Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?



Urano, Neptuno o el cinturón de Kuiper: ¿qué debemos explorar primero?






¿Cuáles son los dos planetas peor estudiados del sistema solar? Sin lugar a duda, Urano y Neptuno. Los dos gigantes solo fueron visitados brevemente por la sonda Voyager 2 en 1986 y 1989, respectivamente, mientras que el resto de planetas ha sido explorado por, como mínimo, dos misiones espaciales. No en vano, el sistema de lunas de Urano es con diferencia el peor conocido de todos. Por si fuera poco, Urano y Neptuno son gigantes de hielo, un tipo de planeta diferente de los gigantes gaseosos como Júpiter y Saturno que es extremadamente común en nuestra Galaxia. Para la NASA la exploración de Urano y Neptuno es una prioridad, pero a largo plazo. Todavía no se ha aprobado ninguna misión para el estudio de los gigantes de hielo, pero la agencia espacial está estudiando propuestas para mandar naves más allá de 2030. En un informe que se publicó el año pasado la NASA concluía que lo ideal era —obviamente— estudiar cada planeta con un orbitador independiente. Y, puesto que esta opción es demasiado cara, el estudio prioriza un orbitador para explorar Urano y su sistema de lunas antes que Neptuno. ¿Pero es esta la solución ideal para estudiar el sistema solar exterior?


Sondas para el estudio de los gigantes de hielo.


Pues para algunos investigadores de la NASA, con Alan Stern —el investigador principal de la misión New Horizons— a la cabeza, la respuesta es un rotundo no. El sistema solar exterior no se limita a Urano y Neptuno: más allá hay una increíble colección de cuerpos de todos los tamaños que conocemos como el cinturón de Kuiper. La sonda New Horizons demostró precisamente que el mayor objeto del cinturón de Kuiper (KBO), el planeta enano Plutón, es un mundo fascinante e increíblemente complejo con glaciares, cordilleras, una atmósfera y cambios climáticos. La contrapropuesta de Stern y sus colegas es enviar dos sondas distintas: un orbitador de Neptuno y una sonda de sobrevuelo que pasaría por Urano y varios objetos del cinturón de Kuiper.


Neptuno visto por el telescopio VLT con óptica adaptativa.


Como vemos, esta propuesta contradice las conclusiones del estudio que antes citábamos, ya que prioriza un orbitador a Neptuno dotado de una subsonda atmosférica —el informe de la NASA concluyó que esta sonda atmosférica aumentaba significativamente el retorno científico de la misión— frente a uno alrededor de Urano. El objetivo detrás de esta decisión es poder estudiar en detalle Tritón, la mayor luna de Neptuno y que es al mismo tiempo un objeto del cinturón de Kuiper capturado por este gigante de hielo durante la formación del sistema solar. No obstante, también deja la puerta abierta a que el orbitador estudie Urano y que la sonda de sobrevuelo pase por Neptuno. Recordemos que el informe del año pasado concluía que ambos planetas y sus sistemas de lunas eran igualmente interesantes, pero favorecía Urano por estar más cerca, lo que se traduce en un menor tiempo de vuelo y, por lo tanto, menores costes.


Las cuatro opciones principales para el estudio de Urano y Neptuno según la NASA. De izqda. a dcha.: orbitador de Neptuno con sonda atmosférica y etapa SEP, sonda de sobrevuelo de Urano con sonda atmosférica, orbitador de Urano con sonda atmosférica y orbitador de Urano sin sonda atmosférica.


Resumen de las cuatro opciones de sondas elegidas por la NASA para el estudio de los gigantes de hielo.


Esta nueva propuesta incluye dos naves, una sonda de tipo Flagship —o sea, con un coste de unos 2.600 millones de dólares— que orbitaría Neptuno y otra de tipo New Frontiers —con un presupuesto de unos mil millones— encargada de sobrevolar Urano y varios objetos del cinturón de Kuiper. El orbitador de Neptuno observaría el gigante de hielo entre dos y cuatro años y realizaría al menos diez sobrevuelos de Tritón. Además incluiría una subsonda para medir las características y la composición —especialmente las proporciones de isótopos— de la atmósfera neptuniana. Para rematar el viaje la sonda podría realizar un sobrevuelo de algún centauro, un tipo de cuerpos menores del sistema solar que probablemente sean objetos del cinturón de Kuiper original que resultaron perturbados por el movimiento de los gigantes de hielo cuando estos migraron al exterior del sistema solar.


Urano (arriba) y Neptuno (abajo).


La sonda a Urano también podría sobrevolar algún centauro, aunque su objetivo principal es, además del gigante de hielo, explorar un objeto del cinturón de Kuiper de pequeño tamaño y algún planeta enano. La nave emplearía una maniobra de asistencia gravitatoria con Urano para poder dirigirse hacia el planeta enano y otros KBOs. Gracias al empleo de esta asistencia la sonda sería capaz de visitar Orcus o Varuna sin necesidad de ninguna maniobra propulsiva. Si, además, efectuase alguna maniobra, tendría a su alcance más planetas enanos, algunos tan famosos como Haumea, Makemake o Sedna. Lo ideal es que esta nave también contase con una subsonda atmosférica para comparar la composición de Urano con la de Neptuno y averiguar de este modo cuál es el origen de las extrañas diferencias entre los dos gigantes de hielo. Como esta subsonda se sale del presupuesto su inclusión solo sería posible si otra agencia espacial —¿ESA?— colaborase en el proyecto. Las dos sondas se lanzarían mediante cohetes pesados convencionales —Falcon Heavy, Atlas V, Vulcan, etc.— o bien con un único lanzamiento del SLS.


Objetos transneptunianos y KBOs más grandes.


El objetivo de esta propuesta es eliminar la competencia interna entre la comunidad de investigadores planetarios que consideran que el estudio de los gigantes de hielo es la máxima prioridad en el sistema solar exterior y aquellos que son partidarios de la exploración de los KBOs. En teoría estas dos misiones deberían salir por solo 3.600 millones de dólares —al final seguro que es más—, una ganga si lo comparamos con el precio de otras sondas espaciales. Estamos hablando, ni más ni menos, de explorar la región más grande y peor conocida del sistema solar. ¿Acaso no vale la pena?


Algunos planetas enanos del cinturón de Kuiper.




Fuente: https://danielmarin.naukas.com/2018/07/30/urano-neptuno-o-el-cinturon-de-kuiper-que-debemos-explorar-primero/



Letra chica: aunque comentar es lo que se prefiere, los comentarios que desvirtúen serán borrados.