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Articulo del diario AS (vocero del Real Madrid)

La Masia reina en el mundo

El momento que podría resumir lo que pasó ayer en Yokohama y que acabó con el Barcelona proclamándose campeón del mundo con una autoridad insultante ocurrió, curiosamente, con el juego parado. Borges estaba siendo atendido por las asistencias y siete jugadores del Santos improvisaron una reunión en el centro del campo. Con caras de preocupación se miraban los unos a los otros como preguntándose "¿cómo demonios paramos esta hemorragia?".

El momento que podría resumir lo que pasó ayer en Yokohama y que acabó con el Barcelona proclamándose campeón del mundo con una autoridad insultante ocurrió, curiosamente, con el juego parado. Borges estaba siendo atendido por las asistencias y siete jugadores del Santos improvisaron una reunión en el centro del campo. Con caras de preocupación se miraban los unos a los otros como preguntándose "¿cómo demonios paramos esta hemorragia?".

Porque la primera parte del Barcelona fue como para que el Santos se pensara muy seriamente salir de su vestuario en la segunda mitad. Durante los primeros 45 minutos, el Santos asistió como espectador impotente a un gigantesco rondo orquestado por una sinfónica de centrocampistas que tenía como director a Xavi, que vendría a ser el Wilhem Frutwängler del fútbol.

Guardiola había vestido el partido para defenderse mediante la posesión de la pelota y pobló el campo de centrocampistas. De hecho, el único delantero nato era Messi mientras que a su lado se alineaban como extremos Dani Alves (el Barça volvió a jugar con defensa de tres) y Thiago mientras que por detrás de los atacantes se urdía una tela de araña de centrocampistas formada por Busquets, Xavi, Iniesta y Fàbregas que monopolizaron el balón.

Era el estilo más genuino del Barcelona que además estaba interpretado por nueve jugadores de la cantera. Sólo Abidal y Alves formaron de inicio acompañando a nueve futbolistas criados bajo un mismo patrón, el que se enseña en La Masia. Un libreto que es un manual para dominar el mundo.

El dominio del Barcelona fue tal en la primera parte que por momentos daba la sensación de que después de los goles del Barça, eran los de Guardiola los que volvían a sacar de centro, porque la pelota no les duraba al Santos un suspiro. Los brasileños estaban recibiendo una lección de jogo bonito por parte de un Barça que rayó la perfección.

Fruto de este soberano meneo llegó el primer gol barcelonista cuando Xavi bajó un balón alto de manera inverosímil, asistió a Messi quien se plantó delante del portero al que superó con una picadita estupenda y ejecutada con la sangre fría de un asesino a sueldo. Neymar, que el día antes había asegurado inspirarse en Messi y que le copiaba los goles, ya tiene otro más que intentar