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Viven en una granja que es su abadía, visten hábitos blancos y cultivan plantas de marihuana en el jardín trasero. Son espirituales, activistas y, ahora, famosas.



La 'monja de la marihuana' y fundadora de la orden, Christine Meeusen, también conocida como la hermana Kate.

Las "monjas de la marihuana", como se las conoce popularmente en el Valle Central de California, no pertenecen oficialmente a una orden religiosa ni profesan la fe católica. Eso lo dejan claro desde que se presentan, para que no haya equívocos.


Las hermanas empaquetando el producto en botes de cristal

Sin embargo, hicieron votos, visten hábitos, bendicen las plantas y siguen una serie de rituales en conexión con la Tierra, la Luna y la naturaleza con los que, aseguran, quieren sanar al mundo.



Una de las hermanas prepara un envío

Las "Hermanas del Valle" ganan 60.000 dólares al mes cultivando una variedad no psicotrópica de la planta para fines medicinales. La controversia por su atuendo, dicen, es buena para el negocio.


La congregación gana 60.000 dólares al mes con esta actividad


Las hermanas Kate, Evee y Kassidy supervisan una plantación de interior


Hermana Kate abre un saco del plástico con cannabis en la cocina de su 'monasterio'


Las 'monjas' cortan cáñamo en su cocina.


Las hermanas Kate, Eeeve y Freya examinan la marihuana secándose en su 'monasterio'


India Delgado (hermana Eevee) porta un recipiente con cáñamo que cultivaron.


Desiree Calderon (hermana Freya) saca de una olla con un cazo ungüento de cannabidiol.


La líder de la 'orden' californiana examina cómo se seca el cáñamo.


Jabón de cannabis producido por estas peculiares 'monjas de la marihuana'.


La hermana Kate huele el cáñamo que cultivan en la cocina de su 'monasterio' cerca de la ciudad de Merced, en California.


La hermana Kate fundó la 'orden' en 2014 después de haber vivido varios años en Ámsterdam y tras la experiencia de curar a su sobrino con cannabis de una adicción a la heroína.