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FUGU - Japón.

Denominación que se refiere al plato japonés preparado a base de carne de pez globo o de peces erizo. Se trata de un alimento venenoso que puede causar la muerte debido a su tetrodoxina (neurotoxina encontrada en el hígado de los peces que causa disminución de las constantes vitales, parálisis general o incluso la muerte en función de la dosis de ingesta). En Japón y otros países, la preparación de este manjar está estrictamente controlada por ley. Hasta tal punto que sólo pueden cocinarlo chefs calificado



RANA TORO – Namibia.

Comer ancas de rana no resulta extraño en nuestro país. Pero lo que parece un animal inofensivo, habitante de pantanos y lagos, puede resultar letal para el ser humano que lo ingiera. Este tipo de rana puede llegar a pesar dos kilos y son parcialmente resistentes al veneno de víbora. Esta especie de rana contiene diversas toxinas en la piel y sus órganos, lo que hace que su ingesta pueda afectar a nuestro riñón. Aquellos que han introducido la rana toro en su dieta (países de Sudáfrica) aseguran que no hay peligro de intoxicación si el animal ha sido apareado y, según la tradición, nunca debe consumirse antes de “la tercera lluvia”



ACKEE – Jamaica.

Mide diez metros de altura y es de hoja perenne. La fruta de este árbol tiene forma de pera, pesa unos 150 gramos y cambia de color. De verde a rojo brillante o a amarillo anaranjado según va madurando. En su interior hay tres grandes semillas. Pero, ¿cuándo poder consumirla? En el color está la importancia. Si aún no ha madurado, es decir, si la cobertura es verde, el fruto es tóxico. Sólo podemos degustarla estando cocida o madura



SANNAKJI – Corea.

Atención amantes del pescado crudo. El sannakji es un plato de pulpo pequeño, cortado a trocitos (o el pulpo entero) y, a veces, condimentado con aceite de sésamo. Su principal característica es que se sirve en la mesa inmediatamente, lo cual el pescado sigue vivo. ¡Cortado y servido! Eso si, no olviden masticar.



ALMEJAS DE SANGRE – China.

Es uno de los platos delicatessen en China. Su nombre viene del líquido de hemoglobina rojo que contiene dentro de los tejidos blandos. Vive en ambientes poco oxigenados, motivo por el cual contiene más virus y bacterias que otros alimentos como hepatitis A, hepatitis E, fiebre tifoidea y disentería.



HÁKARL – Islandia.

Tápense la nariz los primerizos al ingerir este manjar. El fuerte olor que desprende (parecido al amoníaco de productos de limpieza) no es agradable para todos. Y tengan paciencia para acostumbrarse a su gusto. La carne curada de tiburón de Groenlandia se sirve en tacos de uno o dos centímetros y acompañado con brennivín, aguardiente típico de la zona. Este plato islandés, sin una larga y adecuada elaboración, es tóxica debido al alto contenido de urea.



CASU MARZU – Italia.

El intenso sabor del queso Rochefort y su método de fermentación son incomparables con este queso de la isla italiana de Cerdeña. Su traducción literal del dialecto sardo es “queso podrido” ya que en el habitan larvas vivas de moscas, de color blanco translúcidos de unos ocho centímetros. Se introducen en el queso, la pasta se reblandece y segrega un líquido llamado “lágrima”. Recomendación al ingerir el queso: protegerse los ojos ya que las larvas pueden llegar a saltar hasta 15 centímetros



ECHIZEN KURAGE – Japón.

Residentes en aguas entre China, Corea y Japón, principalmente centralizadas en el Mar Amarillo y el Mar Oriental de China. Estas medusas pueden llegar a medir tres metros y medio y pesar hasta 220 quilos. Es comestible una vez retiradas las partes tóxicas y debidamente cocinada.



PANGIUM EDULE – Sudeste asiático.

No es de mucha ayuda que el fruto de este árbol sea conocido como “la fruta de las náuseas”. El árbol tarda años en madurar y, su fruto y semillas son venenosos. Resulta tóxico debido a la dosis de cianuro de hidrógeno que contiene. Para los más experimentales, antes de consumirlo no olvidéis hervirlo sin la cáscara y mojado en agua; o bien hervirlo y quemarlo con hojas de plátano y ceniza durante un mes.



FESIKH – Egipto.

Pez secado al sol y fermentado en sal. Normalmente mújol. Este plato tradicional egipcio se consume durante el festival de Sham el-Nessim, una antigua celebración de la primavera. Una preparación incorrecta causa intoxicación alimentaria.



CASSAVA – Sudamérica.

Más conocida como yuka en nuestro país. Proviene de América, África y el Pacífico. Aporta un alto valor alimentario pero es vital cocinarla previamente a conciencia ya que puede ser venenosa (aunque a niveles bajos). Hervida, frita, horneada, a la parrilla, al vapor o en puré.


ABSENTA. Europa.

Todos conocemos esta bebida alcohólica a base de hierbas. Lo que pocos conocemos es que etimológicamente significa “no-bebible”. Su consumo en exceso puede derivar en alucinaciones debido al contenido de tujonas (sustancia que afecta el sistema nervioso). Puede resultar adictiva y llevar a consecuencias fatales como el suicidio. En algunos países, su venta está prohibida.



BAYAS DE SAUCO. Mundial.

Perteneciente a la familia de las adoxáceas y originario de las zonas más templadas del globo. Las bayas han sido usadas durante muchos años con fines medicinales (incluyendo la gripe, alergias, congestión) debido a su contenido alimenticio (aceites esenciales, ácidos orgánicos, azúcar, vitamina C…). Pero su mala cocción puede resultar perjudicial para la salud. Las hojas, las ramas y las semillas contienen ácido cianhídrico, lo que la hacen venenosa y pueden causar convulsiones y diarrea.



ANACARDOS CRUDOS. Mundial.

Jamás consumir crudo. Contiene urushiol, un aceite que puede conllevar a edemas, inflamaciones y supuración dermatológica. Es un brote alérgico bastante común pero puede resultar mortal en ingestiones de gran cantidad. Los que venden en los supermercados, aunque se etiquete como “anacardos crudos”, han sido cocidos previamente para eliminar este aceite.



FRUTA DE ESTRELLA. Mundial.

Nativo de Indonesia, la India y Sri Lanka. Aunque su aspecto entre por los ojos, el consumo de esta fruta en grandes cantidades puede provocar insuficiencia renal aguda, incluso en jugo. Hipo, deterioro neurológico, somnolencia, estupor, coma y muerte. Esta es la evolución de una intoxicación con fruta de estrella.



CEREBRO DE MONO. Asia.

Para los más atrevidos, este alimento puede comerse crudo, cocido u horneado. Aunque afecte a 1 persona por cada millón, puede contener una enfermedad conocida como Creutzfeldt-Jakob, producida por una proteína llamada prion, con pronóstico mortal que convierte nuestro cerebro en una sustancia viscosa.



HOJAS DE RUIBARBO. Mundial.

Grandes hojas (potencialmente tóxicas por alta concentración de ácido oxálico) y peciolo (comestible, menos ácido) que varía de color entre el verde y el rojo. Puede consumirse crudo, cocido o elaborado (compota, mermelada…). Los síntomas de intoxicación son la dificultad respiratoria, ardor en la boca y la garganta, diarrea, náuseas, vómitos, debilidad e incluso el coma. Su consumo en grandes cantidades puede provocar desórdenes como enfermedades del tracto pancreático y biliar, inflamación crónica de los intestinos…