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Berlocq, reemplazante de Del Potro en el cuarto punto, puso coraje y garra pero cayó en sets corridos contra Berdych, número 6 del mundo. Argentina perdió la semi 3-1 en un final triste e inesperado.

No era él quien debía estar sosteniendo la chance argentina ante Tomas Berdych, uno de los mejores tenistas del planeta. Carlos Berlocq tuvo que reemplazar a Juan Martín Del Potro, lesionado en su muñeca, y debutar en Copa Davis con una papa caliente en las manos. Se jugó su chance con mucha valentía, levantó al público con sus ganas y su decisión de arriesgarlo todo en el partido más importante de su vida. Pero eso no alcanza cuando las diferencias técnicas son muy marcadas. Perdió 6-3, 6-3 y 6-4 y Argentina se despidió una vez más de su ilusión de alzar esa Ensaladera que la obsesiona.

Berlocq salió decidido a jugar el partido de su vida. A tratar de complicar a Berdych con su saque, de traerlo a la red con drops muy precisos y derribar a la lógica, que ubicaba su nivel por debajo del de un número 6 del mundo. El checo, consciente de que un escenario de partido extenso era desfavorable para él, arriesgaba para tratar de jugar puntos cortos y cometía algunos errores. Pero cuando forzaba sobre el revés de Berlocq conseguía buenos dividendos.

El argentino mostraba que el partido no le pesaba y podía jugar suelto. Faltaba pasar la prueba del momento decisivo del set. Y ahí -historia repetida en el tenis- el checo hizo pesar su mayor chapa, un valor que no tiene que ver con el coraje -Berlocq no se guardó nada en el bolso en ese sentido- sino con la mayor cantidad de recursos y experiencia en jugar games pesados. Berdych apretó en el octavo game, consiguió el break y aguantó la parada cuando estaba 15-40 en el juego de cierre. Entre su saque y su derecha salió del pantano y se quedó con el primer set.

Berlocq tuvo otra vez chances de romper el saque de Berdych en el segundo game: volvieron a pasar de largo. En cambio el checo, en el juego siguiente, quebró de nuevo con un sublime passing de revés con slice y le dio otro golpe a la esperanza argentina. No alcanzaron las nuevas oportunidades que aparecieron y sistemáticamente chocaron contra la solidez del número 6 del ranking. Un nuevo break en el noveno juego clausuró el set y dejó el milagro muy lejos.

Berdych parecía no sentir el trajín de haber jugado siete horas de tenis en los últimos dos días. Mucho más cuando volvió a quebrar a Berlocq y el final pareció muy cercano. El fuego de la ilusión, chiquito a esa altura, renació un poco cuando Charly pudo por fin aprovechar en el séptimo game una de las tantas oportunidades de quiebre de las que dispuso. Pero en el décimo juego el checo clausuró todas las puertas con otro quiebre. La derrota, para hoy y para toda la serie, era una realidad.

Ausentes en el día decisivo sus dos grandes referentes -antes que Del Potro, Nalbandian se bajó de la serie por un desgarro abdominal-, Argentina resignó la posibilidad de llegar a la final de la Copa Davis, donde los checos enfrentarán a España. Un rival poderoso y las falencias propias fueron la mezcla perfecta para que llegara la primera derrota de la historia en el Mary Terán de Weiss.