distanciados entre sí. Lo más difícil es señalar las diferencias que hay con la forma de la boca, dado que es una curva difícil de comparar.

Como dije antes, nuestro ejercicio es uno de Medición. Todos sabemos medir, usando una guía de medida como una regla. Necesitamos un punto de comparación para saber "esta línea es más larga que esta otra," o "la distancia entre este punto y este otro es X."

Para nuestro ejercicio vamos a coger un papel extra o una cartulina para definir nuestra medida de comparación. Vamos a elegir una parte de nuestro sujeto original para crear nuestra "Medida Base." Ojo con estos requisitos:

Debe ser una línea recta. Debe ser fácil de ver. No debe ser muy grande.
Nuestro dibujo es tan pero tan sencillo que he elegido como Medida Base la separación que hay entre los ojitos.


¡Muy bien! Entonces, mi Medida Base es esa separación. Coge una cartulina y haz lo mismo, mide la distancia que hay entre los ojos de mi dibujo. ¡Ten extremo cuidado si vas a colocar tu cartulina en la pantalla de la computadora!

Esta medida nos servirá para poder ubicar correctamente cada una de las demás partes del dibujo. Por ejemplo, con nuestra medida podemos ubicar la curva de la boca. Si notas, el ojo queda casi casi en el centro de nuestra medida.


Podemos hacer también una marquita en nuestra medida para sacar la altura de la curva debajo del ojo.


Al tomar estas medidas descubriremos el por qué nuestro dibujo no se parece al original. Frecuentemente me sucede que pienso que la distancia entre el ojo y el borde de la cara es una, pero al medir me doy cuenta que es más allá. Al instante se hace obvio. Recuerda que las medidas no tienen que ser exactas y precisas, en un dibujo artístico lo esencial es obtener un parecido y no una copia perfecta al milímetro.

Felicitaciones, ¡ya estás aprendiendo a observar!