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No hubo revancha ganadora. Esta vez Inglaterra jugó mejor, y venció 35-25 a Los Pumas en Santa Fe. El Seleccionado cierra la ventana el sábado en Jujuy vs. Georgia.



Más clínico respecto del 34-38 en San Juan se dio la revancha en un colmado estadio de Colón de Santa Fe (29.750 personas). No tantos errores ni golpe por golpe. La característica desde el vamos fue que en cada ataque, cada vez que un equipo se acercaba a la meta rival, anotaba. Al try de Ewels (desde el line) le sucedió el del bravo Tuculet. Al penal de Ford, el de Sánchez (luego intercambiaron un par más). Y recién iban 15'.

La diferencia de la primera etapa resultó la gran lectura de Brown, peligroso fullback inglés, que se adelantó al kick cruzado de Sánchez para Boffelli e interceptó la bola para que llegara el try de Francis. Si bien la defensa argentina había mejorado en cuanto a organización y paciencia y Los Pumas habían ganado el rubro posesión (65 a 35%), bastó que un crack rompiera el partido para que se estableciera el 13-18 parcial.

El ST empezó con Los Pumas armando una gran jugada que le dio la chance a Sánchez de acercar con un penal factible, pero el tucumano (terminó 4/7) erró. Después se puso áspero el partido: se agarraron (literalmente, ya nadie pega piñas por las tarjetas) Lavanini con May y Matera con Slade.

Cuando volvió el rugby, Matera la paró un kick a Francis y se fue al try. Los Pumas habían igualado (en 18) e iban por más. Pero De la Fuente tiró un pase a una mano sin ver, se la birló Ford y a cobrar con Care. El rosarino se reivindicó a la jugada siguiente con una buena entrada y el pase a su comprovinciano Boffelli, que anotaba se segunda conquista en dos partidos con el seleccionado (25-25).

Hasta ahí llegó el equilibrio. Porque nuevamente Inglaterra fue más preciso en el cierre. El ingresado Collier apoyó tras el line/maul y el pensante y decisivo Ford (5/6) sacó un drop quirúrgico para el 25-35 a los 37'.

Los Pumas atacaron pero los ingleses demostraron que habían ajustado mejor su juego respecto del primer partido. No sólo se habían alejado gracias al mencionado maul, sino que hasta bancaron un scrum al final. Esta vez sí merecían ganar. Y lo hicieron.