En la década de los años 60 la reputación de Dodge experimentaba un asombroso ascenso gracias a sus coches de alto desempeño. La marca se posicionaba como el rey de los coches más potentes, esto se debía gracias a que los coches fabricados por Dodge dominaban las pistas de Nascar, y esto obedecía a que los autos de Dodge se encontraban en pleno proceso de convertirse en los íconos de desempeño, revolucionando el automovilismo antiguo.
Uno de los coches que gozaba de una muy buena reputación, además de la aceptación por parte de los fanáticos de las carreras, y que pronto se convertiría en uno de los preferidos por la mayoría de los pilotos, era precisamente el modelo conocido como Dodge Charger Daytona. El Daytona nace en el año 1969 como una versión limitada y de alto rendimiento del Dodge Charger.
La creación de este modelo tenía un solo objetivo, ganar las carreras de alto perfil de la Nascar. Para el otoño de ese mismo año el Daytona sorprende a todos al ganar la Talladega 500, siendo su carrera inaugural. En Marzo de 1970 el Dodge Charger Daytona estaría rompiendo su primer record al superar la marca de los 200 mph, no sin antes haber acumulado un muy buen número de victorias en diferentes competencias en las que había participado a lo largo de todo ese año.
La creación de este modelo tenía un solo objetivo, ganar las carreras de alto perfil de la Nascar. Para el otoño de ese mismo año el Daytona sorprende a todos al ganar la Talladega 500, siendo su carrera inaugural. En Marzo de 1970 el Dodge Charger Daytona estaría rompiendo su primer record al superar la marca de los 200 mph, no sin antes haber acumulado un muy buen número de victorias en diferentes competencias en las que había participado a lo largo de todo ese año.
El Dodge Charger Daytona estaba equipado con un poderoso motor V8 de 7.2 litros capaz de generar hasta 380 caballos de poder sin ningún esfuerzo, aunque poco tiempo después ofrecía la opción de elegir un motor Hemi de 7.0 litros, y 425 caballos de fuerza. Estos motores podían ser combinados con una transmisión automática de 7 velocidades, o una transmisión manual 727 de 3 velocidades. Uno de los aspectos más llamativos del coche y que quizás es el que le otorgó un distintivo especial es una prominente ala estabilizadora trasera de 23 pulgadas de alto, fabricada en chapa especial, que trabajada en conjunto con el diseño de su curioso frontal, el cual claramente dejó atrás la tradicional rejilla o parrilla frontal que contribuía con el sistema de enfriamiento del motor.
La producción de este coche fue muy limitada, de hecho solo se construyeron 500 unidades, de allí el carácter de exclusividad de este vehículo que aun en nuestros días mantiene el interés de muchísimos de los amantes de la marca y del modelo, pero sobre todo, el interés de los coleccionistas de coches clásicos
link: https://www.youtube.com/watch?v=q-0jrgQAdAM
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