El 16 de Septiembre en Mexico se celebra la Independencia de Mexico, o el inicio de la revolución que llevo a la independencia de Mexico... Sin embargo hay ciertos detalles de la historia que hace que cuestionemos tal definición, y además, de catalogar al cura Miguel Hidalgo como el líder de tal lucha... he aquí la historia...
La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España (hoy Estados Unidos Mexicanos) una crisis política que desembocó en el movimiento armado. En ese año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte.
Como respuesta, el ayuntamiento de la ciudad de México —con apoyo del virrey José de Iturrigaray— reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; la reacción condujo a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los cabecillas del movimiento, y la ejecución de políticos afines a las ideas independentistas del Imperio Napoleonico, como Francisco Primo de Verdad y Ramos y el fraile peruano Melchor de Talamantes. En lugar de Iturrigaray fue nombrado un militar alcalaíno, Pedro de Garibay, quien en mayo de 1809 fue sustituido por el Arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana y Beaumont. En diciembre de ese mismo año se descubrió la Conjura de Valladolid, conspiración cuyo único fin era crear una junta que gobernara al virreinato en ausencia de Fernando VII, preso en Bayona. Los culpables fueron arrestados y sentenciados a muerte, pero el arzobispo virrey les perdonó la vida condenándoles a cadena perpetua, razón por la que Lizana fue destituido en abril de 1810 por la Junta de Sevilla. Como nuevo virrey fue designado un militar participante de la Batalla de Bailén, el teniente coronel Francisco Xavier Venegas de Saavedra.
En 1808 se documentó en Dolores la llegada de un agente francés al servicio del general Moreau, enemigo de Napoleón. El agente dio su nombre como Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo a los Estados Unidos y en octubre del mismo año desapareció sin dejar huella alguna.
Cuando Andalucía cayó en manos de los franceses, en la primavera de 1810 toda España ya estaba en poder del ejército napoleónico. La Archidiócesis de Zaragoza, encargada de los asuntos religiosos en toda la metrópoli, ordenó a los párrocos de todo el imperio predicar en contra de Napoleón. Hidalgo siguió esta orden.
A pesar de la derrota de los criollos en la Ciudad de México en 1808, en otras ciudades de Nueva España se reunieron pequeños grupos de conjurados que pretendieron seguir los pasos del ayuntamiento de México. Tal fue el caso de la conjura de Valladolid, descubierta en 1809 y cuyos participantes fueron puestos en prisión. En 1810, los conspiradores de Querétaro estuvieron a punto de correr la misma suerte pero, al verse descubiertos, optaron por tomar las armas el 16 de septiembre en compañía de los habitantes indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato), convocados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
En la primera semana de septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas, quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real español (no Fernando VII, sino de José Bonaparte I, hermano de Napoleón) en México. El intendente de Guanajuato, Juan Antonio Riaño, ordenó al comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.
Por medio del alcalde de Querétaro, Balleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a Dolores fue encerrada en una habitación por su marido, para que no avisara a los conspiradores. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Balleza, para informar oportunamente a Hidalgo.
En las primeras horas del 16 de septiembre, Allende llegó a la casa del cura de Dolores, donde Hidalgo se hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar, además de tomar chocolate caliente por el clima frío de ese tiempo, ambos decidieron lanzarse a la lucha armada antes de que los españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la mañana Hidalgo, usando la campana de la parroquia, convocó a la misa patronal del pueblo y dio el Grito de Dolores, con lo que empezó la lucha por la independencia de la España peninsular desde el territorio de la Nueva España.
En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo dio el famoso Grito de Dolores en la parroquia del pueblo de Dolores, Guanajuato. El "grito" fue un llamado del Cura Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama dirigido a los párrocos de la población de Dolores. En el llamado, los insurgentes motivaron a la población a que se levantara en contra de la ocupación francesa sobre España y pedía la reinstauración de Fernando VII en el trono Español. Con un estandarte de la Virgen de Guadalupe en una mano, Hidalgo da un sermón emotivo al congregarse la gente y al final grita:
¡Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Viva la América española!, ¡Viva Fernando VII!
Hidalgo fue ejecutado menos de un año después, en Chihuahua, donde confirmo su adhesión al gobierno real español, personificado por Fernando VII en exilio, en repulsa del gobierno instaurado en esos momentos en la Nueva España por dictados de la casa napoleónica
Por lo cual podemos llegar a algunas conclusiones
1.Miguel Hidalgo y Costilla, cura y párroco de Nuestra Señora de los Dolores, no debe ser llamado ‘Padre de la Patria’, pues nunca abogo por una patria libre en América
2.Miguel Hidalgo y Costilla inicio un movimiento de apoyo al gobierno español, quien estaba bajo la dominación francesa, recordemos que Napoleón impuso a su hermano al frente de la corona española, el famoso José Napoleón, cuyo sobrenombre era Pepe Botello por su afición a la bebida.
3.En honor de la lógica, la verdadera fecha que se debería celebrar es la consumación de la independencia de la Nueva España, hoy Estados Unidos Mexicanos, o sea: México. La cual fecha fue el 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró a la ciudad de México, después de más de tres siglos de dominio español.
mientras tanto:
La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España (hoy Estados Unidos Mexicanos) una crisis política que desembocó en el movimiento armado. En ese año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte.
Como respuesta, el ayuntamiento de la ciudad de México —con apoyo del virrey José de Iturrigaray— reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; la reacción condujo a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los cabecillas del movimiento, y la ejecución de políticos afines a las ideas independentistas del Imperio Napoleonico, como Francisco Primo de Verdad y Ramos y el fraile peruano Melchor de Talamantes. En lugar de Iturrigaray fue nombrado un militar alcalaíno, Pedro de Garibay, quien en mayo de 1809 fue sustituido por el Arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana y Beaumont. En diciembre de ese mismo año se descubrió la Conjura de Valladolid, conspiración cuyo único fin era crear una junta que gobernara al virreinato en ausencia de Fernando VII, preso en Bayona. Los culpables fueron arrestados y sentenciados a muerte, pero el arzobispo virrey les perdonó la vida condenándoles a cadena perpetua, razón por la que Lizana fue destituido en abril de 1810 por la Junta de Sevilla. Como nuevo virrey fue designado un militar participante de la Batalla de Bailén, el teniente coronel Francisco Xavier Venegas de Saavedra.
En 1808 se documentó en Dolores la llegada de un agente francés al servicio del general Moreau, enemigo de Napoleón. El agente dio su nombre como Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo a los Estados Unidos y en octubre del mismo año desapareció sin dejar huella alguna.
Cuando Andalucía cayó en manos de los franceses, en la primavera de 1810 toda España ya estaba en poder del ejército napoleónico. La Archidiócesis de Zaragoza, encargada de los asuntos religiosos en toda la metrópoli, ordenó a los párrocos de todo el imperio predicar en contra de Napoleón. Hidalgo siguió esta orden.
A pesar de la derrota de los criollos en la Ciudad de México en 1808, en otras ciudades de Nueva España se reunieron pequeños grupos de conjurados que pretendieron seguir los pasos del ayuntamiento de México. Tal fue el caso de la conjura de Valladolid, descubierta en 1809 y cuyos participantes fueron puestos en prisión. En 1810, los conspiradores de Querétaro estuvieron a punto de correr la misma suerte pero, al verse descubiertos, optaron por tomar las armas el 16 de septiembre en compañía de los habitantes indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato), convocados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
En la primera semana de septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas, quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real español (no Fernando VII, sino de José Bonaparte I, hermano de Napoleón) en México. El intendente de Guanajuato, Juan Antonio Riaño, ordenó al comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.
Por medio del alcalde de Querétaro, Balleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a Dolores fue encerrada en una habitación por su marido, para que no avisara a los conspiradores. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Balleza, para informar oportunamente a Hidalgo.
En las primeras horas del 16 de septiembre, Allende llegó a la casa del cura de Dolores, donde Hidalgo se hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar, además de tomar chocolate caliente por el clima frío de ese tiempo, ambos decidieron lanzarse a la lucha armada antes de que los españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la mañana Hidalgo, usando la campana de la parroquia, convocó a la misa patronal del pueblo y dio el Grito de Dolores, con lo que empezó la lucha por la independencia de la España peninsular desde el territorio de la Nueva España.
En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo dio el famoso Grito de Dolores en la parroquia del pueblo de Dolores, Guanajuato. El "grito" fue un llamado del Cura Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama dirigido a los párrocos de la población de Dolores. En el llamado, los insurgentes motivaron a la población a que se levantara en contra de la ocupación francesa sobre España y pedía la reinstauración de Fernando VII en el trono Español. Con un estandarte de la Virgen de Guadalupe en una mano, Hidalgo da un sermón emotivo al congregarse la gente y al final grita:
¡Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Viva la América española!, ¡Viva Fernando VII!
Hidalgo fue ejecutado menos de un año después, en Chihuahua, donde confirmo su adhesión al gobierno real español, personificado por Fernando VII en exilio, en repulsa del gobierno instaurado en esos momentos en la Nueva España por dictados de la casa napoleónica
Por lo cual podemos llegar a algunas conclusiones
1.Miguel Hidalgo y Costilla, cura y párroco de Nuestra Señora de los Dolores, no debe ser llamado ‘Padre de la Patria’, pues nunca abogo por una patria libre en América
2.Miguel Hidalgo y Costilla inicio un movimiento de apoyo al gobierno español, quien estaba bajo la dominación francesa, recordemos que Napoleón impuso a su hermano al frente de la corona española, el famoso José Napoleón, cuyo sobrenombre era Pepe Botello por su afición a la bebida.
3.En honor de la lógica, la verdadera fecha que se debería celebrar es la consumación de la independencia de la Nueva España, hoy Estados Unidos Mexicanos, o sea: México. La cual fecha fue el 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró a la ciudad de México, después de más de tres siglos de dominio español.
mientras tanto: