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Tras una semana de descanso, la Fórmula 1 volverá a rugir este domingo en Shanghai con motivo del undécimo Gran Premio de China. Será la última cita en tierras orientales antes de regresar al Viejo Continente para la ronda europea, que se iniciará en Montmeló. Las escuderías apuran sus actuales monoplazas: con bastante probabilidad, en España será donde veamos las evoluciones más importantes.

El Circuito Internacional de Shanghai será una dura prueba para pilotos y monoplazas. Empezando por sus características tres primeras curvas, una diabólica sucesión de curvas que los pilotos intentan salvar trazando cada uno a su manera. No hay que olvidarse tampoco de la interminable recta posterior -la más larga del mundial-, donde los equipos con menores prestaciones en términos de velocidad punta sufrirán para no ser adelantados.

La acción comenzará, como de costumbre, el viernes con los entrenamientos Libres 1, en los que los equipos buscarán afinar el set-up de sus bólidos. Seguidamente, en los Libres 2, el objetivo será optimizar el rendimiento, comprobar el ritmo en tandas cortas con el neumático más blando y el de carrera en tandas largas, así como la degradación. Con todos estos datos, el sábado será la última oportunidad para los ingenieros de poner a punto los reglajes para que, en la clasificación, los pilotos puedan rodar al máximo. La clasificación será importante de cara a la carrera del domingo: de los diez Grandes Premios anteriores, la mitad los ganó el poleman.

El W05: la bestia imbatible

Mercedes se presenta como favorito indiscutible. Tres victorias de tres carreras en el comienzo de temporada, diferencias de ritmo con sus rivales que rondan el segundo y un circuito que, a priori, es bastante propicio para que el W05 vuelva a imponer su ley. Los de Brackley llegan a China tras dos dobletes consecutivos y la sensación de que, ahora mismo, sólo la climatología puede arrebatarles un dominio aplastante. El equipo de las Flechas Plateadas lidera el Campeonato de Constructores con 111 puntos, más del doble que su más inmediato perseguidor.

Force India aterriza en suelo chino con ganas de repetir el éxito del pasado Gran Premio de Baréin. El tercer puesto de Sergio Pérez en la noche de Sakhir fue toda una inyección de moral para la escuadra india que llevaba buscando desde Australia confirmar con un gran resultado el bueno estado de forma demostrado en pretemporada. Nico Hülkenberg es ahora mismo tercero en el mundial de pilotos y el equipo es segundo en el de constructores. El VJM07 buscará hacer valer su velocidad punta en la recta trasera de Shanghai para intentar volver a ser el segundo mejor equipo con motor Mercedes.

El ambiente no es tan optimista en McLaren tras el cero absoluto en Baréin. La escudería de Woking se ha diluido tras el éxito en Australia. Al igual que en pretemporada, el equipo británico comenzó muy fuerte pero está perdiendo fuelle y los problemas en Sakhir son una muestra de ello. En la pasada carrera Jenson Button estuvo luchando por la cuarta posición durante gran parte del Gran Premio pero, finalmente, tanto él como Magnussen, acabaron abandonando. Cero puntos tras una clasificación bastante floja son el saldo de McLaren. Todo esto hace que las alarmas se enciendan: los de Ron Dennis deben ponerse las pilas ahora que todavía están a tiempo. De momento son terceros en el Campeonato de Constructores, pero este año la competitividad es máxima.

De un equipo con una curva descendente a otro con una clara tendencia al alza. Hablamos de Red Bull, que pese a una pretemporada llena de incógnitas, han demostrado que tienen capacidad para remontar situaciones delicadas. Ahora mismo son cuartos en el campeonato de constructores, y eso teniendo en cuenta que en Australia no puntuaron tras el abandono de Vettel y la descalificación de Ricciardo. Han demostrado con creces que son la única alternativa al dominio de los motores alemanes y que, en ocasiones, pueden liderar al grupo perseguidor de la escudería Mercedes.

Sería exagerado hablar de crisis en Ferrari, pero no es menos cierto que la Scuderia no atraviesa su mejor momento. La dimisión de Stefano Domenicali es la prueba de que en Maranello no saben muy bien qué hacer y que el F14T dista mucho de ser el ansiado bólido con el que Alonso y Räikkönen deberían luchar por las victorias... y con el que ahora mismo luchan por estar en los puntos. China no parece que vaya a calmar la situación en el seno de la escudería italiana y tendrán la difícil tarea de conseguir puntuar tanto como puedan esperando que una evolución de cara a España revierta la situación.

Williams parecía que iba a comerse el mundo en Baréin, pero al final no sólo no pudieron con Force India sino que se les coló Red Bull. Ahora mismo cierran el grupo de los motores Mercedes y también el de los equipos de media tabla. Parece algo insuficiente tras la prometedora pretemporada. Mientras, Toro Rosso buscará enmendar el desastre de Baréin y volver a entrar en los puntos. Los de Faenza han sorprendido gratamente, así como Daniil Kvyat que no pierde comba con su compañero, Vergne. La larga recta de China no es el lugar más cómodo para el STR09, pero si las condiciones climatológicas son variables, seguro que sacarán provecho de la situación.

En Lotus siguen con su particular travesía por el desierto. Es cierto que continúan mejorando con respecto al desastroso comienzo de mundial, pero no menos cierto es que están luchando con equipos del final de parrilla con un E22 que, dicen, es de los mejores chasis de este año. Pastor Maldonado llega a Shanghai con las miradas puestas en él tras el incidente en Baréin con Esteban Gutiérrez.

Marussia sigue por delante de Caterham, aunque la rivalidad entre ambos equipos es máxima. En un año en el que la fiabilidad es determinante, los equipos del fondo de pelotón tienen una oportunidad de mejorar sus resultados siendo constantes, algo que ambos han demostrado que pueden conseguir. No así Sauber que es el último equipo en el Campeonato de Constructores y que, entre accidentes y abandonos, así como un pobre ritmo, está en una situación muy, muy delicada.

El circuito de Shanghai

El 'Shanghai International Circuit' acogerá por undécima vez el Gran Premio de China, cuyo estreno tuvo lugar en el 2004. El trazado tiene la firma de Hermann Tilke, como la mayoría de los circuitos de nueva generación que pueblan el mundial. Los pilotos deberán completar 56 vueltas a los 5.451 kilómetros que mide el total del trazado de Shanghai. Como ya hemos dicho antes, las tres primeras curvas son uno de los rasgos más característicos: toda una prueba para mecánicas y pilotos. Los 1,3 km de la recta posterior a la que precede una curva peraltada la convierten en la más larga de todo el campeonato. Otro punto que puede ser complicado son las curvas siete a nueve: las dos primeras dos enlazadas de alta velocidad tras la cual llega una curva lenta frenando en apoyo.

Alerón delantero y trasero: Tendrán una configuración ligeramente más baja en cuanto a carga aerodinámica que en los anteriores circuitos, buscando la oportunidad de adelantamiento que ofrece la recta trasera.

Suspensiones: Los pianos del asfalto chino son bajos, por lo que la altura del coche puede ser más baja de lo necesario. Las grandes frenadas serán una prueba para la estabilidad del monoplaza. La configuración deberá buscar favorecer los cambios de dirección del monoplaza tanto a alta como a baja velocidad.

Frenos: Shanghai no será crítico en este aspecto. Pese a contar con puntos de grandes frenadas, estos están diseminados por el circuito, por lo que los discos tienen tiempo de refrigerarse.

Los compuestos usados serán el Pirelli PZero White medio y el Yellow blando, al igual que en Baréin. El asfalto no es demasiado abrasivo para los neumáticos, aunque sufren bastante en las tres primeras curvas, así como en las rápidas enlazadas en las curvas 7 y 8 o la peraltada antes de la recta de atrás. Habrá dos zonas de DRS en las dos rectas del circuito que serán el balón de oxígeno para aquellos monoplazas que no tengan en la velocidad punta uno de sus mayores fuertes.


Predicción meteorológica y apuestas

En cuanto a la meteorología, tras la calma de Baréin, la lluvia podría volver a aparecer para convertirse en protagonista. La jornada del viernes será soleada ya que la amenaza de lluvia es más alta por la noche. Sábado y domingo, la probabilidad ronda el 50% con temperaturas bajas, lo cual volverá a inundar de incertidumbre la actividad de los equipos que estarán muy pendientes del cielo.

Para los aficionados a las apuestas, la opción más demandada para la victoria en la carrera del domingo es Hamilton, seguido de cerca por Nico Rosberg. Los chicos de Mercedes siguen siendo una apuesta segura y sin riesgo tras el aplastante dominio demostrado hasta ahora. Por detrás, la alternativa de los corredores de apuestas es Red Bull, con Sebastian Vettel por delante de Daniel Ricciardo. Pese a los resultados poco convincentes de Ferrari, Fernando Alonso es la quinta opción más demandada por delante de otros como los pilotos de Williams o Force India.

Tras el descanso de Baréin, China hará que tengamos que volver a usar los despertadores durante un fin de semana. Los Libres 1 serán en plena madrugada, a las 4 am, acabando la jornada del viernes con los Libres 2 que darán comienzo a las 8 de la mañana. El sábado habrá una hora más de descanso, ya que los Libres 3 arrancan a las 5, mientras que la clasificación será a las ocho. Para aquellos que no quieran madrugar tanto el fin de semana, la carrera el domingo será a las 9.

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